SARANG(Part.2)

Capítulo 23

Kang Lilith.

Caminé con el medico mientras que sentía sangre en mi boca y unos mareos repentinos. Le miré seria aparentando normalidad. Me cuesta mucho disimular los temblores por el cansancio que tengo ahora mismo, pero no puedo caer ahora, no solo tengo que curar a papá, tengo que estabilizar toda la gestión de la manada. Apretar el puño es lo único que me esta sirviendo ahora mismo para mantenerme fija en el ahora. Sentir mis uñas clavarse en mi piel con fuerza.

Podría aguantar las ganas de caerme al suelo que había experimentado mi loba, podría aguantar el dolor de piernas y sentir la debilidad de primera mano sentir como tus tendones y músculos parecían haberse cortado de una. Incluso podría soportar el dolor emocional que provocaba en mi corazón una subida y bajada de pulsaciones además de un tintineo de dientes frecuente, como espasmos.

Pero no lo que se estaba haciendo insoportable, era aquel dolor de cabeza, parecía una autentica tortura medieval.

Sentía cada parte de mi cerebro como si estuviera viva ardiendo en llamas, había demasiada información dentro, que de vez en cuando se manifestaba en imágenes, una pagina de un libro, una sonrisa, la vista de un paisaje, el nombre de una estrategia, un árbol de formas curiosas, ojos marrones. Un ligero escozor ocupaba la parte de mi nuca, mi subconsciente, alguna vez se manifestaba como un picor insoportable al que mis uñas no eran capaz de acceder a menos que me arrancara la piel y rascara dentro.

La voz del doctor se me hizo imposible de oír, aun que supuse que me estaba contando todo el pronostico, veo en sus ojos que intenta hacerlo con tacto, pero no se puede decir que tu padre esta a punto de morir con tacto. También veo una especie de a lo blanco que empieza a recorrer su cuerpo y un cierto color azul, además de que huele a azufre, a parte de su olor natural, olivo.

Se paró en una puerta y no dijo nada, supe que tenía que entrar y cerré la puerta detrás de mi dándole la espalda a todo. Escuché el pitido repetitivo de las pulsaciones que iba lento pero constante, un olor familiar me rodeó Gardenias, además del característico olor de mi padre. Apreté el pomo de la puerta siento la mente de papá y como parecía muy fácil de contaminar al igual que de sanar.

—Hola cachorrita.—cerré los ojos sintiendo que me iba a caer y reprimí el llanto en mi garganta. Solté un pequeño suspiro y me giré.

Lo que no imaginé fue ver una especie de masa blanca que de algunas partes se tornaba grisácea estaba arriba a una distancia prudente de mi padre y un pequeño hilo iba hacia abajo y terminaba en mi padre, sin poder ser capaz de ver donde acababa de forma optima. Tomé aire con la nariz y salió del mismo sitio a trompicones en un intento por calmar mi corazón.

Me acerqué a la camilla viéndolo muy herido, estaba tumbado con una vía respiratoria en la nariz y su pecho esta lleno de parches para que registraran sus vitales, algunas de estas pasaban por encima de vendajes o gasas. Su cara no era peor tenía un moratón en la sien reciente de un golpe y cortes en algunas partes. Creo que no puede verme muy bien.

Me senté a su lado y tomé su mano. La abracé, mi mirada se posó en sus ojos mientras que deseaba que esto no fuera real.

—Entiendo...por que tu madre decía lo de tu aroma...

Me paralicé—Papá ¿Puedes verme?—No me ha visto, me a olido, por eso sabía que era yo... Le han dado muy fuerte, tanto como para cegarlo...Los mataré a todos.

—Lo siento cariño.

Me acerqué a él y lo abracé. Cerré los ojos sintiendo como ese calor indescriptible y familiar se iba disipando poco a poco. Apreté los dientes y me incorporé. Me tomó la cara. 

—Tú, eres el futuro de este lugar, Lilith.—moví un poco mi cabeza negando— Eres cambio y fuerza Lilith. No podía dejar que arrebataran la única esperanza de todo aquel lobo viviente en estas tierras y en las próximas. Y sobre todo no podía ver a mi hija sacrificándose antes que yo. Me gustaría no haberme tenido que ir tan pronto pero a veces las cosas no salen como queremos. Te amo mucho, nuestra lunita.