¿Qué haces cuando en las calles desoladas de Seúl, en medio de la madrugada, escuchas a un niño pedir ayuda?
SooBin juraba que era un fantasma y quería huir lo más rápido posible de allí; pero su esposo, YeonJun, siempre fue alguien curioso y nunca...
La puerta de la casa acogedora se abrió, Hyunjin entró a su hogar sin el traje de policía pues ya estaba reemplazado por ropa casual y cómoda; dando pequeñas presiones en su cuello por lo tenso que se sentía.
Dejó su mochila deportiva en el suelo y cambio sus tenis por las sandalias que debía usar en casa. Prendió la luz de la sala y enseguida la puerta de su habitación se abrió.
— ¡Papá! —una pequeña niña de ocho años corrió a él y lo abrazó, Hyunjin la cargó de inmediato diciendo un corto "Mi Princesa" mientras daba vueltas para hacer reír a su hija.
— ¿Cómo te fue en el trabajo? ¿Lograste atrapar a muchos tipos malos? ¿Cuándo podre atrapar uno?
El mayor rió al escuchar tantas preguntas, dejó un beso en la frente de la menor y la acomodó mejor en sus brazos.
— Aún eres muy pequeña para atrapar a un delincuente, Yeji.
La nombrada hizo un puchero —. ¿Dónde está papá?
— Papá Innie esta en la habitación
Y en seguida, pasos lentos se escucharon y el hombre más bajo salió, con una sonrisa tierna.
— ¿Qué tal cariño? —Saludó Yang mientras le daba un beso en la boca a su esposo, Yeji haciendo una pequeña mueca por tal acto—. ¿Cómo te fue en el trabajo?
Hwang ignoró la pregunta.
— Ya es tarde y esta pequeña aún está despierta. ¿No tienes clases mañana?
— Sip, pero quería esperarte porque te extrañe mucho. Hoy te fuiste más temprano y no te vi en todo el día.
— Bueno, papá tiene que trabajar mucho...
Jeongin suspiró escuchando cada vez menos las voces de su esposo e hija, sabía que algo no estaba bien porque cuando Hyunjin tenía un mal día no hablaba de eso en frente de la niña.
Cuando pasaron veinte minutos dejó de lado su libro y se encaminó a la habitación que le pertenecia a su hija para ver como Hyunjin le leía un libro, aún cuando Yeji ya dormía.
Con pasos silenciosos se acercó al más alto y lo abrazó por la espalda mientras daba besos en su mejilla.
— ¿Qué ocurre? —Preguntó Yang y Hyunjin dejó la lectura.
— No es nada.
— ¿Y por qué estás llorando mientras le lees un cuento a tu hija?
Finalmente suspiró—. Hoy... Yeonjun tiene un problema, quiere adoptar a un niño.
— ¿De nuevo? Eso es grandioso, esperemos esta vez les den el pase.
— Ellos esta vez ganarán.
— ¿Cómo estás tan seguro? —el menor de ambos se sentó en la cama tratando de no hacer mucho movimiento para que su hija no despertará.
— La madre de ese niño, es una-
— Cuida tu vocabulario, Hwang. ¿No te he dicho que la mujer, sea lo que sea, merece respeto?
— Es sólo que esa mujer no se merece nada de respeto, ella no es un humano, ni siquiera se como le llaman a esas personas.
Jeongin observó los movientos de su esposo, como acariciaba los cabellos de la infante y cuando se enojaba retiraba su mano para que los movientos bruscos no incomodaran a Yeji.
— Hoy fuimos a revisar el lugar donde vivía el niño con esa mujer —siguió con su relato—. Y cuando el abogado empezó a hacer las preguntas ella confesó que quería vender al niño a señores después de cuatro años cuando estuviera más grande. ¿Sabes cuántos años tiene ese niño? Cuatro. Simplemente la imagen de Yeji llegó a mi mente y no pude contra el pensamiento de saber que tal vez mi hija estuviera en su lugar. Cuando esa mujer quería vender al niño tendría casi la edad de YeYe, y eso simplemente me partió el corazón. No pude, y me dio miedo, nosotros tenemos a Yeji desde que nació y no me quiero imaginar lo que tuvo que pasar ese niño cuatro años de su vida.
El silencio se apoderó del lugar y el llanto de Hyunjin era lo único que se escuchaba, por lo tanto Jeongin acariciaba su espalda para darle apoyo moral.
— Tranquilo Jinnie, ese niño estará con Yeon y Bin, verás que el juez les va a dar la custodia y más sabiendo todo esto. Y Yeji esta bien, mírala aquí está. Nunca dejaremos que le pase nada, ¿de acuerdo?
El más alto asintió uniéndose en un abrazo con su esposo.
𝐈𝐭'𝐬 𝐎𝐤𝐚𝐲, 𝐁𝐚𝐛𝐲 𝐑𝐢𝐤𝐢
Soobin arrullaba a Riki para que pudiera dormir, la verdad era que hace dos minutos había caído en el sueño pero Choi disfrutaba de ver al menor dormido. Mientras tanto Yeonjun acababa con una llamada y con gran emoción subía los escalones de dos en dos para llegar lo antes posible con su esposo.
— Binnie, psst — Susurró al ver como Ni-ki dormía.
Soobin volteó a la entrada de la habitación y preguntaba con un moviento de cuerpo que era lo que ocurría.
— Sal.
— Pimienta. —el menor rió silencioso conteniendo las carcajadas al igual que Yeonjun quién volteó y con su brazo tapó su boca.
— Hablo en serio, tengo noticias de Huening.
— Oh, en seguida —subió las cobijas un poco más y se aseguró de que el menor durmiera tranquilo.
Cuando salió de la habitación su esposo lo abrazó al segundo de cerrar la puerta. Sintió besos en todo rostro y soltó varias risillas—. ¿Qué ocurre? ¿Por qué tan cariñoso?
Yeonjun tomó de los hombros al menor y se inclinó un poco para ver a los ojos de su esposo—. Kai marcó y dijo que EoJin confirmó que sería nuestra testigo, claramente con condiciones de no decir nada de lo que quería hacer con Riki, pero eso no es lo más importante. Heeseung le dijo a Beomgyu que con todo lo que Eunha sacó de información era más que suficiente para que Riki fuera nuestro. ¿¡Pero sabes que es lo mejor!?
— ¡No, ¿qué?!
— ¡Que Beomgyu y Heeseung convencieron a los del orfanato dónde mandarían a Riki para que dieran el permiso y los papeles legales a nosotros!
— ¡No te creo!
Yeonjun asintió con intenciones de contestar pero la puerta se abrió y un pequeño niño salió con las mejillas llenas de lágrimas.
— ¿Por qué gritan? ¿Hide algo malo?
El ceño de los dos se frunció y en seguida Yeonjun cargó al pequeño en sus brazos, metiéndose de nuevo a la habitación seguido de Soobin.
— No hiciste nada malo, gritamos porque estamos felices. Pero no volveremos a gritar, bebé —explicó el pálido dejando al menor en la cama.
— Riki —Soobin se sentó en la cama a un lado del infante.
— Mande.
— A ti... ya sabes... ¿Te gustaría vivir con nosotros?
El menor bajó sus labios y sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas—. ¡Sí! ¡Yo sí quiero! —inmediatamente el más pequeño gateo hacia el Choi menor presente y lo abrazó.
Yeonjun sonrió tierno ante la imagen y sin resistirse abrazó a los dos contrarios.
Era su primer abrazo como casi una familia.
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okey pero estoy súper ansiosa por el final, necesito actualizar ya pero creo que me estoy pasando errores por desesperada
