Capitulo 24.

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|Odio Que Me Hagas Amarte| Capítulo 24

-¿Recuerdas a mi ex novia?

-¿Valery?, claro que si-En realidad esa niña era insoportable-

-Recuerdas cuando estuvimos peleados

-Si

-Pues eso no impidió que tuviéramos relaciones

-¿De que hablas?-Pregunté confundido-

-Hay unas pastillas-Dijo mientras sacaba algo de su velador-Que si se las das, al despertar al otro día, creerá que todo fue un sueño

-¿Le diste esas pastillas a Valery?-Dije mirándolo sorprendido-

-Claro que si, ella creía que era un sueño-Yo solo lo miraba desconcertado-

-No se si sea correcto-Dije haciendo una mueca de disgusto, ¿Acaso había otra salida aparte de esa? No, claro que no-

-Tranquilo, le he preguntado a mi padre sobre las pastillas por pura “curiosidad”-Dijo el haciendo comillas con sus dedos-

-Ah, olvidaba que tu padre es doctor, ¿Y que te ha dicho?-Pregunté esperando recibir una respuesta positiva-

-No tienen efectos secundarios y no son peligrosas, y no llegan a ser consideradas como droga-Esa respuesta había sido mi salvación-

-Entonces necesito que me des una de esas-Solo miré a Chris quien abrió su cajón y comenzó a revolverlo entero

-Vale, toma-Dijo entregándome una pastilla envuelta en un pequeño sobrecito-

-Tengo que ponerla en su café antes de la hora de once, me tengo que ir, gracias Chris, me has salvado la vida-Y si que lo había hecho, podría usar estas pastillas mas seguido, bueno no, pero debería conservar algunas por si las dudas-

Me despedí de Chris para luego ir directo a la mansión, escuché que ella venía bajando la escalera, me escondí en la inmensa cocina, ella comenzó a preparar su café, hora de actuar.

Marque el teléfono de la casa, ella automáticamente salió de la cocina para luego dirigirse al teléfono, puse rápidamente la pastilla en su café, salí rápidamente de la cocina en dirección a mi habitación, esperando a que la pastilla funcionara.

|*|

Abrí mis ojos, había tenido un sueño muy extraño, pero por dios, que sueño, yo no puedo estar soñando esas cosas, yo estaba con Justin, el me había pedido que lo besara, y al parecer eso se salió de control, y luego interrumpió la desgraciada de Courtney había parecido tan real, ¿¡Que dices _______!?, fue solo un sueño, solo eso, si hubiera sido real yo no lo hubiera permitido, eso es obvio, por mucho que me guste, pero no le habría permitido hacer eso, ¿O si?.

-Buenos días, Justin-Dije mientras bajaba la escalera, el se encontraba tomando desayuno-

-Buenos días, nena… ¿Te pasa algo?-Me preguntó probablemente por la cara que tenía de espanto, de confusión, e incluso de alegría, en realidad aun no entendía el porque había soñado eso, ya me estaba probablemente volviendo loca-

-Nada, solo que tuve un sueño algo… Extraño-le respondí mientras tomaba asiento frente a el en la gran mesa de ahí-

-¿En serio?-Dijo el y vi como una enorme sonrisa aparecía en su rostro, el porque, no lo se-¿Se puede saber de que fue?

-Claro, como si te lo fuera a decir-Dije yo mientras untaba algo de mantequilla a mi pan-Hay cosas que son personales

-Bueno, si no quieres, comprendo, espero que haya sido un bonito sueño-Dijo el para luego dar una mordida a su pan con mermelada-Nena, ya sabes que desde hoy tendrás que hacer lo que yo te diga, hasta que lleguen nuestros padres

-Si lo se-Dije rodando los ojos fastidiada-No es necesario que me lo recuerdes, no es muy lindo que digamos

-Vamos, ¿Por que no me cuentas lo que has soñado?-Preguntó el sin quitar esa sonrisa de su rostro, no entendía porque tanto interés, pero una cosa estaba clara, el jamás sabría que los protagonista de mi sueño habíamos sido nosotros, -

-Nada que te importe, Justin-Pareciera como si el supiera que había soñado con el, y me lo refregara en la cara, y mi sueño no había muy santo que digamos, y para ser sincera, en realidad, no había sido santo en lo absoluto-

-Vale, como tu digas-Dijo el riendo, su sonrisa era imposible de desaparecer, quien sabe porque tanta felicidad-

Mis pies fueron prácticamente solos en dirección hacia la cocina, quité el jugo del frigorífico y lo dejé en el mueble, me puse en punta de pies para alcanzar los vasos en el ultimo piso del mueble, estaba a dos centímetros de alcanzarlos, pero no podía, pero mágicamente mi mano llegó al vaso, pero mi mano tocando el vaso, pero mis pies no tocando el suelo. Entonces sentí la dulce brisa de una relajada respiración, un roce que envolvía mi cintura, y debido al desnudo de ésta, un escalofrío recorrió desde mis pies hasta mi cuero cabelludo, y no era solo por el roce, era por SU roce.

-No te preocupes-Dijo el prácticamente susurrando en mi oído-Crecerás mas-Despegó una de sus manos para tomar el jarrón de jugo y verter un poco sobre el vaso que “Habíamos” sacado del mueble, mientras con la otra hacía pequeñas figuras invisible en mi torso, yo estaba en un tantito pequeñísimo estado de shock-Si llama mi padre le dices que fui a lo de Courtney-Me dio un pequeño beso en el cuello, lo último que pude distinguir fue el sonido de la puerta, abrir y cerrarse-

No supe realmente cuanto estuve así, helada, congelada, mirando a la nada con la boca entreabierta de la impresión, con el corazón latiendo anormalmente con 200 latidos por segundo, la sangre fluía de manera nerviosa por mi cuerpo, y hasta parecía detenerse en algunos puntos, principalmente en mi corazón y en mi cerebro, no parecían querer responder de alguna manera.

Cuando pude reaccionar solo me puse a maldecirlo por toda la casa.

¿Por qué hacía todo tan difícil?

¿Por qué tenía que hacer cosas así?

¿¡Por que tenía que ser tan desgraciadamente perfecto!?

¿¡Y tan necesario era restregarme en la cara que iba “A lo de Courtney”!?-Mis pensamientos adoptaron un tono sarcástico con la última frase-

Si, que bien, el divirtiéndose con su linda noviecita, y yo aquí, como tonta enamorada de la persona menos indicada del mundo, de la única persona que jamás podría ser mía, ¡Ni siquiera quería que el fuera mío! ¡No! Es algo imposible de explicar, me gusta, lo a… Digo, Me gusta, pero no a la vez…

Los últimos pensamientos fueron algo, no lo se…Un tanto extraños, yo iba a decir que… ¿Lo amaba?, solo una pequeña confusión de la lengua...

Odio que me hagas amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora