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Ya era Lunes, y Taehyung como el excelente estudiante que es había llegado muy temprano a la universidad, tanto así que solamente en el gran lugar estaba él y algunos maestros que estaban en dirección.
Nose encontraba de buen ánimo, desde el incidente en la biblioteca y desde que se negó a buscar al portador del aroma a cítricos, su lobito no había hecho acto de presencia y si lo hacía solo era para soltar aullidos lastimeros, cosa que por ende ponía triste a Taehyung.
Se encontraba en su salón, sentado en su banquita mientras hacia algunos garabatos en su libreta de apuntes. Aún faltaban alrededor de 30 minutos para que los estudiantes comenzarán a llegar, por lo que decidió guardar sus cosas para ir a caminar al patio delantero de la universidad y esperar allí a sus amigos.
Salió del salón con su maleta en uno de sus hombros y abrazando unos libros que dejaría en su casillero. Caminó con la mirada baja por los desolados pasillos hasta que escucho las rápidas pisadas de alguien, y antes de que si quiera pudiera levantar la mirada, sus libros y cosas ya se encontraban regados en el suelo y una persona estaba encima de él, un alfa.
Abrió sus ojitos en grande al identificar el rico aroma a cítricos y su lobito de inmediato comenzó a correr y aullar feliz. La persona sobre su cuerpo parecía también estar en una especie de trance, sus ojos brillaban y se podía ver como olfateaba su aroma también.
Carraspeo incómodo y miro con sus ojitos color miel al pelinegro.
—L-Lo siento, p-pero me estás a-aplastando un poco —habló y la persona sobre él asintió y se puso de pie.
Taehyung se puso de rodillas y comenzó a recoger sus cosas, el pelinegro al darse cuenta de esto rápidamente también se puso de rodillas ayudando al bonito chico de aroma delicioso frente a él.
—Lo siento mucho, no vi por donde venía, solo que llevaba algo de prisa ya que el profesor Choi me había citado hace 20 minutos pero se me hizo tarde —Taehyung frunció su ceñito al escuchar aquello, no le agradaban las personas irresponsables—. ¿Cómo te llamas, precioso? —él omega frunció aún más su ceño ante el apodo y fue imposible no sonrojarse.
—Kim Taehyung, ¿y tú? —preguntó, mirando al alfa frente a él a los ojos.
—Jeon Jungkook, hermoso —dijo.
Taehyung abrió sus ojitos en grande y sin decir palabra alguna tomo rápidamente sus libros y cosas y comenzó a correr hacia la entrada de la universidad hasta desaparecer de la vista del pelinegro, quien miraba dolido en dirección a donde el omega se marcho.
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