-Una mesa para dos, por favor. -Le dijo Dani al hombre que recibía a los clientes nada mas entrar al restaurante, preguntando si tenian reservado mesa. Nosotros la temíamos, eché un vistazo al interior del restaurante, o al menos lo poco que se veía de su interior, por lo que vi el restaurante era elegante y había bastante gente..
-Ya sabe, -Escuché lo que Dani le decía a aquel hombre- soy aquel chico que quería una mesa para dos, bien alejada del bullicio, queremos intimidad.
Noté que aquel hombre me miró y me sonrió educado, le devolví la sonrisa amable.
-Un momento -Contestó el hombre a Dani- Llamaré a un compañero para que les acompañe a la mesa.
Dani asintió y me miró sonrriendo triunfador. Dani se acercó a mí y me susurró: <<¿Te gusta el lugar?>>
Yo asentí sonrriéndole. En realidad todo estaba muy bien. El hombre apareció acompañado de un muchacho, le echaba unos 25 años.
-Por aquí por favor -Dijo aquel chico padandos por delante nuestra y nosotros le seguimos. Fue entrar, y ¡madre mía! Ahora entiendo porqué había que reservar mesa ¡Aquello estaba a rebosar!
Menos mal que Dani escogió algo más íntimo... Comer delante de tanta gente desconocida se me hacia baastante incómodo. Pasamos al lado de bastantes mesas, el chico que nos acompañaba hacia nuestra mesa se paraba en algunas para preguntar si necesitaban algo, qué les había parecido la comida y todo eso. Por los comentarios que oí, eran comentarios positivos. Seguimos andando y aal fin llegamos a nuestra mesa. La verdad es que estaba bien alejada de los demás. Tenía un toque distinto... Como más romántico. Un par de rosas rojas adornaban el centro de la mesa, y cubiertos y platos muy bien colocados.
-Estaré por aquí cerca -Dijo el chico interrumpiendo mis pensamientos.- Si desean añgo llámenme. Nosotros asentimos a la vez y el chico se fue.
Dani se me adelantó y retiro mi silla para que me sentase. Fui hacia él con unaa sonrisa y él me miraba de una formaa especial... Noté como el rubor de mis mejillas se hacia paso, haciéndose notar. Baje la cara para que Dani no lo viera.
-Vamos Laura he visto muchas veces cómo te ruborizas, no baajes la caara, sigues estando igual de adorable. -Me decía cerca del oído. <Gracias Dani, ahora ya estaba más que roja por tu culpa>
Empezamoss a cenar, yo sólo me pedí una ensalada, no queria pedir un plato que no haya probado nunca, no vaya a ser que no me guste y Dani tenga que gastarse ese dinero innecesario, y más sabiendo lo delicada que era yo.
