Nauzet Gutiérrez
La junta con los nuevos inversionistas parece nunca terminar, faltan diez minutos para las cuatro por lo que Natalia no tardaba en salir del colegio. El señor Smith parece nunca terminar, solo habla y habla sobre cosas que ya sé, le pido a mi secretaria que mande a alguien por Natalia, le prometí que iría yo pero este tipo de cosas me lo impide.
"¿Ya vienes?"; Nat.
Mi teléfono se ilumina con aquel mensaje, vuelvo a llamar a Sandra diciéndole que cancele lo que le pedí y mejor le diga al chofer que prepare la camioneta porque si iré. Me levanto de mi asiento pidiéndole a Adexe que me avise de cualquier cosa relevante que puedan decir, cuando me dirijo a la puerta discúlpame por no poder seguir acompañándolos. Me dirijo a mi oficina esperando a que mi camioneta esté lista, también hago un par de llamadas para que todo salga bien. Recuerdo que dijo que quería ir a un café por lo que llamo a un amigo, el lugar siempre está lleno pero ser amigo del dueño tiene sus privilegios.
—Señor, Jake ya tiene listo su vehículo—, dice Sandra por el teléfono.
—Gracias, linda—, salgo de la oficina arreglando mi saco. —Cualquier vida que llegue a pasar avísale a Adexe, no quiero que nadie me moleste hoy, ¿entendido?
—Si, señor. Tenga bonita tarde—, me sonríe.
—Gracias.
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Natalia Ortíz
—A ver si entendí, ¿te pidió ir por un helado y tú aceptaste?—, yo le asiento con la cabeza. —¿Iras aún sabiendo que podrías meterte en problema con tu tía?—, vuelvo a asentir. —¡Bendito seas, Nauzet Gutiérrez!—, ríe.
—¡Jimena!—, le doy un golpecito en el hombro. —Es solo que... me pareció lindo de su parte—, me encojo de hombros. —Además solo vamos por el helado y a hablar.
—Espero y digas lo mismo después de que te haya metido la lengua hasta la garganta—, suelta una carcajada.
—¡Basta!—, para de reír y empezamos a reír las dos al mismo tiempo. —Aún así no creo que sea posible, todavía soy menor de edad y está mal.
Seguimos hablando en lo que espero a que él llegue por mi, cuando finalmente veo su camioneta me despido de mi amiga asegurándole que le contaré todo lo que pase. Me acerco al vehículo cuando veo que si es él, le pide al chofer que se baje a abrirme la puerta a la vez que me muestra que esta no tiene seguro. Tomo asiento a un lado de la ventanilla, Nau me da una pequeña sonrisa la cual se la devuelvo, en todo el camino a el café hablamos sobre nuestro día, el suyo al parecer más aburrido que el mío.
Cuando llegamos a nuestro destino yo soy la primera que se baja, él lo hace después y lo hace acomodándose el saco, le agradece a su chofer y me invita a avanzar. Cuando entramos me doy cuenta en donde estamos, volteo a verlo y él solo me sonríe con orgullo, le dice su nombre a un chico, este nos lleva hasta una mesa en el área de afuera.
—¿Aquí está bien?—, nos pregunta. Nau voltea a verme y yo asiento. —Entonces me retiro, en un rato alguien vendrá a tomarles la orden.
—Gracias—, le sonrió al chico.
Nos sentamos uno frente al otro, su celular suena por lo que me pide permiso, le doy un leve asentimiento de cabeza. El contesta el teléfono, aprovecho su distracción para detallarlo un poco más; es guapo. De eso no hay duda, claro que lo es, sus ojos adornados de aquellas largas pestañas, sus cejas rellenas y con forma sin necesidad de arreglarlas y la barba que ahora se le nota un poco más lo hace ver aún mejor. El saco hecho a su medida hace que resalta su piel, el peinado hacia atrás lo hace ver formal, ¿ya dije que me gustan sus manos? Son grandes, se le notan algunas venas y el anillo que usa en el dedo medio le luce increíble.
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Mi Protector [EDITANDO]
FantasiaElla era más fuerte de lo que pensaba, él solo necesitaba a alguien que lo hiciera feliz. Se complementaban el uno al otro, había secretos de por medio. Él tenía miedo a hacerle daño, ella se convirtió en su todo. Ella lo hizo feliz, sin saber que...