lovers

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Ustedes nacieron enfermos.

Aquellos gritos retumbaban en su cabeza totalmente atormentada. Se sentía enfermo, justo como aquellas palabras que le gritaban al oído. ¿Debía sentirse sucio?, ¿debía de sentirse culpable por haber pecado?. Él valía la pena, por él reiría en un funeral, por él saltaría por voluntad propia en el temible y oscuro acantilado. Aunque no debía de ser así, él lo haría, pecaría miles de veces si así podría estar junto a él.

¡Son unos monstruos!, ¡no merecen estar aquí!.

Aquellas sucias palabras le removían las entrañas, hacían que sus puras lágrimas corrompidas se convirtieran en la sangre que derramaba su lastimado amor. Estaba claro, aquel hermoso ángel había pecado, sosteniendo la mano de un sucio pecador con orgullo, gritando que había pecado, que había amado.

Y él nunca se arrepentiría de amar a alguien como lo estaba amando a él.

¡Nuestro padre nunca te perdonará!, ¡mereces ser desterrado!.

Los gritos no paraban, mientras que sus lágrimas sangrientas se volvían cada vez más oscuras, mostrando la corrupción de su antes pura alma. Las cientos de personas ahí gritaban, le gritaban en los oídos, restregándole en el rostro sus pecados, su error de haberse enamorado de un sucio demonio.

A pesar de todo, no bajó la cabeza, tampoco se mostró cohibido mientras miraba aquellos vacíos y oscuros ojos que habían sido su lugar seguro durante tantos meses junto a él. Se sentían en paz al mirarlos. Nada a su alrededor existía más que aquellos dos amantes mirándose a los ojos, tomados de las manos delante de todos aquellos que los juzgaban y trataban de separarlos. Ellos no cedían, su amor no cedería ante algunos miradas llenas de odio, de palabras hirientes.

¡Serás castigado!.

Por primera vez, aquel hermoso ángel sonrió, acariciando el ostro de la persona que más amaba, sintiendo como sus manos quemaban ante las llamas que crecían, pero no le importó. Ver la sonrisa de ese demonio le traía tanta paz que quiso ser desterrado por primera vez en su vida si eso implicaba que podría ver su sonrisa sin ser juzgado, que podría besar sus labios bañados en llamas sin miedo a ser descubierto

En cambio, aquel demonio recordó cuando lo conoció. Se veía tan débil, tan lindo y a pesar de ser puro, sus ojos estaban bañados en tristeza. Él era un ángel corrompido desde hace mucho. Él quiso ayudarlo, desde la primera sonrisa, quiso hacerlo feliz a pesar de ser castigado. Él era lo más hermoso qur podría haber visto. Sería capaz, por supuesto que lo sería, de ponerse de rodillas ante un dios con tal de hacerlo feliz.

Estaba traicionando a todos, pero no le podía importar menos.

¡Los pecadores serán castigados y desterrados!.

El ángel y el demonio sonrieron, sin apartar sus miradas mientras se arrodillaban a la par. Sintiendo la calidez del otro a través de sus manos. Se arrodillaron ante todos aquellos que seguían gritándoles sus sangrientos y descarados pecados.

Amén.

Dijeron.

Luego, las lágrimas del ángel corrompido se volvieron completamente negras.

Another | yoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora