Adiós

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//Narrador//

-¿Por qué está congelado? - preguntó la diosa al ver el palacio.
-La diosa del amor a estado haciendo con normalidad su trabajo pero su arquenagel me ha contado cuán infeliz es- dijo Jyushi.
-Le falta amor al amor que ironía- dijo con sarcasmo el demonio.
-Me temo que es verdad, la diosa del amor...fue ¿rechazada?- dijo en arquangel encogiendose de hombros.
-¿Que? Jajaja ¿Cómo? -
-La diosa dice enamorarse de su arquangel, pero este no se da cuenta-
-Entonces es una rabieta-
-Osomatsu... - dijo la diosa para callarlo.
-No exactamente, va un poco más allá pero podría considerarse-contestó Jyuishi.
-Ja, ja, ja, ja, ja-
-Osomatsu-
-Perdonen es que suena como algo que yo haria-
-Eso no lo niego- contestó Choromatsu.
-Llegamos-
Frente de ellos se encontraba una puerta enorme llena de corazones.
-Parece estar bien- dijo Osomatsu confundido al ver que en la puerta no había nieve.
-Eso es porque detrás de ella no hay nieve- explicó Choromatsu.
-Pero si en la entrada esta todo cubierto de nieve-
-Permitame explicarle Osomatsu, la nieve que acabamos que pasar es la puerta de atrás de la diosa del amor. Es la puerta que solo ella y yo puedemos abrir- explicó Jyuishimatsu.
-¿Y porque tu? - pregunta el demonio.
-Soy uno de sus mejores amigos según la diosa-
-Vaya- exclamo el demonio.
-¿Su arquangel lo sabe?-
-No- contestó para finalmente abrir la puerta.
Entraron a una habitación bastante cómoda, el fuego y un cambio de ropa para calentarse del frío que pasaban fuera.
-Wow, que elegancia la de Francia-dijo el demonio.
-Nos secaremos y cambiaremos en esta habitación, la diosa del amor está en la sala principal-
-¿Como lo sabes?- pregunto su diosa.
-A esta hora toma el té en su sala en silencio-
-¿Está bien?-
-La diosa amor ocupa este tiempo para pensar que hacer con algunas parejas y también le sirve para calamar y descansar su mente-
-Ya estoy seco- dijo el demonio interrumpiendo.
-Bien, mi diosa ¿Quiere secarse por su cuenta?-
-Si-
-¿Hay ovaciones en la que lo secas?-
-Por supuesto, mi deber es servirle en todo, hay veces en que mi diosa no puede mantenerse de pie dado al exceso de trabajo-
-¿Le pasa mucho?-preguntó preocupado.
-Últimamente si, me pregunto porque- dijo con sarcasmo el arquangel.
-Ya estoy listo-
-Perfecto, vamos a donde la diosa...-
-Espera faltas tu- dijeron ambos al ver como el arquangel caminaba empapado por la escarcha ya derretida.
-¿Me dejarian secarme y cambiarme?-
-Claro que si, sabes que siempre debes de pensar en ti también- dijo la diosa preocupada.
-Tan amable como siempre- dijo el arquangel con una sonrisa cálida.

Después de que el arquangel estuviera cálido y seco siguieron su camino hasta llegar a donde la diosa.

-Señorita Amor, hemos venido a verle- dijo indicando la llegada de Choromatsu.
-Jyuishi, Choromatsu y el traviesos demonio- dijo sonriendo.
-Hola Amor, queríamos... -
-Por favor Olimpo, llamame por mi nombre, no me gusta que mis amigos me llamen asi-
-En ese caso por favor llámeme Choromatsu-
-Claro- dijo radiante.
-Entonces, Choroko... -
-¿Si?-
-Queríamos pedirte algo de ayuda, pues a empezado a pasar algo en el inframundo...-
-Es Tougou- interrumpió Osomatsu.
-¿Que?- la sonrisa de Choroko se borro.
-Me temo que es verdad- contesto Choromatsu.
-Demonio explicate- dijo la diosa abrazando a Choromatsu.
-Me temo que mi relación con Choromatsu fue revelada a Tougou por uno de sus cómplices y ahora vendrán tras Choromatsu, por eso quiero pedirle un favor-
-¿Que favor?-
Osomatsu fue a dónde Choromatsu y le dio un beso en los labios, un beso suave y tierno.
-¿Osomatsu?- dijo Choromatsu confundido.
-Lo siento- susurro a su amado.
Seguido de eso Osomatsu apuñaló levemente el hombro de Choromatsu y este eso brinco del dolor.
-¿Que haces?- preguntaron las diosas.
-Te amo, mi ranita- dijo con algunas lágrimas el demonio.
De la herida de Choromatsu una masa negra comenzó a brotar por su cuerpo hasta cubrirlo por completo y este sompelmente desaparecer.
-¿Que acaba de pasar?- pregunto Choromatsu confundido para luego perder la consiencia.
-Osomatsu...- hablo Choroko.
-Eso lo protegerá de los demonios que se le acerquen y también...me olvidará...-
-¿Estás seguro de esto?-
-Es la única manera en la que no correrá peligro-
-Pero tu serás afectado-
-Estoy bien con eso, mi diosa me olvidará y podra seguir con su vida, pero el favor que te quiero pedir es que no lo dejes salir a la tierra-
-¿Que planeas?-
-El estará seguro en su reino, yo me mantendré alerta en el estanque para la llegada de más de los demonios de Tougou-
-¿Y si yo retiro lo que le hiciste a Choromatsu?-
-No podrás hacerlo, solo hay dos formas de quitarlo...que lo haga yo mismo...o yo muera- dijo sonriendo cabizbajo.
-¿Solo necesitas que no vaya a la tierra?-
-Si, se lo mucho que le gusta ir a contemplar la naturaleza, pero es necesario no dejar que vuelva a salir a la tierra....no hasta que mate a Tougou-
-¡¿Matar a Tougou?!-
-Asi es, ese tipo está obsesionado conmigo y aunque logré salir de su cárcel seguirá detrás de Choromatsu hasta dejarme sin nada ya que cree que mi reinado en el infierno no es merecido, no si él sigue con vida, así que solo dejara en paz a Choromatsu hasta que uno de los dos muera-
-¿Uno de los dos?-
-Si, así que no se preocupen...si pierdo dejara tranquilo el cielo y a mi diosa y si yo gano, regresaré por Choromatsu...- los ojos de osomatsu brillaron como si estuviese por llorar. -El probablemente me va a odiar y no me dejara acercarme a él nunca más, pero prefiero eso...a qué muera.- dijo cargando a Choromatsu y besando su frente. -Adios mi ranita- dijo para finalmente sonreír a Choroko e irse al estanque a cuidar.
Jyuishimatsu se coloca frente a él y le da un abrazo...
-¿Que pasa?- el arquangel solo se quedó de pie sonriendo y el demonio le devolvió la sonrisa. -Dejo a Choromatsu en tus manos- dijo retirándose. -Adios mi ranita-.

Un Mar de PecadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora