JiMin abrió ágilmente el apartamento dejando a YoonGi pasar primero, para luego volver a cerrar.
El mayor tomó con determinación la cintura del rubio y lo alzó para que quedara a su altura. Lo besó con vehemencia al tiempo que se dirigía a la habitación.
Dejó con cuidado a JiMin sobre la cama mientras se despojaban rápidamente de la ropa.
YoonGi se puso en pie para admirar a su chico y esa linda ropa interior de encaje rosa que tenía delicadamente puesta.
-Maldición, eres tan perfecto.
Se acercó rápidamente y le inundó la boca con besos húmedos que bajaron por todo su cuerpo dejando sutiles marcas rojizas en la blanca piel del más pequeño, volviéndolo un mar de jadeos.
YoonGi se encargó de hacer sentir a JiMin de la mejor manera. Siempre lo hacía.
Se acostó y sentó al rubio sobre sus caderas.
JiMin se movió sobre el miembro erecto de su novio con delicadeza. Era tan sensible a YoonGi.
Se quitó lo que le quedaba de ropa y mientras besaba a YoonGi, con una mano se sostenía para hacer que estuviera complementamente dentro de él.
Dió delicados saltitos porque sus piernas temblorosas le impedían hacer movimientos más fuertes, pero aún así, llegaron al punto más alto de placer.
YoonGi podía apreciar a JiMin todo el día. De verdad valoraba tanto que él fuera quién lograba hacerlo sentir el hombre más feliz del mundo.
Y por otro lado, JiMin se sentía el ser más amado por la persona más increíble que la vida le había regalado.
No podían pedir más. Porque no había más.
-Te amo, Min. Feliz cumpleaños.
- 2 semanas después -
-Hyung~ ¡Ya déjame ir!
JungKook se encontraba sentado en la barra haciendo un berrinche cuál bebé para que YoonGi le dejara salir por su tan deseado helado.
-Ya limpié todo, hyung. Déjame ir y compraré uno para tí también.
YoonGi lo miró de reojo. Serio.
-Sabes hacer negocios, mocoso.- Dijo recibiendo una sonrisa de JungKook.- Lárgate y no te demores que ya casi son las seis.
JungKook se levantó entusiasmado, corrió hasta donde guardaba su mochila y sacó algo de dinero para salir del bar dejando un "te amo, hyung~" en el aire para YoonGi.
La noche había llegado y con ella, habían llegado los clientes también. El bar estaba complementamente lleno, como era de costumbre en el lugar, lo que solo indicaba una cosa, mucho trabajo.
-Cariño, ¿sabes dónde está JungKook?- Preguntó JiMin mientras entregaba unos tragos a una pareja detrás de la barra, para luego fijar su mirada en su novio.
Mierda. Mierda. Mierda. Mil veces mierda.
YoonGi sintió un calor quemando su cuello y miró el reloj. 8:53.
-JiMin. É-él salió por un he... helado.
El mayor sintió nervios, la sensación de un creciente nudo se hizo presente dentro de su cuerpo, empezó a sudar frío y a susurrar incoherencias. No sentía sus manos.
-¿A esta hora?- Preguntó JiMin con un rastro de curiosidad muy notorio en su rostro.- Él sabe que debería estar aq-
-Ji-JiMin... Él salió a las seis por el helado.