Si tenía que escuchar los sermones de su intento de padre cada mañana, prefería no comer para lograr ignorarlo.
Pero al parecer no era posible porque aparecía hasta en la sopa.
—¿Me estás escuchando?—Cuestiona el hombre de ojos azules hacia su hija cuando la ve mirar el techo con aburrimiento.
—No—Responde sin más, y como era de esperar, unos exagerados suspiros de sorpresa por parte de Addyson y Erika no tardaron en escucharse—¿Ya puedo irme?—Pregunta retóricamente, porque por supuesto que a ella no le importaba lo que él dijera.
Se iría aunque él se lo negara.
Siempre buscaría la manera de contradecirlo en todo.
—Lo que hiciste no estuvo bien, Atarah—Detiene el hombro a su hija cuando esta se levanta de la silla—Escapaste de casa, y cuando ese chico intentó ayudarte... le rompiste la nariz.
La de ojos verdes frunce el ceño incrédula, por supuesto que ella no hizo tal atrocidad... bueno, tal vez sí; pero no de esa manera.
Él estúpido Dios griego con corte de Dora la exploradora la había traicionado, diciéndole palabras bonitas como "Voy a ayudarte" "Todo estará bien" cuando en realidad, no lo estaba.
Conspiró en su contra, y solo hizo falta que su distrajera dos segundos para que su padre y el señor Larusso aparecieran en ese apartamento.
Pero no estaba molesta con él, al menos no ahora, estaba molesta consigo misma por confiar ciegamente en alguien que no conocía.
Su yaya tenía razón, nunca confíes en desconocidos.
—¿Y él está bien?—Pregunta con falsa preocupación, pasando una mano por su pecho.
—Si, ahora él...
—Qué mal—Interrumpe antes de meter una mano al bolsillo derecho de su abrigo para sacar su vaper—Bueno, si me necesitas. Y realmente espero que no porque igual no vendré—Empieza a decir, metiendo el aparato a la boca, ante las claras miradas desconcertadas sobre ella—Estaré en un mejor lugar, adiós—Se despide con una sonrisa sarcástica cuando parte del humo sale de esta.
Erika niega resignada cuando la adolescente sale de la casa sin detenerse ante los llamados de Noah, estaba de más decir que esa mocosa malcriada no le agradaba.
Y encontraría la manera de deshacerse de ella si era lo mejor para todos.
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—¿Que hay mi Hawk?—Saluda la chica con una sonrisa antes de chocar su puño con el de él.
—Pequeña Atarah, escuché lo que ocurrió con tú escape fallido—Se burla entre carcajadas, ganándose un golpe por parte de la castaña
—¡Hola chicos!—La mirada de ambos pasa hacía el de ascendencia latina por unos instantes— Por favor dime que no le dijiste—Recrimina hacia su amigo cuando nota la mirada de la chica sobre él.
—Miguel Diaz, estás tan muerto—Amenaza mientras apunta con el dedo, estremeciendo un poco el cuerpo de su amigo, la conocía lo suficiente para saber que posiblemente si lo estaba.
—¡Al suelo, ahora!—ordena el sensei Lawrence junto a Kreese, salvando de manera inimaginable al latino—Les enseñaremos una lección.
Obedientemente, y casi a regañadientes, los alumnos en el dojo hacen lo que el adulto dice. Atarah sonríe cuando Tory se sienta junto a ella, con el poco tiempo que llevaban hablando, sabía que venía atareada por la larga noche de trabajo.
—¿Van a pelear entre ellos?—Pregunta la rubia por lo bajo con burla, quería ver cuanto aguantaban esos ancianos de pie.
—Le apuesto al sensei Lawrence—Murmura la castaña cuando el mencionado bloquea un ataque de Kreese.
—No cantes victoria—Canturrea la chica antes que Kresee tomara desprevenido al rubio para hacer un movimiento y apretar la parte alta de su codo contra el cuello de Jhonny.
Atarah bufa, realmente le tenía fe a su Sensei.
—Está bien, presten atención—Pide Jhonny, pasando la mirada a sus alumnos—Me tomó del cuello, yo tomé su codo. Si trato de escapar...
—Lo inmovilizo y lo duermo—Completa Kreese, reafirmando el agarre en el cuello del rubio.
—Si voy al costado—Indica Jhonny, golpeando al mayor en las costillas, pero es detenido por el mismo mientras dice "Expone su pecho por completo"—Ante dos decisiones difíciles ... ¿Qué hacen?
Todos se miran entre si ante la interrogante del Sensei, algunos no sabían la respuesta, y otros dudaban en decirla.
—Ignoran las consecuencias y avanzan—Manifiesta Johnny, moviendo su pies derecho para enredarlo con el de Kreese y provocar que ambos cayeran al suelo
—Quizá se lastimen—Asegura el adulto cuando ambos se levantan de suelo—Pero nadie gana sin hacer algo
—Toman una decisión, actúan, lo dan todo
Atarah muerde el interior de su boca, darlo todo se repite en su mente una y otra vez, ¿Y si estaba mal? Tal vez debería dar el primer paso para sobrellevar que desde ahora en adelante viviría con su padre y su nueva familia.
Inevitablemente, la mirada de la castaña divaga hasta su amigo; quién parecía meditar las palabras del Sensei, al igual que ella.
Agotados por las dos horas de entrenamiento en el Dojo, los amigos y algunos de los nuevos integrantes de Cobra Kai deciden ir a un restaurante cercano.
La chica Duke por primera vez se sintió bien desde que había llegado a Valley, temió desde un comienzo no tener a nadie para pasar sus insoportables días, sin embargo; ahora tenía a los chicos de Cobra Kai, a Moon, a Tory, Aisha y a Demitri; del cual no sabía desde mucho.
—No puedo creer que intentarás escapar de casa—Musita el latino, sin despegar la vista de su computadora.
—Y yo puedo creer que no lo creas—Replica la neoyorquina mientras rueda sus ojos—Por cierto, ¿Qué estás haciendo?—Pregunta interesada, llevaban unos quince minutos hablando y el pelinegro frente a ella solo hablaba sin mirarla.
—Estoy dándolo todo—Explica con una sonrisa, Atarah levanta una de sus perfectas cejas—Como dijo el Sensei.
—Eso no explica mucho, Miki—Repliega la adolescente confundida, ganándose una risa de su amigo—Enserio, no lo hace—Comunica en un bufido cuando su amigo murmura un "Ya lo verás"
—Hey, Atarah—La mirada de ambos recae en la nueva persona a un costado de ellos, la menciona abre su boca indignada cuando ve que Miguel si lo mira—Los chicos y yo iremos al centro comercial... queríamos saber si querías ir con nosotros
—¿Quieren que los lleve?—Cuestiona la adolescente, corrigiendo de cierta manera las verdaderas intenciones de su nuevo amigo—De acuerdo—Murmura y Hawk hace una gesto victorioso hacia los chicos cuando la adolescente se levanta de la silla—y tú tendrás que explicar todo—Apunta hacia Miguel de forma juzgadora.
Miguel niega graciosamente, por supuesto que lo haría; y estaba seguro que si Sam y él lograban reconciliarse, Atarah y ella serían grandes amigas.
