La impotencia se apodera de la neoyorquina, ahora solo quería tumbarse a llorar de la cólera por las injurias afirmativas de su padre ante la escandolsa situación del Dojo rival.
Los oscuros ojos del adulto examinan pacíficamente a la adolescente frente a él; se negaba a creer que esa herida y atormentada adolescente le hiciese eso a su santuario.
Al menos eso pensó antes de saber que ella y los chicos de Cobra Kai habían atacado a su hija, Demitri y Robby en el centro comercial.
Pero, por muy molesto que estuviese; a Daniel le incomodaba como los dos adultos junto a ella seguían juzgandola sin darle tiempo de defenderse.
—No puedes seguir haciendo este tipo de cosas—Reprocha Erika de brazos cruzados y con molestia.
—¡Yo no lo hice!—Grita frustrada la adolescentes,sintiendo la sequedad en su garganta mientras levantaba sus manos exasperadamente.
La mujer niega en dirección a su esposo, ¿Cómo podía educar a su hija teniendo a esa clase de influencias negativas al rededor de ella?
—Te quedarás aquí y ayudarás a reparar todo esto—Demanda el de ojos claros a su hija con firmeza—Los problemas no se solucionan de esta forma—Replica, recordando como ella había hecho lo mismo con una escuela.
Incrédula y dolida, Atarah asiente rendida y con la mandíbula adolorida de tanto fruncirla.
Sabía con claridad que no le serviría de nada defenderse, su padre y su nueva familia prefería creer que ella haría tal cosa como venganza contra Sam LaRusso.
Crea fama y acuéstate a dormir decía su abuela cuando una joven Duke era expulsada del colegio.
Ahora finalmente comprendía la expresión.
La de ojos verdes no tenía una cuartará de donde pasado la noche, al menos no una creíble y mucho menos legal.
Pero podía admitir con certeza que por su mente jamás pasó destruir el Minyagi-Do, y si esa idea hubiese pasado, igual no lo haría.
De lejos, Addy –quién se encontraba junto a los tres integrantes del Minyagi-Do– , emboza una sonrisa burlesca, pensando que por fin su hermanastra recibiría un castigo para enderezarse.
—Solo dinos si algo sale mal—Le dice Erika al Daniel por lo bajo antes de levantar su mano para despedirse de su Addy eufóricamente.
De reojo, Atarah solo vio y escucho a su padre suspirar decepcionado en dirección a ella antes de despedirse del adulto LaRusso para salir de ahí.
¿Seguía siendo demasiado tarde para desear haber destruido todo eso?
Aunque realmente no importaba si lo hizo o no, porque después de todo; ella siempre sería la culpable ante su padre.
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