Capítulo 4

633 45 0
                                    

Nauzet Gutiérrez
Recorro los pasillos de la preparatoria junto al director, no creo haberlo mencionado pero quiero invertir en este campo, a la vez que estoy buscando nuevos talentos para un proyecto que tengo a futuro. El director me explica cómo funcionan la cosas, las clases que hay, universidades aliadas, sobre deportes y todo ese tipo de cosas, sin embargo en mi mente solo está aquella chiquilla de ojos azules.

Después de que nuestras miradas se cruzaran en la conferencia y en la salida de la misma, estaba acompañada de una morena con cabello rizado por lo que supuse que era su amiga, esta le hacía burla a la pequeña por haberse sonrojado. La busco con la mirada entre las chicas, esperaba verla a la hora de almuerzo, porque si, el director me llevó a aquel lugar solo para que viera la cantidad de estudiantes que tiene.  Me decepciono un poco al no verla, a la vez que salimos de ese lugar entra una chica sonriente, puedo decir que tiene una sonrisa maliciosa en su rostro, saluda al director al igual que a mi, le doy un asentimiento de cabeza para que avance. Cuando pasa a mi lado percibo un olor distintivo, saco esos pensamientos de la cabeza para seguir con el recorrido, sin embargo un pequeño llanto llama mi atención. Mis sentidos se agudizan, intento saber de dónde viene el sonido, así que dejo de prestarle atención al director, al parecer cada vez nos acercamos más a aquel peculiar lloriqueo.

—Disculpe, ¿podría indicarme dónde está el baño?— le pregunto al director cuando creo haber localizado de dónde viene el llanto.
—Claro que si, están en el siguiente pasillo a la derecha, ahí está el de hombres y justo en frente está el de damas.—Me indica gentilmente.
—Gracias. Si quiere aquí damos por terminado el recorrido, creo que ya conocí lo suficiente. Igualmente pasaré a su oficina en un rato más para hablar sobre los estudiantes y sobre el proyecto que los involucran.

Me da un asentimiento de cabeza como respuesta, me dirijo a donde me indicó que estaban los baños. Conforme me voy acercando el llanto se vuelve más fuerte, termino en frente del baño de mujeres, doy leves toques a la puerta, de repente aquel lloriqueo para, pero aún así puedo oír algunos sozollos que la persona intenta ahogar.

—Señorita, ¿se encuentra bien?, ¿necesita ayuda?—Digo con una voz suave intentando que se calme.
—Estoy bien, no se preocupe.—Intenta decir con normalidad pero su voz se rompe.
—Tome.—Abro un poco la puerta y le ofrezco el pañuelo que trae mi traje, ella lo toma delicadamente, nuestras manos se rozan levemente y se aparta.
—Gracias.
—No hay de que.

Le doy una pequeña sonrisa a pesar de que ella no logre verla. Tengo curiosidad por saber quién es así que me quedo fuera del baño esperando a que salga, no pasan más de diez minutos y ella sale. Tiene sus mejillas de un bonito color carmín, sus ojos azules se ven hinchados por las lagrimas que estuvo soltando y sus labios, joder, que hermosos labios tiene, también están algo hinchados porque puedo asegurar que se los estuvo mordiendo para evitar ser escuchada. La chica que tengo enfrente es la misma con la que crucé miradas ayer.

Natalia Ortíz
Desde que oí su voz supe que era él, pero el verlo delante de mi con su traje hecho a la medida, su pelo perfectamente peinado, la ligera barba de unos días y sus profundos ojos color marrón hicieron que por un segundo me quedara sin respiración.

Cuando sus ojos se posaron en mi logre ver un poco de preocupación en ellos, ignoré eso e intenté devolverle el pañuelo, no sin antes disculparme por haberlo ensuciado. Se negó a aceptarlo de vuelta, me dijo que me lo quedara al fin y al cabo tenía más. Con su comentario logró sacarme una pequeña sonrisa, él también sonrió y pude notar como se le formaban unos lindos hoyuelos en sus mejillas.

Cuando estoy apunto de alejarme para ir a mi siguiente clase él intenta agarrarme del brazo, yo reacciono rápidamente y solo le digo un serio "No me toque".

—Lo siento, yo...sólo quería saber el motivo por el que lloraba.—Dice suave.
—Una tontería, no se preocupe, señor Gutiérrez.—Le respeto importancia.
—Las tonterías no hacen llorar a alguien en la forma en la que usted lo estaba haciendo, señorita. Dígame, ¿fue alguna compañera suya?, ¿o algún compañero?
—Perdón si le llego a parecer grosera, pero creo que no es de su incumbencia mi vida personal.—Digo una vez que sus preguntas me llegan a irritar.

Él no dice nada más, me da un pequeño asentimiento de cabeza, esta vez me alejo lo más rápido posible. Cuando estoy camino a mi clase lo pienso dos veces, no puedo entrar sin mochila al salón, además de ser la burla, la maestra seguramente me mandaría a detención y yo no quería eso en mi expediente. Decido ir con la secretaria del director por un justificante diciendo que me siento mal y me iré a casa; me lo da sin ningún problema.

En todo el camino solo puedo pensar en la conversación que tuve con él, llega a ser muy arrogante y entrometido cuando se lo propone, aunque también es lindo. Cuando estoy buscando las llaves de la casa saco su pañuelo, creo que no se los describí pero es blanco, tiene bordadas las orillas y también tiene sus iniciales "N.G.", es suave por lo que puedo apostar que es seda de alta calidad. Vuelvo a guardarlo en mi pantalón, finalmente saco las llaves y entro a casa, le escribo a Jimena que iré con ella para ver cómo sigue y también les contarle lo que pasó hoy, mi amiga me responde de inmediato diciéndome que me espera dentro de una hora en su casa.

Mi Protector [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora