Naruto: El Hijo de los Sannin

Capítulo 56: La Princesa Byakugan 1

Cuando te encuentras parte de una antigua conspiración

Naruto estaba en la oficina del Hokage. Las únicas otras personas en la habitación además de él y su padre adoptivo eran Tsunade y Shizune. Después de darle el informe sobre la misión de Suna, Naruto solicitó hablar con él, Tsunade y Shizune sobre ciertos desarrollos que sucedieron durante la misión. Más importante aún, el hecho de que Orochimaru había clonado de alguna manera a Hagane y Kaida.

"No puedo creer que ese monstruo llegará tan lejos por simples límites de línea de sangre", comentó Shizune con disgusto.

"Lamentablemente, puedo creerlo. Orochimaru siempre quiso a nuestros hijos en el momento en que el conocimiento de sus habilidades llegó a sus oídos, y si no podía tener los originales, obtendría reemplazos", dijo Jiraiya con ira contenida.

"¿Mamá?" Naruto le preguntó a Tsunade, quien había estado en silencio durante toda la conversación.

Tsunade no dijo nada y simplemente miró a la aldea por la ventana. Su respiración era bastante pesada. Naruto se sintió obligado a hacer una broma sobre cómo esperaba que ella destrozara toda la oficina en un ataque de ira al escuchar las acciones de su ex compañero de equipo, pero ella permaneció sorprendentemente tranquila.

"Si Orochimaru envía los clones de nuestros hijos contra ti es porque no le importa si los conocemos. Y en mi experiencia, eso nunca es una buena señal", dijo Jiraiya, cruzando los dedos debajo de la barbilla. "¿Tenían sellos malditos?"

"No. Bueno, pueden haberlos tenido, pero sí los tenían, no los usaron. Y dado que terminamos ganando, el hecho de que elijan retirarse en lugar de usarlos apunta a que no los tienen", razonó Naruto.

"Por supuesto. Según Anko, solo hay un diez por ciento de posibilidades de sobrevivir al proceso de sellado. Probablemente no quiera arriesgarse", dijo Shizune.

"Eso no elimina la posibilidad de marcarlos en el futuro", agregó Jiraiya.

"De hecho, si. Pero lo que deberíamos preguntarnos es qué vamos a hacer con ellos", señaló Shizune. Un aire de inquietud se apoderó de la oficina. "Sé que son clones de sus hijos, pero también son los secuaces de Orochimaru. ¿Cómo deberíamos ... tratar con ellos?"

"Salvarlos", dijo Tsunade, dándose la vuelta, con un fuego decidido ardiendo en sus ojos. "Esos niños no deberían ser juzgados por los crímenes de su creador. De hecho, estoy segura de que ni siquiera son conscientes de sus orígenes. Tal vez podamos usar eso para convencerlos de que vengan a nuestro lado".

"Es más fácil decirlo que hacerlo", dijo Shizune con un suspiro. "Orochimaru condiciona a sus sirvientes a ser devotos de él con un celo inhumano".

"Sí, pero Orochimaru muestra poco o ningún interés por sus secuaces. Además, tenemos un historial de poner a nuestros enemigos de nuestro lado, si Zabusa y los Genin del sonido son una indicación. Y una vez que estén a salvo ..." Tsunade señaló. Luego, entrecerró los ojos. "... Le daré una paliza a ese bastardo de piel pálida con mis propias manos."

"Eso es si no te adelanto primero," intercedió Jiraiya, antes de obligarse a sí mismo a calmarse. "Bueno, ahora que sabemos esto, podemos planear para la próxima vez que Orochimaru envíe esos clones contra nosotros", dijo Jiraiya, cerrando la discusión. "¿Hay algo más que quieras decirnos, Naruto?"

"En realidad, sí. Durante la misión, hablé con el Kyubi", dijo Naruto.

Los ojos de Tsunade y Shizune se abrieron de golpe, pero no dijeron nada. Luego explicó lo que le dijo el Kyubi, sobre la estatua, el Sabio de los Seis Caminos, el Rinnegan y uno de los Akatsuki que la poseían, así como la posibilidad de que hubiera un Uzumaki entre ellos.