Un Mar de Pecados

Misterio

//Ichimatsu//

Karamatsu y yo hemos estado ocupados, últimamente han aparecido más demonios de lo que esperaba. Naturalmente siempre eran el idiota de Osomatsu y la puta de Totoko.

Naturalmente eso sería normal pero últimamente no es así, los demonios parecen ser aún más agresivos que antes, al punto de llegar a herir a los humanos.

Karamatsu hacia sus rutinas diarias al patrullar en los alrededores, yo me encontraba en la iglesia esta vez, me había dado un estúpido resfriado...¡Cómo si fuese un puto humano débil! Karamatsu no quiso posponer su "patrullaje" y me ofrecí a ir aún enfermo pero él me convenció preguntando si él no era lo suficientemente fuerte para protegerse ni protegerme...
Y aquí estoy, completamente jodido por una condición humana.

Karamatsu llegó por fin, pero algo esta mal...este aroma y sencion es extraño...algo le a pasado a Karamatsu...

//Narrador//

Ichimatsu salió de la cama apresurado por ver a Karamatsu.

—¡Karamatsu!—
—¿Ichimatsu?¿Que haces fuera de la cama? Aun no te has recuperado—
—¿Estás bien? ¿Ocurrió algo?—
—No, todo está bien—
Ichimatsu continuaba inquieto algo extraño estaba ahí y venía de afuera.
—Hay algo afuera, Karamatsu ponte detrás mio— Ichimatsu saco de sus pijamas un arca y apunto a la puerta.
—¡Espera!— lo detuvo y quitó el arma y abrió la puerta.—Tranquila, puedes pasar—
En la puerta se encontraba una linda monja.
—¡¿Tu?!—  dijo con sorpresa Ichimatsu.
—¡¿Eras tú?!— dijo la monja con la misma sorpresa.
—¿Que haces aquí?—
—¡Eras tú! Santa mierda, esto se está poniendo cada vez más interesante.
—No estoy para tus juegos, maldita bruja—
—¿Eh? Pero yo quería ver más...—
—¿Me explican que esta pasando?— dijo finalmente el Padre ante toda la conmoción.

La monja miro a Karamatsu de arriba a abajo incómoda solo un poco.
—Pues no está tan mal, ahora veo porque renunciaste a tu trabajo pero ¿Enfrentarte a las diosas?—
—Es una larga historia y deja de mirar así al padre que lo incómodas—
—¡Ah es verdad! Presentamos Ichi—
—Padre, el es Todomatsu una bruja cualquiera—
—Que cruel, no soy una cualquiera—
—Tu y tu novio tienen una relación sin cadenas, los dos son igual de putos—
—Pero el es mi favorito—
—Silencio Putotti—
—Es suficiente, estamos en la iglesia— dijo el padre Karamatsu algo impaciente.
—Lo siento— dijo Ichimatsu apenado.
—Vaya que te tienen dominado, pensar que eres el mismo Shinigami rebelde de hace varios años...—
—Eso fue hace ya más de 500 años—
—¿Tienes más de 500 años?— dijo el Padre sorprendido.
—¿Eh? Sí, yo...—
—Aunque no lo parezca, este Shinigami tiene mucho más de 50,000 años...— Karamatsu estaba aún más sorprendido.
—Pero eso es algo irrelevante, no es algo que afecte a nadie si no lo digo—
—Estas taaaan enamorado—
—Bien, ya nos viste, te divertiste, así que ahora lárgate a qué te de tu novio, Putotti—
—Que cruel y pensar que lo compartí contigo en una ocasión...—
—¡¿Qué?!— exclamó el padre.
—Nos vemos Shinigami-kun— dijo Todomatsu desapareciendo en los árboles.

Ichimatsu estaba de piedra al escuchar lo que Todomatsu dijo frente al padre.

—Ichi...—
—Debemos irnos, ya casi es hora en que los demonios aparecen en la orilla del pueblo— dijo evadiendo la conversación.
—Espera...—
Ichimatsu salió corriendo dejando al padre solo persiguiendole.

//Ichimatsu//

Ese maldito Putotti, ¡¿Cómo se atreve a decir eso frente a Karamatsu?! Ahora esto será muy incómodo para nosotros.
He tratado de olvidar todo mi pasado solo para que Karamatsu y yo podamos estar en paz y llega este maldito bruja y habla.

A lo lejos puedo ver demonios y detrás de mi escucho al Padre llamarme.
Saco una de mis armas y logro acabar con con uno de los tres demonios que están frente mío, estoy por matar el segundo pero mi cabeza da vueltas y mi respiración sigue agitada por correr, siento mi cuerpo aún más pesado que antes y mis piernas parecen ya no querer responder.
Puedo sentir como me voy hacia atrás y Karamatsu me toma con suavidad en sus brazos mientras el recita algunas oraciones, puedo escuchar los gritos de los demonios pero mis ojos están cerrados. Cuando los gritos se detuvieron perdí la conciencia.
Al despertar me encuentro en la cama con un trapo en mi frente, se siente fresco y agradable...

//Narrador//

—Oh, por fin despertaste— era Karamatsu.
—¿Cómo...—
—Despues de que aquella monja que no era monja se fuera, saliste corriendo descalzo, en pijamas y aun con fiebre—
—Que estúpido de mi parte—
—Agradesco que esos demonios hayan sido de bajo poder o algo malo pudo haber pasado—
—Es cierto, mejor descansa un poco más y toma ésto— dijo dando un té a Ichimatsu.
—Gracias Totty...¡¿Totty?!—
—Hi~ volví—
—¿Que haces aquí? ¿No te habías marchado ya?—
—¿Que dices? Fui por mis medicinas para curarte, un Shinigami no puede curarse con los métodos simples de los humanos—
—¿Que quieres decir?— pregunto dudoso el Karamatsu. De la nada Ichimatsu queda profundamente dormido después de beber aquello. —¿Ichimatsu? ¿Que sucedió? ¿Que le hiciste?—
—Tranquilo Padre, es solo la medicina actuando en el sistema del Shinigami, debe limpiar su interior o volverá a enfermar—
—¿Que quieres decir con limpiar su interior?—
—Bueno es uno de los tantos misterios de los Shinigami— dijo recogiendo la taza. —Los Shinigami a tienen diferentes maneras de ser que los humanos, brujas, los demonios y diosas. Aquello es espíritu—
—¿Su espíritu?—
—¿Sabes que son los demonio?—
—Son seres de obscuridad—
—Exacto, ¿Y los angeles?—
—Son seres de luz—
—Asi es, los angeles son seres de luz y tranquilidad, los demonios son seres de obscuridad y muerte,  yo como bruja soy un ser de magia y trucos, pero los Shinigami son un alma de luz y obscuridad—
—¿Solo un alma?—
—Así es, tu amada monja trasvestí no es más que un alma libre la cual ayuda a los humanos a llegar a su destino—
—Pero él puede hacer muchas cosas y sentir muchas emociones, no puede ser solo un alma obediente—
—Apesar que Ichimatsu sea capas de hacer grandes cosas, tanto él como los dioses y demonios una vez fueron humanos por ello pueden tener cualquier emoción, hasta yo—
—Pero entonces...¿Que hay en su interior—
—Eso es otro misterio, los Shinigami no hablan con facilidad sobre si mismos y no dan información a nadie si no es necesaria—