La de cabello castaño mueve su pies con impaciencia, no sabía porque estaba ahí; bueno, en realidad si lo sabía, y admitía que no era culpable de nada; aquel que dijiese lo contrario mentía.
El pomo de la puerta gira, y se escucha el vago rechinar de la puerta de madera. Loa sentidos de Atarah se activan ¿Acaso le gritaría? ¿O simplemente aprovecharía la oportunidad para sermonearla por primera vez?
Después de todo, era la primera vez que convivía con ella tanto tiempo.
—Atarah—Escucha una voz cansina.
Que cliché.
La de ojos verdes ve a su padre sentarse en la silla detrás escritorio; la adolescente traga saliva y levanta la mirada sin temor.
Los claros ojos de su padre examinaban cada parte de su rostro, dentro de él; un sentimiento de culpa lo invade, ¿Por qué tenía que parecerse tanto a su madre?
¿Era un castigo o una bendición?
—Sea lo que sea que te hayan dicho... si es suficiente para regresar a New York, lo acepto—Finge con una mirada melancólica, escondiendo su verdadero propósito.
Ella no quería pasar un solo día más en Valley,con su padre y su nueva familia.
No cuando le recordaban la verdadera razón de sus problemas.
—¿Acaso es mi culpa?—Cuestiona el hombre cruzándose de brazos con una mirada severa y fija en la castaña; quien frunce el ceño confundida—Porque lo es.
—¿Abandonarme por más de diez años o que mi ma...?
—Tal vez no fui la mejor figura paterna para ti—Intuye, ganándose una carcajada por parte se la menor.
No merecía mencionar paterna con ella.
—Pero estoy aquí, y quiero estar para ti ahora y...
—¿Siempre?—Interrumpe con sarcasmo—Creo que ya es demasiado tarde para eso, ¿No?—Pregunta segura, y el hombre frente a ella baja la mirada—Quién diría que tendría que quedarme sola para que recordases de la existencia de tu única hija.
—Estás enojada, lo entiendo. Pero vandalizar una escuela no te ayudará en nada.
—No estoy enojada, solo quiero largarme de aquí para que dejen de jugar a la casita conmigo
—Escucha. Hay un lugar, tal vez pueda ayudarte a canalizar toda esa ira
Atarah aplaude con ironía mientras se levanta de la silla molesta.
—Una semana y ya quieres desacerte de mi—Musita vacilante—¿Por qué no llevas a tu hijastra favorita ahí? Tal vez la ayuden a dejar de ser tan odiosa.
—Ella está intentándolo, también deberías hacerlo.
—Si pues; sus intentos de mierda pueden irse a la mierda también.
El hombre pasa una mano por su cabello desesperado cuando su hija sale de la habitación en un portazo.
Lo intentaba, trataba de controlarse para comprenderla; pero su paciencia tenía un límite.
Y Atarah empezaba a rebasarlo.
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El eufórico y vivaz ambiente hicieron estremecer a la pálida neoyorquina, no estaba acostumbrada a tanto.
Los persona, parejas incluso mascotas corrían, chocaban o pasaban frente de ella emocionados por la presentación, que para su sorpresa no era nada relacionado a Karate.
Bromeaba, todo en ese lugar tenía que ver con Karate.
—¿Miyagi-Do?—Lee la adolescente junto a ella—Creo que ese era el lugar donde tú padre quería internarte—Molesta hacia la chica de ojos verdes, que solo rueda sus ojos antes de moverse de posición para alejarse de ellas.
Para hacer la cosa más interesante, había sido obligada –prácticamente arrastrada–, a ir al Valley Fest.
Pero si es tan rebelde, ¿Por qué simplemente no se escapó?, tal vez muy en el fondo sabía que necesitaba distraerse; aunque lejos de Cruella de Vil y Cruella de Vil Jr.
La mirada de la castaña recae en los chicos con gi, específicamente en un reconocido azabache.
Su rostros y corte le resultaban familiares, admitía que el trasero también pero... ¿De donde?
Pudo escuchar e imaginarse el típico bombillo encendiéndose sobre su cabeza cual idea activada. Por supuesto que sabía quién era... ¡El maldito que tan siquiera la ayudó!
—Estúpido—Bufa cruzándose de brazos, sin dejar de observar la presentación; era bueno moviéndose, al igual que la castaña y viejo con él.
—¿Acaso habrá golpes?—Se escucha una voz femenida junto a ella, y sin pensarlo suelta.
—Es una coreografía de Karate, me sorprendería—La castaña y pálido chico se miran por unos instantes ante la introducción de una completa extraña a su conversación—Atarah—Se presenta con un leve movimiento en su cabeza
—Moon—Sonríe la delgada y pequeña chica—Y este tonto junto a mi es...
—De...Demetri—Interrumpe nervioso y con la boca semi-abierta; sin dejar de observar a la nueva conocida con admiración, Jasmine podía quedar cortar junto a ella—Soy Demitri
—Bueno. Atarah, con h—Repite hacia el chico; quién asiente tontamente sin dejar de mirarla, incluso cuando ella no lo hacía, ganándose un golpe tierno por parte de Moon.
Al parecer el pequeño Demitri se había enamorado.
De pronto, las luces empiezan a parpadear, la música cambia y se escuchan porras de "Cobra Kai, Cobra Kai" una y otra vez; confundiendo a la chica.
—Te encantará esto—Vocifera Moon segura hacia la de ojos verdes.
