25.2 Actores invitados

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25.2. Actores invitados

IZUKU MIDORIYA

—Mierda —susurro inaudiblemente—. No estaba vacía la casa.

El hombre sentado en el sofá soltó un fuerte ronquido y tan silenciosamente como pudo Midoriya caminó hacia atrás rezando por no despertar a quien probablemente era el dueño de la casa.

Con sigilo subió las escaleras intentando controlar sus nervios cada que la podrida madera rechinaba bajo sus pies.

—Naruto —susurró buscando al rubio, pero no se atrevió a abrir ninguna puerta por el temor de encontrarse a alguien dentro de alguna habitación—. Naruto...

Naruto abrió la puerta de una habitación sin mucho cuidado—. ¿Qué pasa?

—¡Shhhhh! —pidió Midoriya—. La casa no está vacía —dijo susurrando—, el dueño esta abajo.

Naruto abrió los ojos con sorpresa—. ¡Qué!

—Shhhhhhh.

La sangre se le heló a Midoriya cuando una voz desconocida gritó desde la planta baja—. ¡QUIEN ESTÁ ARRIBA!

Naruto empujó a Midoriya al interior de la habitación de la que unos segundos atrás había salido y cerró la puerta en el momento justo que el regordete dueño de la casa subía las escaleras.

—¡Sé que hay alguien! —gritó el hombre—. ¡Los escuché!

Naruto observó por el picaporte e indicó con la mano a Midoriya que se escondiera debajo de la cama.

En condiciones normales Midoriya jamás habría aceptado arrastrarse por el piso de un lugar tan sucio, pero en esta ocasión no tenía opción. Se metió bajo la cama y se tapó la boca y nariz para evitar estornudar.

Naruto lo miró desde la puerta y le hizo la señal de silencio. Dentro de todo, Midoriya tuvo que admirar la tranquilidad con la que se encontraba Naruto ante la situación.

—¡Espero que se encuentren bien escondidos ladrones, porque les reventaré la cabeza cuando los vea! —gritó el hombre mientras caminaba por el pasillo hacia la habitación donde se encontraban.

Midoriya cerró los ojos deseando fuertemente tener el superpoder de ser invisible. ¿Cómo diablos Naruto se encontraba tan calmado?

Cuando el hombre se acercó lo suficiente a la habitación donde estaban escondidos, el rubio se alejó unos pasos de la puerta con posición de ataque. Midoriya supo que si aquel hombre abría la puerta Naruto le saltaría encima como una rana.

Pero la puerta no se abrió, en cambio alguien comenzó a patear la puerta principal y el dueño de la casa soltó el picaporte, bajó las escaleras y fue a abrir la puerta del patio.

Midoriya lanzó un suspiro de alivio, pero Naruto ignoró su gesto y miró discretamente por la ventana.

—Mierda, esto no es bueno —dijo.

Midoriya fue hacia la ventana—. ¿Por qué? ¿Quién es él?

Naruto miró al chico de cabello verde—. Digamos... mi gran enemigo.

Midoriya asintió mientras Naruto buscaba en los bolsillos de su pantalón—. Ah diablos —susurró.

Espantado el joven actor lo miro—. ¿Qué? ¿Qué sucede?

—¿Tienes tu celular?

Midoriya asintió y sacó el aparato—. Manda un mensaje a ese chico, el de cabello rojo y blanco...

Detrás de CámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora