Amelia siempre ha tenido que vivir de un lado a otro.
Ser huérfana no es fácil y menos, cuando te terminan cambiando por alguien más joven. Lo que hace que aparente ser una chica fría y dura, aunque, cuando la conoces es la chica más dulce.
Ella ju...
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𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐗𝐗𝐕𝐈 | 𝐑𝐄𝐔𝐍𝐈𝐎𝐍
A
melia Rhee 18 años —Bosque.
Juro que intentaba ser positiva. Estaba siendo lo más positiva que podía.
Habían pasado tres semanas, sí, tres. Tres horribles semanas en los que no veía a mis papás o a mi novio, solo deseaba con todas mis fuerzas que ambos estuvieran bien.
—¿Estás segura que esto es una buena idea?— pregunto Mara por tercera vez. Habíamos llegado a un especie de barrio, había muchas casas aunque todo estaba solitario.
—Una se queda con los niños y la otra va a investigar.—repetí el plan.—Yo iré.
—¿Y si te ataca uno?— pregunto nerviosa. Mara se había puesto muy nerviosa desde hace una semana, cuando por un descuido un caminante casi ataca a Peter.
—No lo hará, Mar.— respondí intentando tranquilizarla.— Te prometo que volveré.
Ella asintió.
La dejé escondida en un árbol, dónde ella tenía visibilidad de dónde iba a ir y tanto ella como los bebés estaban seguros.
—Aqui voy...— dije para mí misma antes de intentar abrir la puerta de la primera casa. Está parecía tener varias trabas. Eso no era normal, ¿Verdad?
Escuché ruido dentro de la casa, posiblemente uno o dos caminantes.
Ruidos de asombro.
Alto, los caminantes no hacen ese sonido.
Escuché como se comenzaban a mover algunas cosas adentro.
—¡Lia, estás viva!— escuché esa voz conocida, era Rick.— Oh, por dios. Carl se va a alegrar mucho en cuanto regrese.
Lo abracé sin dudarlo.
—¡Estás vivo!—dije mientras él me correspondía el abrazo.
—¿Estás sola?— pregunto con esperanza de que le dijera que no, para su fortuna, negué.
—Mara está conmigo...—respondí con una sonrisa.— Y alguien más que estoy segura que te alegras de ver.
Sin dejar que me diera respuesta alguna, corri hacia el escondite donde había dejado a Ellie.
—¡No me lo vas a creer!— chille emocionada haciendo que Ellie se levantará rápido de su escondite.—¡Encontré a Rick y está con Carl!
Emocionada, comenzó a ponerse la mochila para después tomar a Peter con cuidado. Yo copié su acción, pero está vez tomando las cosas de Judith, para después cargarla con cuidado.
En cuanto regresamos, Rick parecía querer llorar.
—¡Judith!— hablo entre sollozos.—¿Dónde? ¿Dónde la encontraste?— pregunto mientras seguía llorando y abrazando a su pequeña hija.
