07.

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- Joaquin...

La señora Marcos y Magaly junto a los otros señores ya habían abandonado la oficina de Emilio y seguramente también la empresa.

Ahora estábamos frente a frente, la expresión de su rostro era seria, sus labios están en una recta y sus ojos chocolatosos tenían un cierto enojo.

-¿Qué desea señor Marcos?

Yo sabia perfectamente que no le gustaba que le diga así, lo hacia a propósito.

- Joaquin. - eso sonó como un regaño - Escuchaste lo que dijo mi mamá, verdad?

- Si - le hable rápidamente - Tu mamá lo grito a los cuatro vientos. Si fuera por ella lo andaría por toda empresa diciendo que quiere un nieto. - Voltee dandole la espalda.

Emilio suspiro.

- Acaso...¿te pusiste celoso? - sentí su respiración en mi oreja mientras él pasaba sus grandes manos por mi cintura.

- No. - dije rapido y "seguro", él solto una carcajada como si lo que hubiera dicho fuera gracioso.

- Tampoco tienes porque, lindo - sus manos ahora mis caderas pegando mi trasero a su entrepierna. Solté un gemido que escapo rápidamente de mis labios. - Solo te quiero a ti.

Una de sus manos dejo mi cadera y fue hacia mi pecho, ya sabia las intenciones que tenia.

- Emilio estoy cansado, ahorita no - bufo tenia muchas ganas de soltar una carcajada por la mueca que se formo en su rostro.- Además que tengo que ir a ver a Can.

- Entonces te acompaño.

- A Can le se pondrá muy feliz al verte.

- Sabes algo - negué - tal vez me quede a dormir - levantaba las cejas picaronamente.

- Contigo no se puedo Malo

[•••]

Candy estába sostenida de mi mano y la de Emilio, desde que salio no nos dirigió la palabra solo nos saludo.

Se me hace raro porque aveces Candy llegaba hablar hasta por si una hormiguita pasaba pero siempre nos conversaba de algo.

- Papi Joaco - su tono de voz sonaba apagado.

- ¿Si?

- Un compañerito de mi clase me empezó a molestar - fruncio su ceño y arrugo su frente.

- ¿Qué? ¿Por que?

- Es que... - su voz empezó a quebrarse y hipaba

- Tranquila nena, tranquilizate ¿okey? - ella asintió, me arrodille a su altura y limpiaba sus lágrimas.

- Es q-que - hipo - me dijo que mi papi Emilio apareció en una revist-ta -hipo - co-n un-a se-seño-ra y - empezó a sollozar más fuerte - de-cian que eran es-esposos y me empezó a molestar

Emilio y yo nos miramos abriendo los ojos como platos y volvimos a ver a Can.

Emilio la cargo en sus brazos y ella esconde su carita en su cuello.

Llegamos a mi casa en silencio mientras Can soltaba pequeño hipidos.

Siempre Seré El Otro - EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora