Amelia siempre ha tenido que vivir de un lado a otro.
Ser huérfana no es fácil y menos, cuando te terminan cambiando por alguien más joven. Lo que hace que aparente ser una chica fría y dura, aunque, cuando la conoces es la chica más dulce.
Ella ju...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐈𝐕 | 𝐂𝐀𝐑𝐋 𝐆𝐑𝐈𝐌𝐄𝐒
Amelia Rhee.
Desperté ya que alguien había comenzado a moverme, en mi cabeza, sabía que podría ser Hershel o Carl. Al abrir mis ojos, ahí estaba Carl.
—Buenos días, bonita.— saludo con una sonrisa una vez que abrí mis ojos.
—Buenos días, sheriff. ¿Alguien sabe que estas aquí?— pregunté con algo de temor a la respuesta.
—No, tranquila. Hershel se encargo que no vieran que entre aquí.— respondió con una sonrisa.
—Bien, gracias por no delatarme, Grimes.— dije mientras me levantaba de la esquina en donde me había puesto.
—Glenn te ha estado buscando, creo... creo que deberías hablar con él.—dijo mientras me ayudaba a levantar la cobija que había traído conmigo la noche anterior.
—No lo se, Carl...— dije mientras que me entregaba la cobija y yo la guardaba.
—Puedes hacerlo cuando estés lista, sin presiones, bonita. —sonrió—. Aunque tendrías que venir a desayunar al menos.
Lo mire con duda, él me veía con esperanza de que aceptara.
—Lo haré, gracias Carl.— dije devolviendo la sonrisa.
Carl solo asintió y salio de la habitación, minutos después, yo también lo hice. Después de que dejara mis cosas en la casa de campaña fui directo a la cocina donde suponía estaría Lori, siempre me gustaba ayudar en algo más cada que no había algo por hacer afuera.
Como lo suponía, ahí estaba Lori.
—¡Lia! ¿Dónde te habías metido?— pregunto tan rápido como me vio. Preguntas que por obvias razones no tuvieron respuesta.
—Mamá, recuerda lo que dijo Mar.— recordó Carl mientras entraba.
—Es cierto. Lo siento linda— se disculpo con algo de pena para después sonreírme—. Si quieres hablar sabes que siempre estoy aquí.— asenti. Aunque quisiera, esta vez no podía escapar del desayuno pues Lori no me quitaba la vista de encima.
Después de varios minutos, finalmente estuvo listo el desayuno. Por obvias razones Lori mando a Beth a llamar a todos para desayunar, no cometería el mismo error que ayer, al parecer.
—Buenos días— saludaron Carol, Dale y T-Dog en cuanto entraron. Al inicio mi presencia les sorprendió, aunque lo dejaron parar en el momento en que Lori negó con la cabeza.
