SARANG(Part.2)

Capítulo 24

Pestañeé varias veces. La información se desvanecía y volvía de nuevo a mi cabeza, cada vez con más intensidad. Miré al resto para ver sus rostros, Margarita parecía estar esperando algún estimulo de mi parte, mientras que mi alfa me miraba preocupado, al fondo, Aidín tenía una expresión de total sorpresa. Volví a papá, parecía un poco arrepentido y avergonzado.

Un estruendo se coló de nuevo en mi cabeza y cerré los ojos mareándome. Sentí como todos se abalanzaron sobre mi. Noté unas manos en las mías, en mis hombros y mis brazos. Abrí un poco los ojos, encontrándome con las sabanas de la camilla más cerca de mi nariz que antes. No me había dado cuenta de que me había caído hacia delante, pero ne habian retenido el cuerpo.

-Hiroshi...debería tratarla Ivette, ella sabe como van todas estas cosas. Yo solo puedo intuirlas.-Escuché la voz de Margarita bastante preocupada. Noté mis orejas más húmedas de nuevo.-Si esta sangrando de las orejas puede ser peligroso.

Ivette...la autora de aquella frase, la mujer misteriosa cuyo nombre aparecía en algunos textos y palabras de mamá...es mi tía, la hermana de mamá, igual que Hunter. Entonces Raiden...¿Cómo no me he dado cuenta antes'?¿Acaso no era evidente? No sabía que mamá era extranjera pero...papá nunca lo mencionó, tampoco a nadie de su familia, era darlo por hecho. Mamá era princesa de una familia real. La familia real más poderosa de esta tierra. ¿Acaso la historia de su matrimonio es mentira? ¿Fue un matrimonio de conveniencia? Papá me habló que le costó convencer a su padre para casarse con ella, pero que un día cambió de opinión.

¿Tengo más familia....? ¿Por que ellos no han contactado conmigo tampoco? ¿Esto era un plan? ¿Cuál es el fin entonces? Tengo más familia...

Tragué saliva y me incorporaron con cuidado, mi espalda tocó los suaves tejildos de la almohada y me quedé sentada. Miré a todos.

-Necesito estar sola.-hablé, todos me miraron.-Por favor.-pedí, miré hacia abajo, no tengo el valor de mirar a nadie ahora.Me siento estúpida.

Escuché como todo el mundo se marchó y cuando se cerró la puerta sentí el olor de Margarita. Miré hacia arriba, la vi apoyada al lado de la puerta.

La pregunta se repetía en mi cabeza "¿Como no lo he visto antes?" Soy la soberana, sé hasta cuando respira el enemigo, sé cuando cae la primera gota de lluvia al suelo antes de que incluso las nubes se vean grisáceas, sé quien miente y quien dice la verdad, sé cuando el sol se levanta, por donde y su intensidad, sé antes que nadie si los movimientos de mi adversario se inclinan hacia una postura y otra.

Me he equivocado, además dos veces, primera con Tai y la segunda conmigo misma.

-Lo siento bichito, tengo que quedarme por si te desmayas de nuevo.- me respondió mirándome consternada.

Fruncí el ceño sintiendo una ira descontrolada en mi pecho.-Lo diré solo una vez más. Quiero estar sola. -hablé de forma autoritaria sintiendo la cólera llegar hasta mis dedos.

Entornó los ojos-De acuerdo. Si sientes que te desmayas toca antes el botón.-habló seria.

La puerta se cerró y suspiré tranquilizando mi mente. Cerré los ojos, disfrutando del silencio que reinaba en la habitación.

La sensación amarga tardó pocos segundos en aparecer e instalarse en mis mejillas con lagrimas que no dejaban de caer por mis ojos. Mi loba se enrolló en una esquina con pena, soltó un quejido leve y lloriqueó conmigo. Pasé el brazo por mi nariz sintiendo mi cuerpo como nuevo. Moví la pierna donde me habían clavado la daga de hielo y no noté dolor alguno.

Me hundí en las almohadas dejando que me tragaran. Miré a mi derecha viendo el diario de mamá. Alcé una ceja. ¿Eso estaba ahí antes? ¿En que momento...?