Capítulo 1.

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  Era Junio, los últimos días de clase, donde ya apenas se hace algo, y la profesora de matemáticas nos explicaba que en el curso siguiente nos seguiría impartiendo esta asignatura. Su explicación fue interrumpida por el director, quién entró preguntado por mí y por mi hermana. ¿Y yo qué he hecho ahora? , me preguntaba yo mientras miraba a mi hermana sin entender nada.

Salimos de clase y en el pasillo se encontraba también mi madre. Me asusto. Algo ha pasado o algo hemos hecho.

— ¿Mamá qué haces aquí? - preguntaba Coral, mi hermana.

— Veréis chicas, tengo que deciros algo. Papá...

— ¿Dónde está? - pregunté asustada sin dejar acabar a mamá - ¿Le ha pasado algo?

— ¡No! Chicas, papá tiene que ir a trabajar a Sevilla y nos mudamos con él.

— ¿Qué? - preguntamos Coral y yo a la vez.

Papá era médico, y el hospital donde trabajaba aquí en Valencia había hecho una reducción de plantilla. Y hacía unos meses que papá no tenía trabajo, solo trabajaba mamá y de profesora. Sí, mis padres ambos tienen carrera.

— Por este motivo, aquí tenéis vuestros boletines con las notas finales de 3° de la ESO. Están genial, y la verdad, os merecéis llegar muy alto profesionalmente. - habló el director y nos entregó las notas.

Y así fue como después de 7 horas, llegamos a Mairena de Aljarafe, un pueblecito de Sevilla. Cerca de la capital donde mamá y papá trabajaría en aquello que son especialistas.

Ahora teníamos todo un verano por delante y un pueblo que conocer. E incluso conocerme a mí misma, conocer a gente nueva y conocer mejor a mi familia.

Soy Violeta, tengo una hermana gemela, Coral, tenemos 15 años, somos de pelo rubio oscuro o castaño, pelo rizado, ojos verdes y marrones, 1'61 de altura, vamos, nada fuera de lo normal. Tenemos otra hermana, Luz, es mayor que nosotras y tiene ya los 18. Es muy guapa, pelo liso, castaño oscuro, ojos café, 1'64, pero no le gusta destacar. Ella también ha tenido que dejar todo atrás y venir a Sevilla, aquí estudiará filología inglesa.

Una vez en Mairena, bajamos del coche y buscamos nuestra casa, pues, es bonita y muy grande. Papá mete todas las maletas en la nueva casa, mientras Coral, Luz y yo elegimos habitación. Cory y yo, como siempre hemos hecho, íbamos a compartir habitación. Luz, tendría una para ella sola.

— Chicas, vamos a dar una vuelta. ¿Venís? - preguntó mamá.

— Tenemos que guardar la ropa, mamá. - informó Cory. Pues al ser dos en la misma habitación, necesitábamos más organización.

— Yo sí voy, mamá. - contestó Luz y yéndose con mamá y papá.

Al acabar de organizar la habitación, vimos toda la casa y salimos al pequeño jardín que tenía, Coral se tumbó en dos sillas y yo, imitándola, me quedé dormida en el sol.

Luz nos despertó a las siete de la tarde, empezó a contarnos cosas del pueblo y se sentó junto a nosotras.

— Chicas, ir a cambiaros. - nos ordenó papá.

— ¿Para qué? - preguntamos Cory y yo.

— ¡Ah, se me olvidaba! - decía Luz - Hemos conocido a los vecinos, y como bienvenida nos han invitado a cenar.

Me puse una camisa blanca con unos vaqueros cortos y unas converse blancas. Coral se puso una camiseta color salmón, unos pantalones cortos negros y las vans negras. Y por último, Luz se puso un vestido vaquero con las vans color vaquero. 

Al llegar a casa de los vecinos, me sorprendí. Pues también había gemelos, y un hermano mayor. ¡Qué coincidencia!

Quiero cuidar tu corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora