Familia Kim. Sinónimo de muchos secretos y venganza.
Una familia a la que no le falta absolutamente nada y que obtiene lo que quiere, cueste lo que les cueste.
Esta dinastía se conformaba de la siguiente manera;
Dos personas de avanzada edad, marido y mujer. Los abuelos Kim. La arrogancia y soberbia completamentadas entre ellos. Dueños del casino de la familia. Padres de seis hijos.
DongSun, hijo mayor. La avaricia en carne propia. Un codiciado soltero proxeneta y dueño de su propio negocio de cocaína.
DaeHyun, segundo hijo. Drama en su máximo esplendor. Asesino de su única esposa, madre de su hijo. Todo un criminal pasional. Padre de Jin, el mayor entre sus primos, una copia de su progenitor; restándole los crímenes cometidos, claro está.
JiEun, el difunto hijo pródigo. Sensibilidad y venganza eran sus características principales, portador de los más obscenos secretos que fueron llevados hasta su tumba, junto a su esposa, Kang YeSol. Causa de muerte, nadie sabe realmente, solo lo hicieron parecer un accidente. Padre de TaeHyung, el tercero mayor en la línea familiar más joven y el que se mantenía alejado de la oscuridad de su apellido, pero no era una excepción a este. Jóven, inteligente, ágil pero sentimental como su madre. Inocente de cualquier delito. Dueño de tres bares heredados por sus padres.
JaeMin, el menor de los varones. Todo un psicópata y buen negociador. Esposo de Margaret Park y padre de dos gemelos de diez años. ¿Dinero? Él es mayor poseedor de bienes entre su familia.
HaNeul. Toda una puta aclamada y con clase. Madre de Elizabeth, la segunda entre los más jóvenes. Vengativa y psicópata, pero hermosa por naturaleza, toda una diosa.
Y por último, YoungMi. Hija menor. Consentida, materialista, caprichosa y audaz. La mejor en apuestas y lavados de dinero.
Eso es. En resumen.
Alguna mínima cosa que les moleste y no dudan en atacar. Derrochan dinero en casos que los ponga en peligro, siempre atacando de frente, siempre con cada paso seguro y completamente calculado, acaban con las vidas de cada miserable que se atreva a dañarles, de la manera más dramática y sádica posible.
Eso son. La familia más ruín de la jerarquía en que se regían. Hacerles algo, era firmar la propia sentencia de muerte. Todo un juego de suerte si se trataba de ellos.
Y no, no importaba si se odiaban entre ellos. A todos los que pertenecieran a ese clan, les corría la misma sangre por sus venas.
Inteligencia, estrategia, pasión y hermandad. Eso no faltaba en ningún Kim.
Y por supuesto que el querido TaeHyung no era la excepción de aquellas familiaridades.
Después de que su madre le implorara a su padre que abandonaran aquella mansión en la que todos crecieron, nada cambió, a excepción del odio de cierta persona hacía ellos.
La tía HaNeul.
-
-¿Nam?
-¿Eli?
-Oh, ¿cómo has estado?
-Bien... ¿Pasó algo?
-Ahh, te cuento...- Un suspiro temeroso salió de sus labios.- Emm, como ya sabes trabajo para los Kang y ellos no se llevan bien con nosotros. ¿Verdad? Bien, pues te contaré una historia.- Elizabeth aclaró su garganta y continuó.- Había una vez una mujer que llegó a nuestra casa, era una Kang, todos la aborreciamos... Ella arruinó mi vida sin saberlo y la maté, junto a su esposo, porque me enteré de que no solo era mi tío; sentí culpa, pero me juré acabar con aquella puta familia feliz.- Tomó una bocanada de aire y exclamó.- ¡En fin!.. Solo me falta uno y quiero matarlo de una manera en la que me haga sentir satisfecha, y bueno, ¿quieres saber quién es la putita de aquella persona?
-¿Quién es?
-Tu querido hermano. JungKook.
Un silencio se interpuso en la llamada. El miedo inundó a NamJoon mientras Elizabeth solo estaba inquieta por empezar su plan.
-Elizabeth, no me puedes hacer eso...
Y-yo, tú. Eres mi nov--¡Era! Nam, yo era tu novia. Y lo lamento, ¡mierda! Pero lo hago por mi.- Dijo con dolor.
-Júrame que no lo vas a tocar,
por favor.-No te puedo prometer eso, y por eso te lo conté... Sé que estás amenazado, no tienes a nadie peligroso de tu lado y no puedes venir; así que podré hacer lo que tengo en mente.
-Eli, por favor.
-Te amo, NamJoon. Cuídate mucho.
Elizabeth se dejó caer en el suelo de su cuarto. Se hizo un mar lágrimas. Sentía dolor y arrepentimiento por dañar a NamJoon, pero era firme en sus decisiones y no se iba a dar marcha atrás con lo que se había propuesto.
Odio, eso sentía desde que escuchó aquella conversación cuando apenas era una niña.
Un florero fue estampillado contra el suelo.
-¡¿QUÉ TE PASABA, JIEUN, ES TU HERMANA?! ¡¿DÓNDE ESTÁ TU RESPETO CON TU FAMILIA?!
El nombrado solo miraba a su esposa. La amaba y sabía que su error del pasado era irremediable.
-Dime que no es cierto... Dime que esta prueba es una mentira.- Habló con dolor la mujer.
-YeSol... No lo es.
Eso. Eso rasgó el interior de su corazón.
-Nos vamos ya mismo de esta casa.- Ordenó, tratando de recuperar algo de su calma.
-Es donde vivimos... No podemos irnos así nomás.- Obvió.
-Mira, JiEun. Tienes demasiado dinero y sí, nos vamos a ir... Porque estoy embarazada.- Advirtió en tono amenazante.- Esa niña se puede morir, si quiere. ¡Es una completa obra del pecado!.. Es una atrocidad.
Un balde de agua helada. Eso sintió JiEun
-Qu-querida... No digas eso.
-¿Crees que estoy jugando? Estoy embarazada, JiEun, y no dejaré que mi bebé crezca aquí. Así que nos vamos, o me voy yo sola... Sabemos perfectamente quién es el que necesita del otro y solo te daré esta oportunidad. Decide ahora mismo.