Capítulo 7

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Natalia Ortíz

Después de que el señor Gutierrez me dejara en casa tuve que volver a subir por la ventana de mi habitación, he hecho esto solo un par de veces, si mira tía llega a enterarse de esto probablemente me castigaría de por vida. Reviso la hora dándome cuenta de que de que voy tarde, me doy una ducha rápida, me coloco el uniforme y salgo de casa lo antes posible, mi tía intentó detenerme pero le dije que me compraría algo en el camino. Llegó a la parada de autobús llego a desesperarme porque no llega, vuelvo a verificar la hora dándome cuenta de que ya va dos paradas arriba de la mía, así que me doy por vencida y empiezo a caminar, tal vez pierda la primera hora.

Saco mis audífonos conectándose al celular, la primera canción que suena es Sweet Creature de Harry Styles, mi ánimo mejora solo con oír la linda voz de aquel británico de ojos color esmeralda. De un momento a otro siento la presencia de alguien atrás mío, le bajo el volumen a los audífonos para estar un poco más alerta, apresuro el paso pero aquella sensación no se va. Finalmente llego a la preparatoria, como lo supuse, perdí mi primera clase así que me adelanto al salón de la segunda hora.

El timbre suena así que aprovecho para enviarle un mensaje a Jimena avisándole que ya llegue y pidiéndole perdón por no haberla podido acompañar, aunque si lo vemos de otro modo ella me lo debía de la vez pasada. La espero en la puerta del salón pero en ese lapso de tiempo solo aparece a quien menos me apetecía ver, realmente creí que nunca más vería a esta persona, intento alejarme pero logra agarrarme del brazo y ponerme contra los casilleros. Hago lo posible por contener mis lágrimas cuando siento su respiración en mi cuello, no puedo volver a mostrarme débil delante suyo, nunca más me lo permitiré.

—Bonita, mírame, déjame ver esos ojos azules que tanto me hechizaron.— Me dice en un susurro.

—Raúl, aléjate de mi.— Intento sonar firme pero mi voz se quiebra.

—No, mi amor, no llores. —Limpia una lágrima que se derrama por mi mejilla. Solo sentir su tacto me hace sentir horrible, quiero romper en llanto o gritarle que se aleje de una vez por todas pero no me sale la voz así que solo suelto un sollozo.

—Por favor, aléjate, si no puse la orden de restricción fue por tu madre, pero aléjate.—Digo con voz entrecortada.

—Solo si me das un beso.—Sus labios se encuentran rozando los míos.

—Aléjate.—Vuelvo a suplicar llorando.

Raúl aprieta más el agarre en mi brazo mientras mueve otra mano detrás de mi nuca, yo no dejo de llorar, solo suplico que se aleje y que no vuelva siquiera a respirar cerca de mi. Intenta acércame a sus labios pero milagrosamente alguien logra apartarlo a tiempo, no sé quién es, tampoco levanto la mirada, solo me recargo en los casilleros a la vez que me resbalo al piso, termino sentada ahí abrazando mi piernas a la vez que escondo mi cara mientras sigo llorando.

—Te dijo que te alejarás.—Escucho un golpe contra los casilleros de enfrente mío.—Como yo me entere que la volviste a tocar sin su consentimiento, yo mismo me encargo de que pases el tiempo necesario en la cárcel, ¿entendiste?—Levanto un poco la mirada para ver quien habla.

—¿A él ya te lo cogiste? ¿Ahora te gustan mayores?—Dice Raúl mientras sus ojos se encuentran con los míos y me da una mirada burlona.

—Ni siquiera te atrevas a verla.—Se vuelve a escuchar el golpe contra los casilleros.—¿Eres mayor de edad?—Raúl solo da un asentamiento de cabeza.—Que bueno, así no enfrentare cargos por violencia contra menores.—Finalmente el señor Gutierrez le sienta un golpe.—Es la primera y última advertencia.—Lo azota contra los casilleros una última vez para acercarse a mi.

Mi Protector [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora