Prologo

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Demonios, sabía que, esto sería difícil; pero nunca imagine que todo se me fuera de las manos.

No va a llegar-- dice la castaña en mis brazos.

Lo hará amor-- respondo.

¿Cómo estas tan segura?-- pregunta de regreso.

Mirar sus ojos vacíos y sin esperanza alguna me destroza el alma, abro mi boca una y otra vez tratando de emitir algún sonido, al final sólo me rindo y la abrazo fuerte.

No estoy segura de poder darle ánimos en estos momentos, cuando ni yo misma estoy segura, de lo que, pasara. Todas mis esperanzas están en una persona que llevo sin ver años, pero, que es como mi hermana... mi familia.

Estas sangrando mucho-- digo mirando preocupada su pierna.

Solo fue un roce-- responde.

¿Un roce? Es una broma ¡Tienes adentro una bala!-- digo alterada.

¿Y? No es la primera vez que me disparan, además puedo aguantar, estaré bien-- dice tranquilamente.

Abro mi boca para responder, cuando un ruido de motor me interrumpe. Un Cámaro negro hace su aparición en el sitio donde estamos. Una castaña con mirada gatuna baja de él y se acerca corriendo a nosotras.

Mierda esto no está bien-- dice ayudándome con la castaña en mis brazos-- mira no hay tiempo para explicaciones solo suban al auto-- dice.

Cargamos a la mencionada y la metemos en el asiento trasero con la pierna herida extendida, la de mirada felina acomoda el vendaje improvisado que hicimos.

Se quita la camisa de cuadros que traía quedando en una simple camiseta blanca, amarra la camisa con una presión increíble, la sangre comienza a salir en menor cantidad.

Necesita presión, para que, la sangre no fluya hacia afuera-- instruye terminando el vendado-- necesitan ir a un hospital, no será cualquiera deben ir a donde les indique, estarás bien-- dice mirando a la castaña con ternura.

Todo estará bien amor-- digo besando la frente de la castaña, salgo de la parte trasera para subirme al asiento del copiloto cuando una mano me detiene.

Toma es tuyo ahora, cuídalo por mí-- me dice extendiéndome las llaves la de ojos felinos.

¡¿Qué?! ¡No! Es tuyo-- digo negando con la cabeza.

Sí, pero, están en una situación de vida o muerte. Lo necesitan para huir e ir donde les indique en el GPS-- responde colocando las llaves en la palma de mi mano.

Yo... Yo... Yo...-- tartamudeo sin poder hablar.

No tienes que decir nada. Mira te quiero, y sé que, esa castaña es el amor de tu vida, pase lo que pase contaras conmigo y ahora te pido; no, te ordeno que subas a ese auto y salves al amor de tu vida-- me dice seria mirándome a los ojos, solo consigo asentir y abrazarla.

¿Cómo te iras?-- pregunto.

Mi bicicleta está en el maletero, luego cogeré un tren a Seoul; a mí no me conocen saldré sin problemas-- responde caminando al maletero sacando la bicicleta-- solo prométeme que, se cuidaran y estarán bien-- me pide mirándome a los ojos.

Te prometo que, saldremos de esta y nos volveremos a ver. Cuando eso pase te regresare tu auto-- respondo.

Es un trato-- dice sonriendo. Se monta en la bici y sale del lugar a toda velocidad.

Reacciono al verla desaparecer de mi vista y corro a subirme en el auto. Entro mirando el GPS en el tablero, junto a, él están los documentos del vehículo.

¿Es seguro ir a ese lugar?-- pregunta la castaña.

Si, primero atenderemos tu herida, luego el resto-- respondo poniendo en marcha el vehículo.

Conduzco por las oscuras carreteras a toda velocidad, con miedo al ver como la herida de la castaña sigue sangrando, pero disfrutando la libertad de haber salido de ese infierno, y a la vez, tristeza por todo lo que hemos dejado atrás.

On The Streets (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora