Tony Lopez (pt. II)

679 14 1
                                    

❝𝗯𝗶𝗴 𝗼𝗿 𝘀𝗺𝗮𝗹𝗹?❞

(+𝟭𝟴)

Todo parecía estar en calma; Tony no ha hecho alguna jugada o cosa rara sorpresa desde que le dije que la tenía chica. Pero todo esto de tranquilidad y no movidas me tenían mal. Sabía de lo que Tony era capaz, y, honestamente, tenía miedo.

—¡Vamos a la piscina todos! —gritó Kouvr.

Acepté, no había algo que pudiera hacer Tony en la piscina, estaríamos rodeados de nuestros amigos.

—Bien, me iré a poner el traje de baño —avisé empezando a subir las escaleras—. Ya vuelvo.

Cuándo entré a mi habitación, empecé a desvestirme dejando caer la ropa por cualquier lugar. Era mi habitación, no me importaba donde quedaran, pero igualmente ordenaría después de la piscina.

Ya completamente desnuda, tomé el traje de baño de mi ropero. Pero cuando estaba por ponérmelo, escuchó como cierran la puerta y ponen el pestillo.

Le estaba dando la espalda a quién hubiese entrado, así que con cuidado me volteé.

—¿Tony? —era obvio que era él. ¿A quién más le dije que la tenía chica?—. ¿Qué haces aquí?

Estaba detrás mío. Sentía su respiración chocar con mi desnuda espalda. Sus manos empezaron a avanzar por mis brazos hasta agarrar mis hombros.

—Las chicas malas son castigadas —susurro en mi oído produciéndome escalofríos. Empezó por agarrar mi cadera y acercarme a él hasta pegar mi espalda contra su pecho cubierto por la camiseta. Sentí algo en mi trasero y supe inmediatamente lo que era; ¡Dios! No esperé en mi vida pasar esto con Tony. Lo único que podía hacer era aguantar lo que viniera; acepté el reto para librarme de las bromas de los chicos y, de los chicos. Pero ahora tendré que soportar a Tony.

Suspiré cuando empezó a rozar su bulto contra mi trasero. Como reflejo, me apoyé a la pared frente a mi con las manos y moví mi cadera para sentirlo mejor.

Escuche como la tela de su camiseta se deslizaba por su piel; Tony ahora tenía el pecho descubierto dejando ver su abdomen.

En un rápido movimiento me volteó y apegó contra la pared. Me observó desde los pies hasta mis ojos, deteniéndose en ciertos lugares.

—Eres preciosa, chica mala —me besó.

Sus manos recorrían mi cuerpo sin vacilar, sabía perfectamente lo que hacía y lo que haría a continuación.

Comenzó a besar mi cuello, yo solo me limitaba a gozar de ello. Todo lo demás se fue a la basura.

Intenté bajar sus shorts rojos, pero no podía porque empezó a lamer y morder mi cuello deteniendo toda acción que tuviera en mente.

—¡Dios! Sí sabes lo que haces —dije como pude. Sabía perfectamente que Tony me dejaría una marca que dudaría mucho rato.

Tony se detuvo. Me miró, paso su mirada a mis labios. —Acuéstate es la cama —ordenó, y yo sin vacilar me tiré en mi cama contemplándolo.

Tony se bajaba los shorts llevándose también los calzoncillos de por medio dejándose expuesto ante mi.

—¿Esta te parece chica? —preguntó burlón mientras se subía encima mío sin aplastarme. Negué con la cabeza y lo besé.

Empezó a pasar su miembro por sobre mi sexo sin meterlo.

—Ya hazlo —dije como pude, los gemidos y suspiros que se atoraban en mi garganta, porque no quería que los chicos nos escucharan, me hacían difícil hablar.

—Por si no te diste cuenta, este es tu castigo —susurro y siguió rozando. Agarre las sábanas pidiendo ayuda en ellas.

Seguimos así por un rato, hasta que no pude más y, en un movimiento, lo tiré a la cama, me subí en él y me monte sobre su miembro. Él parecía haberlo querido hace minutos atrás, pero me estaba castigando.

Él me agarro de las caderas y empezó a hacer los movimientos más duros y rápidos.

Solo se escuchaban nuestros gemidos y como nuestras pieles chocaban por la habitación, MI habitación.

Cuando sentía que ya no podía más y que el clímax se acercaba, Tony apareció juntar toda la fuerza que le quedaba y dio una embestida que me llevó al quinto cielo.

No pude con mi peso, y apoyé mis manos en su pecho.

—¿Satisfecha con tu castigo? —su sentido del humor intacto me dijo que lo disfrutó tanto como yo.

—Sí —respondí mientras me levantaba de él—, creo que te diré que la tienes chica a menudo.

Su risa llenando la habitación fue música para mis oídos. Le sonreí de vuelta y me puse el traje de baño.

—Ya, vístete y vamos a la piscina —le tiré su ropa en la cara—, deben estar esperándonos.

—Voy.

𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 | 𝗧𝗶𝗸 𝗧𝗼𝗸 | Pedidos cerrados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora