Amelia siempre ha tenido que vivir de un lado a otro.
Ser huérfana no es fácil y menos, cuando te terminan cambiando por alguien más joven. Lo que hace que aparente ser una chica fría y dura, aunque, cuando la conoces es la chica más dulce.
Ella ju...
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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗𝐕 | 𝐇𝐄 𝐈𝐒 𝐁𝐀𝐂𝐊
Amelia Rhee.
Sabía que por más que se deseara algo, habia veces en que seria imposible cumplir las cosas.
Y hoy lo estaba entendiendo una vez más.
¿A dónde carajo habían podido ir? Es decir, no es como si fuera seguro estar ahí afuera solos. El abuelo y Michonne llevaban horas sin aparecer, solo habían salido a quemar cadáveres, lo cual no tomaba más de una hora.
—Mi amor, estás comenzando a marearme.— se quejó Carl, pues me encontraba caminando de un lado a otro en nuestra celda.
—¡Es que no puedo estar tranquila!— respondí mientras él se levantaba y comenzaba a acercarse a mi, terminando por acorralarme en la pared.
—Mi amor, ellos estarán bien, seguramente hubo un inconveniente pero regresarán.— dijo para después comenzar a besarme.
—Carl...— hable aunque aquello había salido más como un gemido.— Sabes que no es el momento ni el lugar.
Se detuvo y me miró.
—Lo siento, corazón.— se disculpo mientras se acercaba a la cama para sentarse. Yo negué, restándole importancia a lo ocurrido.
No era algo grave, pero no era momento para tener sexo cuando Michonne y el abuelo estaban desaparecidos.
Una fuerte explosión alertó a ambos, haciendo que saliéramos rápido de nuestra celda para llegar directo al patio.
Fuera de las rejas, había un montón de gente con armas en camionetas e incluso, un tanque.
—No me jodas.— solté haciendo que Carl me viera de manera extraña. Mire con atención y...
Dios mío.
¿Cómo habían llegado con él? ¿Cómo es que él seguía vivo?
—¡Tráiganme a Rick!— grito el gobernador.
Que. Carajos.
—Mi amor, las armas...— hablo Carl señalando el carrito de armas que se mantenía escondido. Con discreción lo acerque a nosotros, haciendo que cada uno comenzará a tomar un arma.
Rick no dudo en salir. Tenían a Michonne y al abuelo Herschel.
Todo podía salir mal con un mal movimiento, una sola palabra que no le gustara y ellos estaban muertos.
