Cαt | Hчunın |

11

Hyunjin sonrió ampliamente cuando su mejor amigo cruzó el umbral de la puerta esa tarde. Jeongin sintió sus celos a flor de piel cuando el pelinegro saludó con tanta alegría a ese chico tonto.

Felix era su nombre. La cara de Jeongin era completamente un cuadre de arte. Tenía el entrecejo fruncido y sus labios abultados haciendo un puchero.

Felix no llegó solo de todas formas, trajó un amigo que era muy guapo, un híbrido mayor que enseguida se acercó a saludar a Jeongin rascándole detrás de la orejita.

Hyunjin miró la reacción de ambos al maullido de gratitud y se podía casi divisar el humo salir de sus propias orejas.

De todos modos, trató de ignorarlos como pudo para ponerse al día con su mejor amigo. Changbin se sentó en el sillón al lado de Felix y llamó a Jeongin para que llegara a él.

Jeongin iba a transformarse en gato para subir a su regazo pero Changbin no le se lo permitió, no vio el problema de que se sentara en su forma humana sobre él. Después de todo ambos eran híbridos y su naturaleza les permitía llevarse bien y ser cariñosos sin conocerse demasiado.

Jeongin reconoció un olor particular en el contrario y frotó su mejilla contra la de él haciéndolo reír.

Hyunjin dejó de escuchar a Felix por unos instantes estudiando la acción de SU Jeongin. También notó a Changbin diciéndole algo al oído acompañado de un ronroneo que causó la risa de Innie. El pelinegro estaba rojo, con sus puños listos para golpear a ese chico.

—¿Me estás escuchando?

Hyunjin miró a Felix quien lo interrogaba.

—Sí, solo estoy pensando en lo que dices.

Jeongin parecía no prestarle atención a nada alrededor de Changbin.

QUÉ ESTABA PASANDO. Lo último que recuerda Hyunjin fue acercarse a ambos, tomar del brazo a Jeongin y sentir un olor dulce, como a cerezas.

No sabía si era su bebé o el contrario, pero uno de los dos estaba en celo. MIERDA.

Jeongin no podía estarlo, no había cambiado en nada su actitud.

— Hyung, tenemos que hablar.

Y sintió su corazón encogerse . ¿Qué le iba a decir su bebé?