Shinji se despertó con vagos recuerdos de lo que le había pasado, recordaba que la imagen de "Kaworu" lo había puesto nervios, ¿qué diablos hacía él aquí? ¿por qué justamente tenía que regresar a seguir arruinándole la vida? "Kaworu por lo que más quieras, déjame en paz, y salte de mi vida" se dijo Shinji, sumiéndose en el alcohol del hotel, Shinji se embriagó hasta perder el conocimiento, no es como si le importase que lo atropellaran o que lo arrestaran, pero cayó sin poder montar bien su bicicleta. Lo único que recordaba era a alguien ayudándole y llevándole en su coche. El joven se paró de la cama, llevándose la mano a la cabeza que le daba vuelta. Fue entonces que vio cómo la puerta se abrió y vio a la persona que lo había ayudado en la calle, Shinji se sobresaltó de nuevo.
El chico llevaba una bandeja de comida con lo que parecía ser una sopa con un vaso de coca cola con hielos todo acompañado con un poco de pan, Shinji se sobresaltó, el extraño le dio una sonrisa amistosa, pero Shinji estaba completamente desubicado.
-!oh! Ya despertaste.
-¿Qué ocurre? ¿Dónde estoy?
-Tranquilo. Estás en mi casa.
El chico que parecía ser la viva imagen de Kaworu se sentó a su lado poniéndole la bandeja a un receloso Shinji. Éste último vio la bandeja de comida con un gran recelo, "Qué me impide matarte a ti también" escuchó aquella voz ponzoñosa cargada de verano. ¿y si la comida tenía veneno? Por otra parte el joven lo miró de una forma bastante amoroso, Shinji enojado le dijo.
-Conmigo no te hagas el ingenuo.
-¿disculpa? preguntó el otro.
-Sé que le pusiste veneno a la sopa. Espetó.- Qué más quieres de mí.
Karl lo miró desconcertado pero no perdiendo la compostura le dijo.
-Pues ayudarte, estabas ebrio, si yo no hubiera estado allí, algo te pudo haber pasado.
-Cómo si te importara, Kaworu. Masculló Shinji.
-Me estás confundiendo, yo me llamo Karl. Y si no quieres mi ayuda está bien. Te dejaré descansar y luego podrás irte.
El chico se marchó del cuarto, dejando al chico sumido en su pensamientos, Shinji solo se quedó de brazos cruzados mirando con el ceño fruncido el plato de sopa que estaba enfrente de él. No deseaba comerlo pues estaba receloso ¿con qué Karl? ¿será que Kaworu era tan acosador que ahora se había cambiado el nombre, y fingiría que nada había pasado? Aquel peli-blanco no era más que un monstruo, cruel y sádico. Por otra parte, Shinji se observó las ropas llevaba puesto una piyama de satín azul. La fragancia que emanaba era cálida y suave, ahora que lo pensaba, ¿el desgraciado incluso lo había desnudado? Maldito pervertido pensó Shinji.
Shinji pudo pasar toda la tarde refunfuñando odiando aquel extraño que se hacía llamar "Karl", pero su estomago comenzó a gruñir, además una enorme sed se estaba apoderando de su garganta, al ver la sopa enfrente de él, Shinji pensó: "Bueno si me muero al menos todo habrá terminado" así que sin perder más el tiempo procedió a tomar la sopa, debía reconocer que ésta estaba deliciosa, y no parecía ser una de lata sino que realmente el extraño se había tomado la molestia de hacerle una sopa, podía adivinar que era de mizo. Además de que estaba deliciosa, aquel sujeto debía ser muy hábil cocinando. El sazón era también único ni muy espeso ni cargado de especias. Después de terminar la sopa, Shinji procedió a devorar el pan junto con la coca cola, esperó varios minutos e incluso horas, esperando a que ese "veneno" hiciera efecto pero tal cosa jamás ocurrió. Al ver que nada pasaba, Shinji se quitó la piyama, buscó su ropa para ponérsela. Dejó perfectamente doblada la piyama.
"¿y si realmente el sujeto decía la verdad y no era Kaworu? ¿y si genuinamente se había ocupado de él? Shinji entonces comenzó a sentir cierto remordimiento por sus acciones, le había gritado a alguien, que salvo por la apariencia, no tenía que ver con ese monstruo arribista. Un tanto apenado, Shinji salió de la habitación con la bandeja entre sus manos. Esperaba que al menos el sujeto llamado Karl no se hubiese ido, fue entonces que lo vio en medio de un gran ventanal, tocando un piano enorme de cola negro. El hombre joven estaba en una actitud meditabunda mientras que la música comenzaba a sonar, Shinji identificó la tonada, era el prologo de Tristán e Isolda de Wagner, el chico quedó deslumbrado sonaba muy bien aquella melodía. No recordaba si Kaworu llegó también a tocar el piano cuando él tenía que ir a su casa a memorizar pasajes de la biblia, pero sin duda aquel sujeto llamado Karl tocaba muy bien y relajado. El doble de Kaworu seguía con los ojos cerrados sintiendo la música fluir.
-Puedes dejar los platos en el comedor. Yo luego los lavaré. Dijo sin abrir los ojos.
Shinji obedeció sus indicaciones y dejó los platos de comida sobre el bonito comedor que estaba enfrente de la cocina. Ésta era bastante lujosa poseía un gran porte que dejaba a la vista la sala, el piano de cola junto con el enorme ventanal. Shinji estaba asombrado seguramente ese sujeto llamado Karl vivía en un penhouse en una de las zonas más ricas de la ciudad.
Acercándose a él, Shinji tímidamente se acercó al hombre que seguía tocando el piano en una actitud bastante relajada. Shinji no sabía cómo empezar, podría decir una simple disculpa,
-!Emm! Oye..
El otro no dejó de tocar el piano era como si no estuviese allí. Shinji entendía que su salvador no quisiera dirigirle la palabra, después de todo se había portado muy grosero con él.
-Perdón.
Karl dejó de tocar el piano y se le quedó mirando al joven que seguía con las mejillas rojas y la mirada hacia abajo.
-Perdona que te haya tratado así. Es que yo bueno es que..
-Me alegra que ya estés bien. Sonrió.
Shinji solo se pasó la mano sobre su cuello en una actitud bastante nervioso, sin duda su actitud había sido la peor. No solo porque Karl lo hubiese visto borracho sino que también le había gritado. No tendría justificación.
-De todas maneras, gracias por haberme ayudado.
-Fue un placer.
Shinji le dio una bonita sonrisa antes de dirigirse hacia la puerta para salir, Karl.
-Oye..
-¿sí?
-¿Cómo te llamas?
-Shinji.
-Shinji-.Musitó el joven,-
Shinji salió del enorme Penhouse, dejando a Karl solo sumido en sus pensamientos, el hombre joven peliblanco pasó sus dedos níveos por las teclas del piano, mientras recordaba con una sonrisa aquel muchacho bonito de apariencia frágil. En sus pensamientos llegó a pensar: "Shinji qué te habrá pasado"
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El descarado
FanfictionDespués de una traición por parte de Asuka, y del rechazo de su padre, Yui Ikari manda a su hijo Shinji al pueblo de Shirakawa a vivir con su abuela. Una acaudalada anciana que trata con dureza a su nieto, y pretende hacerlo renunciar a su homosexu...