CAPÍTULO 12

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CINCO MESES DESPUÉS

Las cosas con Anahí, no estaban caminando nada bien, para ser sincera. Estoy harta de que me oculten cosas, ellos realmente piensan que no me doy cuenta de nada, estoy ciega, pero no sorda. 

Rene, y María Celeste saben cosas sobre Anahí, que yo no. Siempre parecen estar discutiendo sobre algún tema relacionado con ella, y cuando me ven, cambian de rumbo la conversación.

Hace meses ella y yo nos sinceramos, nos dijimos cuanto nos gustabamos, y el gran sentimiento que excistía en ambas. Pero de ahí, no pasó.

Anahí, por decirlo así desaparecio, ya no habían tardes divertidas con ella, ni paseos en Blue, ya no habían lecturas en braille, ni suspiros al viento. Fue como si nuestra confesión, se hubiera llevado todas aquellas cosas bellas que habían entre nosotras.

Mariana, tampoco sabía nada de ella. Ambas, venían muy poco a verme, y para ser sincera comenzaba a desesperarme, la extraño a más no poder, sin dejar atrás a Mariana, ella había entrado a mi corazón también, la consideraba una gran amiga. ¡¿Dondé carjo están?!.

-¿Estás bien?.

La voz de Rene, me hizo saltar, sin duda me encontraba con la mente en todo menos en el lugar presente. 

-No, llevo días sin saber de las chicas. Estoy preocupada, siempre llaman, o están cerca.

-Dul, estoy seguro que están bien. Esta mañana vi a Anahí, estaba platicando con una señora afuera del edificio. Se veía realmente bien.

-Entonces es claro que se quiere alejar de mi, ¿no?.

-Estoy seguro que todo tiene una explicasión.

-¿Qué es lo que sabes de ella, Rene?... se que algo oculta.

-Yo... Dul- escucho un suspiro venir de su parte- Ella tiene algunas cosas que decirte, pero hasta que llegue el momento, yo no tengo ese derecho.

-Ella no merece a alguien como yo, lo mejor es alejarme de una buena vez. Además, ella ya tomó la iniciativa, ya prácticamente no viene a verme.

-No, no quiero que repitas eso de nuevo. Ella tiene una razón muy importante, se está escondiendo en su casa, tiene unos problemas personales.

-¿Por qué, tú sabes eso?, ¿por qué, ella no me tiene la misma confianza?.

-No voy a dejar que te alejes de ella, esa chica te devolvió  la vida, tú misma lo has dicho en más de una ocasión. Y el que tú no sepas sus razónes no significa que no confía en ti, tiene demasiado miedo a perderte. 

-La decisión está tomada, me alejare de ella, esto no tiene sentido. Sabes que odio que me oculten cosas, y más cuando se muy bien que ahorita no sirvo para nada, por mi ceguera.

-No seas estúpida, Dulce- me dice Rene sonando molesto.

-Estúpido sería quedarme en la vida de Anahí y creer que no soy su amiga.

De pronto sentí como me eleve en el aire, Rene se había adueñado de mi cuerpo, iba corriendo conmigo en brazos, bajó su velicidad y me hizo incorporarme. Escuché como toco una puerta con fuerza, sabía a dónde me había traido, a casa de Anahí. 

-Es lo bueno de ser vecinos- me dice entre jadeos de cansancio.

-Chicos- su voz se escuchaba débil, pero pude notar que sonreía- Dul.

-Aquí te la dejo, Any- le dice Rene- ¡Hablen!.

Y como si de un fantasma se tratara, omitimos por completo a Rene.

-¿Ocurre algo?, estás... muy callada, distante y rara- me dijo con una suave voz.

-No es nada- intento sonreír, pero seguro que mi intento habrá sido el peor de todos- Solo me duele la cabeza y me siento algo cansada.

¿Por qué nunca podemos controlar nuestras emociones?, y cuando creemos que lo hicimos, de alguna manera u otra forma, se manifiestan. 

-Me estás mintiendo.

-No, no lo hago.

-Sí, lo haces y no sabes hacerlo. Tú rostro y actitud hablan todo aquello que estás callando- suspiro. Me conoce demasiado bien, me quedo en silencio porque no se que decirle, Rene me trajo aquí sin nada preparado. No sé como fingir- Dime que no es lo que creo.

-¿Qué es lo que crees?.

-Piensas que me quiero alejar de ti, te estás sintiendo culpable por tú ceguera, ¿cierto?- me quedo en silencio y no respondo nada- ¿Es eso?, ¿estoy equivocada?, dime que sí, que me equivoco, por favor. Porque sería lo más estúpido creer que...

-Pero es lo que creo, lo que pienso.

Anahí, se queda en silencio, la escucho reír más que molesta.

-No me quiero alejar de ti por tú ceguera. Tengo problemas con...

-No quiero hablar de esto ahora, Rene me obligo a venir.

-Ya lo estamos haciendo, ya lanzaste la piedra y no pudes esconder la mano.

-Como digas.

-Tú actitud de ahora me recuerda a la de un principio. Es absurdo que te sientas culpable, de todo lo que pase a tú al rededor por estar ciega. 

-Me lo han dicho, pero yo pienso de manera diferente.

-¡De una manera muy tonta!- grita haciendome sobresaltar en mi lugar- No eres culpable de nada.

-Mereces algo mejor Anahí.

-Tú eres lo mejor- su voz se quiebra y tengo que ser fuerte para no sentir debilidad. Para no desmoronarme por completo delante de ella- Eres mi mejor y más lindo momento. Mi momento que no quiero que termine, por favor...

-Mereces alguien que te cuide- Anahí, comienza a llorar. El sonido de su llanto me rompe en mil pedazos- Alguien que te vea y te diga lo hermosa que estás. Alguien que en las mañanas te diga lo perfecta que eres aún estando despeinada. Mereces ser mirada, y que con esa mirada veas toda la verdad, veas que está locamente enamorado de ti. Y yo... no puedo con eso.  No puedo cuidarte, porque tú lo haces, siempre. No puedo verte en las mañanas, no puedo decirte lo hermosa que luces cuando usas tú vestido favorito del que tanto me has hablado. No puedo mirarte a los ojos y que en los míos veas todo el universo de mis sentimientos. ¿Sabes lo feliz que me haría ser tú persona de vida?, pero no lo soy, yo no...

Ahora es mi voz la que se quiebra, no puedo seguir hablando. No puedo, no quiero llorar delante de ella. Y he aquí el impacto del dolor.

-Ya no sigas, por favor- dice entre lágrimas- Tienes que saber que lo que tú me haces sentir, nunca nadie lo hizo. Me haces sentir hermosa, aunque no puedas verme. Y me haces sentir así por mi persona, no por mi físico. Y eso es algo tan lindo que no todo el mundo puede hacer, y tú lo haces, a cada momento. Eres mi persona, te elegí porque eres tú. Lo siento así, no puedes decirme que no lo eres. 

-Quiero que te dejes de esconder, quiero que te sientas protegida a mi lado.

-¡Me siento protegida!.

-Anahí.

-¡Entiende lo que te digo!. Nada cambia, no puedo salir casi de aquí, porque hay personas que me están buscando, tengo que hablarte de esto, pero no es el momento. Por eso no te he ido a vicitar, nada tiene que ver tu ceguera, o que no me puedas proteger. Me siento protegida, querida y segura. Por primera vez en mi vida siento que mi presencia le cambia la vida a alguien, y tienes que saber que tu presencia cambia la mía, para bien. Me das algo nuevo,  lo que necesito, lo que siempre busqué. Y ahora que lo encontré no quiero perderlo. No quiero perder nada de esto.

HOLA, chicas, lo prometido es deuda. Y aquí es el primer capítulo después de mucho tiempo. Espero les guste, es corto, pero estaré subiendo más.
Saludos!

La Dama Y La ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora