𝚃𝚎𝚖á𝚝𝚒𝚌𝚊: Tierna y triste. 𝚄𝚗𝚒𝚟𝚎𝚛𝚜𝚘: Normal. 𝙿𝚎𝚍𝚒𝚍𝚘 𝚍𝚎: BelenSuela18
Notas:
- Capitulo largo (6,000+ palabras). - Perdón por la tardanza. - Su apellido será Itō (obvio si no les gusta o algo así, pueden cambiarlo UwU)
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La fría nieve adornaba delicadamente los árboles y caminos por lo largo de la montaña. Y en todo ese paisaje blanco resaltaba una joven (color de cabello) corriendo por la nieve con su ahori (color favorito) ondeando ligeramente por la rapidez que se movía. ¿A dónde se dirige? A casa de la familia Kamado. Resulta que [T/N] vivía en la misma montaña que aquella amable familia, solo que ella y su familia vivían en una parte más baja, cerca del camino para ir al pueblo. En fin, la chica quería ver a su amiga Nezuko. Y no quería perder el tiempo así que decidió ir rápido para volver antes de la cena.
El frío viento acariciaba el rostro de la joven. La chica procuraba no hiperventilar por la demandante subida, no quería que sus pulmones se congelaran. A tan solo unos metros pudo divisar a la pequeña Nezuko, cargando a su hermano menor Rokuta, este se encontraba enredado en una cobija, en la espalda de Nezuko, mientras esta caminaba, arrullando al menor.
- ¡Nezuko-chan!- le llamó la Itō.
- Oh, hola, [T/N]-chan- saludó felizmente y en un susurro, la Kamado.
Nezuko realizó un ademán, indicando a [T/N] que bajara la voz. Acto que captó al notar un adormecido Rukota.
- Ohhh, jeje- se cubrió los labios con la mano, riendo en silencio-. Lo siento- susurró.
- Está bien. ¿Cuándo llegaste de Tokio?.
- Oh, hoy en la mañana. Y quiero contarles a todos de mi viaje, ¡LAS CASAS ALLÁ SON GRANDES Y...!- se cubrió la boca al ver a la pequeño retorcerse ligeramente-, ¡Es muy bonito!- gritó entre susurros.
- Me lo imagino, algún día iré- sonrió gentilmente Nezuko-. Será mejor que lleve a Rokuta a casa. Así podrás saludar a todos- sonrió dulcemente Nezuko.
- Sip.
Ambas jóvenes caminaban en dirección a casa de los Kamado. En el transcurso las dos chicas platicaban de la estancia de la Itō en Tokio con su abuela.
Por fin llegaron y justo a tiempo para encontrarse con el hermano mayor de los Kamado, el cual salía de la casa con una canasta llena de carbón.
- ¡Oni-chan!- llamó alegremente Nezuko a su hermano, él cual venía a la dirección de la oji-rosa.
- Hola, Tanjirō- saludaste felizmente al de cabellos burdeos.
- ¡Oh!, Jaja, hola [T/N]-chan. Es un gusto verte por aquí otra vez, ¿cómo te fue en Tokio?- preguntó amablemente a la joven peli-[C/C].
