Capitulo 18

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Llegué a mi cuarto por la ventana y me cambié a la indumentaría de jefa militar y me puse mi capa, antes de mi madre, encima de la oscura vestimenta.

Salí con una trenza suelta hecha y caminé hasta la habitación de mi padre. Dos alfas nuevos estaban custodiandola, al traidor lo mataron y a los sobrantes los destituí para prevenir. Les saludé, eran veteranos y los conocía de cuando era pequeña, toqué la puerta de mi padre y después la abrí.

Entré cerrando la puerta detrás de mí y ví a mi padre y Jin conversando en el patio. Me guardé el diario de mi madre tras verlo con mi padre. Caminé hasta ellos y abrí la puerta de cristal, ambos me miraron y mi padre me sonrió.

—Buenos dias cachorrita. —me saludó y me acerqué a él para darle un abrazo y un beso en la mejilla. Él me sonrió tiernamente y me senté a su lado enfrente de Jin. —¿Como has estado? Aun no pareces muy contenta. —miró a Jin con una ceja alzada mientras que este me miraba bebiendo un sorbo de su café.

—Estoy bien.—respondí mirando a ambos —¿Como estas tú papá? —pregunté amablemente y me miró.

—Como siempre cariño.—bebió de su taza de té—¿Como esta Jungkook? —me sorprendió aquella pregunta—Necesito que esté en forma para la misión de hoy. -eso ya no tanto. Alcé una ceja y me crucé de brazos.

—Bien. ¿A donde lo vas a mandar? —pregunté como si nada y me sonrió dejando un silencio dirigiendo su mirada al frente. Suspiré—Yo tambien te quiero.—respondí molesta y me miró.

—Yo tambien a tí, por eso lo hago.—contestó. Por supuesto...—Y volviendo al tema.—dijo dejando atras lo anterior.—Después de año nuevo es la celebración en la manada Gangjeon vas a empezar a prepararte con los alfas, elimina el despacho de tu agenda, de eso se encargará Jin. —asentí—Y otra cosa muy importante.—me paró antes de levantarme. —En tres dias viene Tai.

Me quedé mirandolo shockeada y me incorporé en la silla—¿Como?

—La manada de Tai lleva siendo nuestra alida durante generaciones, tambien irá a la celebración, pero no viene para hablar de eso, él y su esposa vienen aquí para llegar a nuevos acuerdos. Ya sabes que ellos nos ayudan en el frente y hay muchos alfas para las defensas. Son muy importantes.—me explicó.

—Espera... ¿Esposa?—se supone que me iba a casar yo con él, menos mal que no y después mi padre recapacitó, además de que se disculpó conmigo por ello. Que el Alfa de una manada se arrodille asi ante ti como lo hizo mi padre simboliza dos cosas: respeto o perdón. Y en ese caso, significó la dos.

—Si, se casó, el año pasado.—¿Un año después de nuestro "compromiso"?Pobre mujer.—Pero eso no es lo más importante.—aclaró mirandome con seriedad—Todos aquí sabemos vuestras diferencias, pero repito, es un aliado, no podemos perderlo.—me miró con una de esas miradas de "no lo estropees, confío en tí" que te pone más peso del que te quita.—Tendrás que ir a la modista para que te haga más trajes.

Asentí seria—Esta bien. —no añadí nada más y me quedé mirandolo seria—¿No tienes nada mas que decirme, padre?

—No. Lo que quieras preguntarme puedes hacerlo en cualquier momento, ya lo sabes.—me miró de la misma forma.

—Bien.—me levanté.


(. . .)




Subí las escaleras toda sudada para mi habitación, paso una mano por mi cabello y voy deshaciendome la trenza que me había hecho para entrar a la ducha con el pelo ya suelto.

El entrenamiento a sido duro, pero no me acordaba de lo que era estar tan en forma, ultimamente me he pasado mucho tiempo en el despacho diseñando estrategias y viendo la mejor posibilidad para tener la manda segura. En otras palabras, entrenando mi mente, pero tambien es importabte entrenar mi cuerpo.

SARANG(Part.2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora