alone

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Se sentía tan agotado que en cualquier momento podría volver a recaer como antes. Después de todo, estaba solo.

Su cuerpo se estremeció, sintiendo de nuevo las constantes punzadas de dolor alrededor de toda su cabeza. Un jadeo ahogado salió de sus labios. Trató de retener sus gritos, queriendo sufrir en el silencio de su oscura habitación, mojando las sábanas con sus espesas lágrimas provenientes del horripilante dolor que sentía.

¿Iba a morir por fin?.

Se puso de rodillas, poniendo su cabeza en el colchón, queriendo arrancar la piel con sus uñas por la angustia que sentía. El calor al igual que el dolor se plasmó en todo su cuerpo. Su holgada camisa negra se había pegado a su espalda completamente sudorosa al igual que sus cortas bermudas. Se sentía desvanecer al sentirse cada vez más sofocado de dolorosas sensaciones conforme el tiempo pasaba.

Estaba agotado.

Sollozó en silencio una vez más, sintiéndose totalmente estúpido cada vez que el dolor se intensificaba.

¿Qué había pasado?, ¿por qué estaba en esa situación?.

Estaba cansado de tener que retener sus sollozos cada vez que sentía este dolor inexplicable. ¿Estaba siendo castigado acaso?, ¿por qué justamente hoy?. Se encogió en su lugar al escuchar pasos en el pasillo, reteniendo sus sollozos un poco más al escuchar un melodioso canto provenir desde la cocina hasta desaparecer por completo.

¿Cuánto tiempo tenía que soportar esto?.

Estaba cansado de guardar tantas preguntas en su cabeza cada vez que recordaba algo nuevo. ¿O tal vez no era un recuerdo?, ¿era su mente jugando con él?. A fin de cuentas si terminó loco como tantas veces le había dicho su padre aquellas noches llenas de amargos recuerdos.

No, no quería recordarlo, era suficiente.

Un escalofrió recorrió su cuerpo, de nuevo esa suave voz que conocía también resonó en sus oídos como un susurro.

La luna está muy hermosa hoy.

Puedo morir en paz.

No, no, no, no.

¡Detente, te lo ruego!.

Ya aprendí, déjame en paz, deja de torturarme de esta manera. No sé de quiénes me hablas.

Eres tú.

¡No, cállate!.

Eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú, eres tú.

Basta, por favor.

Acéptalo.

Ámame hasta que la muerte nos separe. una una leve risa resonó en sus oídos, provocando inevitablemente una sonrisa inconsciente en sus lindos labios acaramelados.

No sería suficiente, mejor digamos que te amaré en nuestra otra vida y en la siguiente. no le dió  tiempo de reaccionar cuando sintió su ligero cuerpo sobre él, aferrándose a su cuello mientras repartía pequeños besos por todo su rostro con una sonrisa. Él; gustoso, no podía evitar reír aún más mientras acariciaba su cálido cuerpo descubierto en aquella noche de invierno frente al fuego.

¿No eres tú?.

De nuevo, la dulce melodía resonó en sus oídos de forma leve. El sonido de los cubiertos chocando contra el fondo de las sartenes acompañado de pasos rápidos e inseguros.

Sí, era él.








Another | yoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora