Cogí un cojín y me lo puse en el pecho, abrazándolo, me sentía mal, nunca me había sentido así. El sentimiento de rechazo, fue haciéndose más pequeño. En cambio, el dolor, seguía intacto. Me limpié las lágrimas, fui a la ventana me asomé.
-Mierda-Dije limpiándome aún más rápido las lágrimas.
Dani venía hacia la casa y no quería que me viera en este estado, destruida; <<Vamos Laura, piensa rápido>> Cogí la ropa y subí corriendo los escalones, pasé por el cuarto y cogí el móvil y la ropa que pillé y me fuí corriendo al baño. Me senté en el suelo, escuchando a ver si oía abrir o cerrar la puerta. Lo oí. Me metí en la ducha. El agua caliente recorría mi cuerpo haciendo curvas. Recapacité sobre lo que había ocurrido, analizándolo todo. Salí de la ducha me sequé me peiné y vestí lentamente retardando lo que probablemente pasaria cuando saliera del servicio, y viera a Dani. <<Venga ya Laura, no te vas a quedar aquí para siempre. Sal a fuera y enfréntate a lo que te tengas que enfrentar. Tarde o temprano llegará, quieras o no>> Me dije. Me armé de valor suficiente y salí, no miré quien había abajo, me dirigí directamente al cuarto, solté las cosas, y cogí el móvil. Llamé a mi madre diciéndole dónde estaba, que estaba bien y que si necesita algo, que me llame. Bajé las escaleras, y miré al rededor, no había nadie. Me relajé, me senté en el sofá, viendo pasar el tiempo, aunque por poco rato. Dani apareció, con la bandeja del desayuno en la mano, me sonrió.
-Supongo que tendrás hambre-Se encogió levemente de hombros mientras dejaba la bandeja en la mesa.
La verdad es que sí tenía hambre, no me había acordado. Dani se sentó a mi lado, cogió una galleta y se la comió. Yo le miraba embobada, me di cuenta, y cerré la boca, sin saber como de abierta estaba. Me senté correctamente y también cogí una galleta y la devoré, debida a mi repentina hambre. Todo estaba en silencio, solos e nos oía a nosotros mascar, las galletas, ese ruido que en casos como este me pone de los nervios.
¿Es que no iba ha hablar? ¿No me va a decir nada? No sé que sería mejor, que Dani hablase sobre lo ocurrido o que siguiéramos con este insoportable silencio, interrumpido suavemente por el crujido de las galletas.
-Laura...-Empezó ha hablar.
Cogí una galleta y me la comí poco a poco, para que me impidiera hablar, y él, dijera todo lo que creía conveniente.
-Lo siento-Suspiró.
Esperé aún masticando, intentando hacer el menor ruido posible.
-Esto es muy difícil para mí -Dijo serio, creo que se sentía culpable. Me miro a los ojos- Te deseo, te quiero, tanto por dentro como físicamente, y cielo, perdóname, no me malinterpretes, no es que no quisiera hacerlo contigo es que...
-No te atraigo-Se me escapó; lo dije en susurro pero se entendía.
-¡No!- Dijo, se acercó a mí- Te deseo, más de lo que tu crees, y sí, me atraes, si no, yo no estaría aquí, demorándome los sesos, para explicarte que eres la razón de mi existencia. Y también me preocupa tu virginidad, eres muy joven, y esperaré todo lo que haga falta, hasta que estés preparada. No me importa el tiempo que tenga que esperar, siempre y cuando espere contigo.
Me seguía mirando a los ojos, y me decía la verdad. Era tan bonito lo que me había dicho, que no me lo creía, me abalancé sobre él abrazándole fuerte. El me devolvió el abrazo.
-Te quiero mucho-Le dije y le besé la mejilla
-Entonces, ¿Me perdonas?
-No tengo que perdonarte nada -Le sonreí.
-Si tienes que perdonarme, porque...
-Shh...-Le callé con un beso- Olvida todo lo que ha ocurrido ¿Vale? -Le acaricié la cara. Él me sonrió y asintió.
-Te quiero
Le sonreí en modo de respuesta, me gustaban esas dos palabras, Te y quiero, y más cuando sale de sus labios, y me lo dice a mí y no a otra. Esa perspectiva me subió el ánimo.
_________________________________________________
¡COMENTEN Y VOTEN!
Lucía. xx (:
