Lo que no se contó de "Entre vampiros..."

La transformación de Mike y Rius | Parte 1

– Hola pequeño.

Un hombre se acercaba a Mike mientras jugaba en el parque.

– Ho-hola.

– ¿Estás solo?

– No. Mamá está ahí.– señaló a un banco del otro lado del parque.

– Ah, ¿y cuántos añitos tienes? – habló amistosamente.

– ... – dudó. – 8.

– Uh, entonces querrás un dulce. – sacó uno de su bolsillo.

– Mamá dice que no debo aceptar cosas de extraños.

– ¿Cuál es tu dulce favorito?

– Ah – le brillaron los ojos. – chocolate.

– ¿Quieres un truco de magia?

– Sí

– Extiende tu mano.

– Oki – sintió la mano del contrario posarse en la suya.

– Mira nuestras manos.

– ... – miró un momento con atención.

– Cierra los ojos.

– Vale – los cerró.

– 1, 2, 3... Ábrelos.

– ... ¡Chocolate! – entre su mano y la del otro hombre había una larga pero delgada barra.

– Puedo enseñarte a hacer aparecer chocolate en tu mano. Ven conmigo a mi auto, que te regalo un collar mágico.

– ¿Collar mágico?

– Como este. – le mostró uno. – con él puedes hacer todo tipo de hechizos.

– ¡Quiero uno!

– Vamos – comenzó a caminar con él.

El auto estaba algo escondido en un callejón cercano al parque. 

– ¿Dónde está el collar mágico?

– Dentro del auto. Entra y búscalo.

– N-no, pásemelo usted.

– ... Pff, ingenuo. – abrió la puerta con una extraña onda de poder y lo hizo levitar.

– ¿¡Qué es esto?! – el poder del mayor le hizo entrar al auto. – ¡¡bájame!! – se puso a llorar al ver la puerta cerrarse y luego de que el tipo entrara, ver como se cerraban las puertas con un pestillo para niños.

– Mírame a los ojos. – se dio vuelta hacia atrás. – buen chico... ¿Quién eres?

– Eeh... no, n-no sé...

– ¿Quién es tu madre?

– No lo sé. – estaba muy confundido.

– ¿Cómo te llamas?

– ... – pensó. – ¿M-... Mike?

"Te llamas Miguel, pero que se quede así", pensó el mago.

– Sí, te llamas Mike y yo soy tu papá. Ya jugaste en el parque ahora nos vamos a casa. Toma un chocolate. – le dio una barrita.

– Uh, ¡gracias! 

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– Hora del tratamiento. – lo tomó en brazos y lo llevó a una mesa de metal.

– ¡No quiero! ¡me duele! 

– Estás enfermo. – mintió. – morirás si no te hago esto.

– P-pero no quiero más agujas.

– Ya cállate, cabreas. – le hizo recostarse y le ató las extremidades. 

Trajo su equipo. Buscó un frasco que decía "Esencia/Alma de perro".

– ¿Qué es eso?

– Ah, solo es algo para complementar la medicina. 

Sacó otro frasco; "Sangre de vampiro" y luego otro "Sangre humana".

– P-pero...

– Llevamos un año con el tratamiento. Este es el paso final.

– Entiendo

– Mañana llega un hermanito tuyo.

– ¿Qué? ¿tendré un hermano?

– Sí. Es de más o menos tu edad.

– Ok 

Hizo una poción rápidamente y la puso en una jeringa.

– Es espeso, no puedo decir que no dolerá.

– ... – soltó una lágrima. – prefiero morir, haces esto siempre. Creo que muerto sería mejor.

– Silencio – se acercó.

– ¡No por favor!

– Tarde 

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– ¿E-este es mi hermano? 

– Sí

– Hola – saludó Mike tímidamente.

– Hola, soy Rius. ¿Y tú?

– Mike. ¿Cuántos años tienes?

– Creo que 10, ¿y tú?

– 9

– Mike, Rius también está enfermo. Tiene un tratamiento parecido al tuyo solo que más corto. 

– ¿M-más corto?

– Le inyecto menos cosas y se curará más rápido.

– Entiendo

Con el tiempo, Mike y Rius se volvieron inseparables, porque... la compañía del otro era lo único que tenían. 

– Oh vamos papá, le duele mucho. – su tratamiento había terminado, a diferencia del de Mike.

– Vete a beber alguna copa de sangre.

– Aún no me acostumbro.

– Vete que le inyectaré esto a Mike y no quiero que estés presente.

– ... – miró de reojo tristemente al escuchar el desgarrador llanto del menor al ser inyectado con un líquido tan espeso y con una aguja super gruesa en el cuello.

No fue hasta que Rius cumplió 11 que se dio cuenta de que esa "enfermedad" era completamente inexistente y de que ellos en realidad estaban siendo utilizados para el experimento de un mago mitad vampiro obsesionado con las mezclas de razas sobrenaturales. 

Hasta ahora había hecho vampiro a Rius por medio de un método artificial, pero luego planeaba volverlo hombre lobo.