-¿Y qué le compraste a Natalia?
Amelia golpeó el botón mudo en el control remoto y giró su cabeza para mirar a su compañera. ¿Va a intentar esto otra vez?
-Un regalo -dijo, la esquina de su boca se encrespó en una burlona sonrisa.
-Vamos, dime, ¿por favor? -Luisita le dio su mejor mirada de cachorrito. -No lo diré, lo prometo.
-Ya te dije... un regalo -ella lanzó una palomita de maíz en el aire y lo atrapó en su boca. -Ahora ¿pensé que querías ver ese programa?
-Quiero, pero deseo saber lo que compraste también. Una pista.
Amelia fingió considerar la petición por un momento antes de sonreír malignamente con una diabólica mirada en sus ojos.
-No es algo que Natalia pueda salir y comprarse. Así como así.
-Esa es una podrida pista -Luisita se quejó, intentando coger su taza.
Eres tan linda cuando haces berrinches, pensó Amelia.
Ella alcanzó la taza primero y se levantó.
-Ah, vacía. ¿Quieres más?
-No, he tenido bastante chocolate caliente por esta noche. Más y estaré levantada a la mitad de la noche -le tendió su mano. -Vamos, siéntate y relájate. Te estás perdiendo el programa.
-¿Quieres la bandeja de los aperitivos arriba o abajo?
-Arriba. No la necesitaremos más -Luisita contestó.
-Seguro, no hay problema -Amelia cumplió inmediatamente, sabiendo que la bandeja de los aperitivos subida era un preludio para algo más agradable que ver un programa de televisión.
Dejó la taza vacía en la mesa del café y volvió a su cojín, esta vez con sus pies arriba y descansando entre ellas.
-Oooh -hizo un gemido exagerado y meneó los dedos del pie.
-¿Te duelen tus pies? -Luisita preguntó.
-Nada peor que lo habitual -contestó. Ah, sí... tú sabes lo que deseo, pensó para sí cuando sintió que sus pies fueron colocados en el regazo de Luisita. “Espero que tus dedos no estén cansados esta noche.”
Levantó su talón en respuesta al suave tirón sobre su calcetín. Pronto estaba descalza y los diestros dedos de Luisita borraron los dolores del día y no tuvo alternativa excepto gemir con placer.
-Tú haces eso taaann bien...
-Es fácil contigo. Sé justo dónde empujar y frotar -Luisita demostró su habilidad presionando su pulgar firmemente a través del arco del pie izquierdo de Amelia.
-Mmm, tú puedes parar en.... oh siete u ocho horas -cerró los ojos y suspiró. -Esto es tan agradable.
-O quizá pare si no me dices que regalo le compraste a Natalia -sus dedos se aquietaron como si llevaran a cabo su amenaza.
-Tú tienes un difícil trato -Amelia admitió. -No es mucho, solo un boleto de avión.
-¿Un boleto de avión? ¿Para dónde?
-Arizona.
-Es donde está su hijo -Luisita recordó.
-Ella no lo ha visto en más de un año. Pensé que a ella le gustaría hacer un viaje para visitarlo -levantó una ceja. -Así ¿qué vas a continuar? -enfatizó su punto meneando los dedos del pie.
Luisita rió y continuó el masaje. Había llegado a ser un tácito ritual entre ellas. Amelia gemiría acerca de sus pies y ella inmediatamente ofrecería frotarlos. Ellas podrían pasar horas en el sofá así, Luisita sentada en una reclinada posición con sus piernas rectas y Amelia acostada a lo largo del sofá con sus pies siendo mimados.
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Amor Accidental
FanfictionEn esta historia un accidente provoca que dos completas desconocidas se enamoren, pero... Un accidente puede ser el inicio del cuento de hadas o sera que lo que mal comienza mal acaba. .Esta historia no es mia, la autora original es B.L Miller