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Al día siguiente me aseguré de meterle en la cabeza a mis padres adoptivos que tendrían que ir a comer con los Cullen, después de montones y montones de miradas asesinas, ellos me dijeron que lo pensarían

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Al día siguiente me aseguré de meterle en la cabeza a mis padres adoptivos que tendrían que ir a comer con los Cullen, después de montones y montones de miradas asesinas, ellos me dijeron que lo pensarían. Eso ya era un avance.

Sabía que el tiempo se me estaba acabando, así que trate de fastidiar lo suficiente para que lo tomarán en cuanta. Esa misma mañana se me dió por caminar por la Push, así que lo hice. Tome la ropa más ligera que tenía y al llegar allá me aplaste en la arena frente al mar. Todo era tan calmado y callado.

Mi paz y calma se fue al escuchar aullidos lejanos, me levanté rápido de la arena y corrí al bosque. Eso fue en definitiva una mala idea.

Ese no era mi territorio.

Seguí corriendo sin importar quién iba detrás de mi, escuchaba claramente los gruñidos furiosos de la manada que me estaba persiguiendo, podría convertirme pero no estaba pensando en darles pelea.

Mire al frente y espere a que uno de ellos saliera, cuando observé un lobo igual a mi, me tire sobre él intentando sujetarlo con mis manos sobre su pescuezo para dejarlo quieto.

—No quiero pelea, no vine buscando eso. Sé que es su territorio, lamento haber cruzado.

El lobo que estaba en mis brazos me mordió la mano y me tiró al piso, conocía esa fuerza. Un alfa.

Inmediatamente entendí que tendría que pelear para irme, así que sin perder el tiempo me transforme.

Ambos soltamos varios gruñidos, al no ser parte de la misma manada ninguno podía leer el pensamiento del otro. Así que yo fui la primera en atacar, rasguñando su lomo.

El otro lobo me mordió la pierna, ante eso, automáticamente solté un aullido a mi manada. Buscando un poco de apoyo ante la fuerza del alfa desconocido. Él volvió a intentar morderme en mi cuello lo que no permití volviendo a morderlo.

Nuestros gruñidos y aullidos demostraban que ninguno de los dos iba a dejar de pelear. De repente el me sujeto entre sus patas y del cuello como si fuera una simple cachorra, aventandome a un árbol con tanta fuerza haciendo que este se cayera.

Se acercó lentamente a mi y me gruñó, aunque en ningún momento demostré sumisión. Sabía que este sería mi final si así lo quería el otro alfa.

Pensando en eso pude ver como un borrón negro quitó al lobo frente a mi y lanzo unos gruñidos que me puso el pelaje de punta. Era Emiliano, mi alfa.

Me sorprendió ver qué la manda del otro alfa se hiciera hacía atrás.

Ni siquiera me había dado cuenta que me había convertido de nuevo en mi forma humana cuando mi alfa me dió nueva ropa que traía en su hocico, así que me cambié detrás de un árbol, esperando también a mí alfa.

Ambos nos reunimos junto a los otros, los cuales también estaban en su forma humana.

—Soy Emiliano, el alfa de mi manada. No queremos pelea.

SPANISH || TWILIGHT ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora