Cuando Sparta descubrió su secreto

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– Ah, ¿Por qué comemos carne tan seguido? no me quejo, pero es demasiado.

– Porque... – Trolli se puso nervioso, miró a Víctor indicándole que invente algo.

– Eeh... simplemente nos gusta. – respondió el lobo.

– Mm – desvió la mirada. – ¿y por qué Trolli, Mike, Timba y Rius toman salsa de tomate tan seguido? es raro.

– Pues, porque nos gusta y ya. – respondió Rius.

– ¿Y por qué no me dejan probar?

– ¡Ah! será que no queremos que nos la gastes. – explicó Timba.

– Raptorcito, dile que me compartan salsa de tomate.

– ¿¡QUÉ?! uy, yo creo que no, bebo.

– No es justo. – hizo un puchero. – quiero salsa de tomate.

– Te jodes.

– Mmm... ¿Y por qué salen de noche a veces y me dejan solito?

– ¿Lo has notado? pensábamos que no. – dijo Mayo.

– No tengo 3 años, dejarme dormido mientras salen no funcionará.

– Agh, es cierto. No tienes 3, tienes 2.

– ¡Raptor! – bufó.

– Jeje⁓

– Hablo en serio, ¿Qué van a hacer tanto de noche sin mí? 

– Orgía – dijo Mike, joto como siempre.

– Pero Mike- – Trolli negó con la cabeza. – cosas de grandes, Sparta.

– Bah, no son tan mayores.

Se formó el silencio. Decidieron empezar a comer. 
Los cubiertos de todos eran de plata menos obviamente los de los lobos, esto a Sparta también lo extrañaba pero le habían dicho que Raptor y Víctor nada más preferían la madera.

– Raptorcito – se le ocurrió algo y sonrió. – mira, te doy esto en la boca. – tomó un pedacito de carne.

– ¡Oh! ¡sí! – los ojos le brillaron. Abrió un poco la boca.

– Espera... ¡Sparta no! – Jon lo intentó detener pero ya era muy tarde.

– ¿Qué? – miró a Raptor. – tu boca...

– Olvidé que soy alérgico a la plata. – rio nerviosamente, se notaba que sentía dolor. Se le habían roto los labios y la lengua junto a las paredes bucales le ardían.

– Lo siento... ¿Víctor también lo es?

– Sí lo soy. 

– Entonces por qué me dijeron que preferían la madera y no directamente que eran alérgicos a la plata.

– Ah, pues, solo fue otra manera de decirlo.

– Ok (? – miró preocupado a Raptor. – ¿estás bien?

– Sí, ya va mejorando. 


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– ¡Mira Rius! – Sparta le mostró su celular. – es nuevo, ¿Qué opinas?

– ... – quedó impactado, como en shock. 

   
Del otro lado de la casa

    
– ¡Ese mando es una basura! cómprate uno nuevo. – dijo un peliazul.

– ... Percibo un aroma a miedo. – notó Acenix.

– ¿Eh? a ver. – olió el aire. – es de Rius. – no entendía. Un grito se escuchó. – ¿¡POLLO?!

Automáticamente sus dientes se dejaron ver y llegó con su supervelocidad en menos de 2 segundos. Pero cuando llegó se encontró con un Rius muy asustado y un Sparta muy confundido.

– Timba... – le vio los colmillos. 

Pero el mayor ni se inmutó.

– ¿Qué le pasó? – se refirió al peliblanco.

– No sé, solo le mostré mi nuevo celular.

– A ver. – pidió. Echó un vistazo y cerró los ojos con fuerza. – mierda. – miró hacia otro lado y le dio un fuerte abrazo a Rius.

– ¿Qué? no entiendo. ¿Y qué son esos colmillos?

Algunos de los otros chicos llegaron, consecuencia del grito de Rius. Pero iban con más calma ya que sabían que nada muy serio había pasado.

– ¿Bebo? – preguntó Raptor al ver la escena.

– Vimos nuestro reflejo en la pantalla apagada del celular de este hombre. – explicó Timba.

– Oh... – Trolli miró a Rius con preocupación. – ¿estás bien?

– Sí... fue horrible. – se escondió en el pecho de Timba.

Para un vampiro ver su reflejo es aterrador. Porque es como si vieran su lado demonio; con heridas horribles, a veces la expresión les cambia a una aterradora en el reflejo, huesos fuera de la piel, muchas veces falta carne y les faltan extremidades o cosas de ese estilo.

– Me imagino. – suspiró el azabache. – ya es hora de decirle, estas cosas no pueden seguir pasando.

– ¿Decirme qué? 

Raptor tomó la iniciativa.

– Sparta, nosotros no somos personas normales. Somos algo... especiales.

– Sí, ya lo noté. – rio.

– N-no, no quiero decir eso. Digo que tenemos algunos... ¿poderes? no, somos... ¿sobrenaturales? digo... ¡no te asustes! – dejó salir las orejas de lobo de golpe.

– ¡RAPTOR IDIOTA! – regañaron al unísono al ver la expresión de Sparta.

– ¿Son sobrenaturales? ¿Cómo los vampiros y hombres lobo?

– Es que... – inició la frase Víctor.

– Eso somos. – finalizó Mayo. – o bueno, menos Jon, Acenix y yo. Y Mike es un híbrido mitad perro al igual que Acenix que es mitad gato. Jon y yo somos magos.

– Entiendo 

– ¿¡Qué?! ¿¡así de fácil lo aceptas?! – preguntó un impresionado gato.

– Es que... me lo esperaba en parte. Digo, ya todo era muy sospechoso y todo apuntaba a eso. Pero no hablaba porque pensé que me tomarían por loco.

– P-pero... ¿nos aceptas? ¿seguirás viviendo con nosotros o te irás? – preguntó Trolli.

– ¿A quién le gustaría vivir con seres sedientos de sangre como nosotros? – le siguió Mike.

– ¿Y a quién le gustaría convivir con un pulgoso lobo como yo? huelo a carne todo el tiempo y amo matar animales para comer. – Raptor fue sincero. – amo hacerlo, es la verdad.

– He vivido con ustedes todos estos meses, creo que ahora me da un poco igual lo que sean. – se encogió de hombros. Se acercó a Raptor y le acarició la cabeza. – y además, te quiero así de pulgoso.

– Aww, gracias bebo. – movió su lobuna colita inconscientemente.

   

  
Fin

   
Otra historia terminada por Kashi 
Espero que la hayan disfrutado uwu 

Nos vemos en otra obra :DDD

Lo que no se contó de "Entre vampiros..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora