CAPITULO 9

802 28 11
                                    

ANAHÍ:

-¿Anahí?.

Su voz me quita de mi laguna de pensamientos mientras veo sus fotos. Está de pie a pocos pasos de mí, con su bastón guía en ambas manos. Sosteniéndolo como a una pelota anti estrés. Las palabras de  Rene vuelven a mí y sonrío.

-Hola, Dul.

-Creo que estoy lista- sonríe.

-Lo estás, tranquila- me acerco a ella, y con un hueco en mi estomago, cojo su mano. 

Dulce, sonríe y la entrelaza de manera perfecta a la mía. Tal motivo me hace querer darlo todo por ella, pero nuevamente me tengo que golpear mentalmente de que soy una simple prostituta y ella no merece a alguien así, aunque deje toda esa porquería.  Me quedo durante unos segundos mirando como lucen.

-¿Vamos?- aparto mis ojos de la unión, ahora solo me quedo con la sensación de cosquilleo. 

Dulce, le anuncia a Rene su partida, y bajamos hasta el estacionamiento del edificio.

-Dime que no tienes nada en contra de los autos antiguos- digo mientras caminamos en dirección a Blue.

-¿Tienes uno?.

-Tengo uno, y soy una burla para muchos... tengo otro auto, pero este es mi preferido.

Se ríe.

-¿De que auto estamos hablando?.

-Un Ford Mustang clásico. Es de color azul, y por eso lo bauticé como Blue- Se vuelve a reír- Era solo una niña cuando lo bauticé.

-Me gustan los autos antiguos. Ningún auto moderno, por más perfecto que sea, puede superar uno.

-¡Sabía que no estaba sola en el mundo!- sonríe- Bien, te presento a Blue.

Me suelto de su agarre, y coloco su mano sobre el auto. Dulce sonríe, y lo palmea suavemente, como si se tratara de uno de mis amigos peludos.

-Encantada de conocerte, Blue- realmente no sé si lo hizo para burlarse o qué, pero me hizo sonreír aún más si es posible. Nos subimos al auto y enciendo la radio, logro localizar una estación perfecta para que nos acompañe por un momento- ¿A cuántos perros conoceré hoy?.

-Siete.

-¿Siete?- se ríe- Por un momento creí que ibas a tirar un número más alto.

-Muy pronto lo será- sonríe.

-¿Ninguno me atacará?.

-No, todos son muy lindos. Aunque... te cuidaré de Bingo, es el más grande de todos, pero él cree que es pequeño al saltar  de la emoción. Es el que más amo del grupo, pero por favor no le digas a los demás que es mi favorito.

Dulce, se ríe  y promete guardar mi secreto. De hecho, es la primera que lo hace sin tratarme de loca.

El viaje se mantuvo tranquilo, entre anécdotas y risas por parte de ambas. 

Llegamos al campo de Arturo, y Dulce sonríe al escuchar los ladridos de mis amigos. Arturo había llegado, él me saluda desde la puerta, y desde donde estoy, puedo ver su mirada interrogante ante mi compañera.

-Espera aquí, los preparare para presentarte- Dulce sonríe y salgo del auto.

Inmediatamente mis siete amigos se lanzan hacía mi, pelean amistosamente por quien recibe primero mi atención. 

Intento poder contra la fuerza de su cariño, pero es imposible cuando Bingo, el más bruto de amor, salta sobre sus hermanos y  caigo al césped. Es increíble como unos seres tan hermosos como los perros cambian por completo mi estado de animo.

La Dama Y La ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora