03.

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—Nena. Ya me voy — le hablaba Emilio a Candy.

— No te vallas, papi — sollozo. Nunca me gustaba ver a Candy llorar.

— Pasado vengo, papi tiene cosas que hacer — ella lo abrazo, Can era muy pegada a Emilio, era muy pocas veces las que él se quedaba a dormir.

— Papi, te extrañare mucho, mucho.

— Voy a volver, amor — se separaron del abrazo.

—  Chao Can — le dio un beso en la mejilla — chao Joa — dejó un rápido en mis labios, abrió la puerta y la cerro de un portazo.

— Ven, nena — Candy corrió a mis brazos y la cargue enrrollo sus piernas en mi cintura y en mi cuello, mientras ella sollozaba yo acariciaba su cabello castaño — Can, hoy no voy a trabajar ¿quieres hacer algún pastelito?

— ¿Puede ser uno de chocolate?

— Sip.

— Entonces si, quiero un pastelito de chocolate.

La baje de mis brazos al suelo — anda a lavarte la cara mientras yo voy sacando las cosas ¿okey? — ella asintió y se fue al baño.

Saque las cosas para hacer el pastel, Candy amaba el chocolate. Solo se comía una barrita o un pedazo de pastel una vez cada dos semanas.

Candy era niña muy obediente, muy inteligente y responsable. Can siempre trataba de regalarle una sonrisa a todes Ella era lo que más amo en este mundo y mi única familia.

— Ya estoy, papi — le amarre una coleta, para que sus cabellos no esten estorbando.

Y nos pusimos hacer el pastel, mientras se horneaba mi castañita terminaba de hacer su tarea y de ordenar sus cosas para el kinder. Pasamos una tarde agradable comiendo pastel y viendo películas.

[...]

Emilio — entre a su oficina.

Ya habían pasado varios días después de que discutimos, siempre lo arreglamos con sexo.

— ¿Si, hermoso?

— Hoy en la tarde tienes una reunión, con los nuevos inversionistas.

— Ahí estaré — se paró de la silla de su escritorio, y se acerco a mi, estábamos  frente a frente, el se acerco a mis labios a besarme, nuestros labios se juntaron, era apasionado, sus manos estaban en cintura y las mías en sus hombros.

Nuestras lenguas estaban en una guerra, donde él salio ganador, bajaba más sus manos hasta llegar a mis caderas y juntando me mas a él, mis manos subieron a sus mejillas.

Toc toc

Alguien tocaba la puerta.

Nos separamos de golpe, nos arreglamos, limpie la comisura de mis labios y agarre mi libreta, Emilio se fue  a sentar a su silla.

— ¿Quién?

— Yo,  Magaly

— Pase — Magaly pasó, fue defrente al lugar de Emilio y lo beso. Ni siquiera me saludo.

La escena era muy incomoda, salí de la oficina rápido sin hacer tanto ruido.

Emilio y yo casi follamos antes de que ella llegara, y ahora le esta comiendo la boca.

Preferí enfocarme en lo que es mi trabajo para acabar rápido y poder ir a ver a Can.

***
No me gusto, pero quería darles un capitulo

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Siempre Seré El Otro - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora