Capítulo 5: Rebeldía

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Los días pasaban. Después de ese fin de semana nefasto, trató de calmarse un poco y de pensar en otra cosa. Evitó ir al cyber y hablar con ella, aunque la veía conectada prácticamente todo el tiempo. Las fiestas ya estaban a punto de llegar, y por primera vez en su vida sabría de lo que se trata vivir una navidad de mierda.
Fue poco lo que pudo aislarse, sin embargo, entre las sonrisas de sus familiares y los brindis. Aunque sea halló algo de paz en el abrazo de sus tíos, quiénes de vez en cuando, venían a pasar las fiestas a casa. No quería contarle lo que le había pasado a nadie, y aunque Rocío ya lo sabía, ella no se lo diría a nadie y rápidamente lo olvidaría. Ni hablar de contárselo a mamá. Eso estaba simplemente descartado, aunque ella sospechaba por su mirada, su voz y su forma de ocultarse en su cuarto casi todo el tiempo, que algo le estaba pasando.
César ocultó su dolor como pudo. No era el dolor lo que le impedía confiarle a alguien más sobre cómo había sido estafado, sino la vergüenza. De haber caído en un burdo juego, aunque una parte de él no lo creía.
Y si realmente la carga virtual nunca le llegó? Y si lo arruiné?? Solía preguntarse. El por qué de los hechos, el no saber los motivos de Evelin para haberle hecho eso, lo atormentaba aún más.

Así, Navidad y Año nuevo pasaron y llegó el maldito verano.
Al haberse llevado cinco materias a rendir en diciembre y haber aprobado 3, adeudar sólo dos le permitía pasar directamente a 5to año sin preocuparse por estudiar para marzo. Y al cerrar el bar los primeros 15 días de enero, por las vacaciones del empleado, César se halló inevitablemente cesante durante esos días. Por decantación terminó pasando la mayor parte del tiempo en el cyber, donde, a través de Facebook, pudo por fin hablar con Nicole, luego de no verla desde el fin de curso.
No se hubiera animado a contarle por chat todo lo que pasó, pero de todas formas, la chica sólo se conectó por 15 minutos. Se hallaba aún en Chile, pasando sus últimos días de vacaciones. Era una estudiante bastante aceptable, sacando casi siempre buenas notas, y a diferencia de él, muy sociable.

-Amigo! Cómo estás? Te extraño
-Hola Nicole, todo bien, cómo estás? Cuando volves por acá?
-En un par de días! No me quiero volver, la verdad, acá es todo tan lindo. Ojalá estuvieras.
-No, volvé, mejor que hay mucho que contar 😉
-No me digas. Bueno ya andaré de vuelta, cuidate! 😘

Dicho esto, Nicole se desconectó. Con este simple cliffhanger, expresaba él lo mucho que la necesitaba. La curiosidad de ella despertó, más no pudo quedarse más tiempo en facebook.

Mientras tanto, Evelin seguía conectandose día tras día. "Ya habrá encontrado otro boludo que le cargue" pensó César. Se le hacía caradurismo esa actitud, mas no se animaría a pedirle explicaciones. Necesitaba que al menos le dijera que lo había estafado, para confirmar que no había ningún error de parte de él, necesitaba saber que él no lo había arruinado, que no había culpas que cargar, que todo había sido hecho por ella, que no era la persona que el creía que era, que no era la persona indicada para enamorarse. Necesitaba saber que nunca estuvo cerca de tener algo con ella. Sería mejor saber eso que pensar que estuvo cerca y el destino se lo negó.

Así que, luego de un par de días, se decidió a hablarle.

-Hola
-Hola
-Che, sobre el otro día, quiero pedirte disculpas si no te llegaron las cargas. No sé que pasó, todavía no entiendo, pero bueno, ya fue, espero que no sigas enojada conmigo.
-👍 todo bien.

Su tono conciliador había chocado contra una pared de cortante cinismo. César trató de cambiar de tema vanamente:

-Qué contás? Qué estás haciendo? (Enviado 17:17)
-✅ (Visto a las 17:23)
-Eve, qué haces????? (Enviado 17:36)
- (Visto a las 17:42)

Tanta indiferencia le agotó la paciencia. No había que ser muy inteligente para darse cuenta: A ella no le importaba ya el asunto. Ni el asunto ni tratar con él para nada.
Sin embargo, ella no daba ni una sola muestra de arrepentimiento o autocrítica, sabiendo que quizás él ya habría descubierto o deducido el engaño. O quizá le daba igual.
Esto lo hizo enojar y lo envalentonó:

-Decime una cosa, Evelin. Te he visto todos estos días conectada ¿Cómo es posible esto si las cargas virtuales que te hice no te llegaron?
-??? Perdón? Eso qué te importa, si igual nunca me cargaste. Fueron mentira tus cargas
-No, no lo fueron, pero, más allá de eso...vos me dijiste que no tenías a nadie más que te cargue. Y si yo era el único, entonces quién te cargó??
-Da igual, qué te importa, te dije. No te debo explicaciones a vos, mentiroso.

Esto terminó definitivamente por enfadarlo. Ya era demasiado injusta la charla, como para aguantar ese agravio. Y por primera vez, tuvo un arresto de amor propio.

-"Mentiroso" las pelotas, Evelin. Yo te cargué crédito, si no te llegó no es mi culpa. Y aunque no te hubiera cargado, está claro que tenías a alguien más que lo haga por mí no?

Para su sorpresa, Evelin no se enojó con el mensaje, simplemente contestó en forma burlona, dejando en claro que le daba igual ser descubierta en su mentira:

-Sí, sí, claro, pensá lo que quieras. Nos vemos, estoy ocupada.
-Esperá, podés responderme eso? De dónde sacaste crédito para conectarte??

Fue inútil. Esperó y esperó, pero ella se desconectó a los 5 minutos sin siquiera clavarle el visto. La charla tensa de por sí, le había hecho temblar las manos, como de costumbre, aunque pudo serenarse rápidamente. No estaba acostumbrado a discutir con gente fuera de su familia, más allá de las discusiones normales entre hermanos que tienen todas las personas.

Miró la hora: 19:23. Miró el contador del cyber: 11 pesos con 50 centavos. Demasiado para una sola jornada. Sabiendo que ella no se volvería a conectar, pagó la máquina y volvió a casa. No quería que el poco dinero que le quedaba se agotara, como se estaba empezando a agotar su paciencia... Lo peor, sin embargo, estaba por venir.

La quiero, Miss.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora