Lo que no se contó de "Entre vampiros..."

La transformación de Trollino

Un pequeño azabache de 8 años dibujaba en su habitación. Sonrió al ver finalizado su dibujo y bajó por las escaleras a mostrárselo a sus padres.

– Mamá, papá, miren mi dibujo. – se los enseñó.

– Oh, te quedó muy bonito. – dijo el hombre al admirarlo.

– ¿Mami?

– Este niño es demasiado imperfecto, ¿vas a seguir negándolo? nada le sale bien.

– ¡No digas eso ahora! – le devolvió su dibujo a Trolli. – no enfrente de él...

– Me da igual, lo voy a transformar. Quizás así se arregla.

– Tiene 8 años, no lo hagas, sabes que una transformación duele mucho. Lo puedes matar.

– ¿Q-Qué pasa?

– Nada, Trolli. Sube a tu habitación. – su padre le empujó para que se fuera rápido.

– No, espera. – lo tomó del brazo.

– ¡Cuidado! me duele. – se quejó al sentir el fuerte apretón.

– ¡No lo hagas! – la quiso detener pero un fuerte golpe con esa increíble fuerza vampírica lo hizo quedar inconsciente al chocar contra la pared.

– ¿¡Mamá qué haces?! – comenzó a llorar.

– ¿Quieres ser más fuerte? ¿quieres ser inmortal? ¿quieres... poder?

– ¿A qué te refieres?

– Ya lo verás. – sacó los colmillos y se los encajó en el hombro.

– ¿¡MAMÁ?! ¡¡BASTA!! – comenzó a sentir como lentamente quedaba inconsciente. – ¡B-BASTA, ME HACES DAÑO!

Se ponía cada vez más pálido. Cerró los ojos, quedando dormido al fin. 
La mujer lo dejó caer al suelo, esperando a que despierte. Mientras esperaba pacientemente, el padre de Trolli despertó.

– Oh no... lo hiciste. – se arrastró hacia el menor. – Trolli. – llamó.

– ... Mmm... – abrió los ojos.

– Ahora deja matarlo. – dijo de manera seca.

– No

– ¿Tienes que hacer todo tan difícil? – le arrebató al azabache. – despertará.

– ¿Y si no?

– ¿Si no lo hace?... ¿Qué importaría? – le rompió el cuello en un rápido movimiento.

– ¡NO! – no pudo impedirlo. 

5 minutos más tardes, Trolli ya despertaba. Pero ya no era humano. Ahora era "perfecto", como decía su madre.