Odio que me hagas amarte

Capitulo 32.

|Odio Que Me Hagas Amarte|Capítulo 32

Otra vez, desperté jadeando, otro de los tanto sueños eróticos que se estaban haciendo habituales siempre en mis sueños de cada noche, y lamentablemente, siempre con la misma chica.

Lo primero que hice fue dirigirme rápidamente a la ducha, me di un largo baño, casi podía sentir que el agua hirviendo prácticamente, me hacía olvidar todo.

Me vestí con unos jeans y un jersey color beige, al salir del baño pude notar que el lado de la cama en donde dormía ________ estaba completamente vacío. Y Aunque pareciera imposible, agradecí que aquella peligrosa tentación no estuviera cerca de mí.

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-¿Courtney?-Pregunté al ver a la rubia parada en la puerta-¿Qué… Cómo sabes que vivo aquí?

-Ayer hablé con Justin, saldríamos a cenar hoy

-Claro-Dije algo confundida-Pasa, ponte cómoda, ¿Quieres bebida?

-No, gracias, ________, esta figura tiene que cuidarse, deberías intentarlo tú también, la bebida no es sana-¿Ella estaba insinuando algo? ¡Por Dios, cariño! Al menos yo si tengo trasero, el no comer tanto te quitó eso-

Y Antes de que pudiera decirlo en voz alta, cosa que no hubiera sido buena idea, apareció Justin con su sonrisa de comercial mirando a su novia que estaba vestida con un elegante vestido rojo pasión, si, era linda, muy linda, pero no mas que yo, claro. Demonios, ¿Qué mierda podría importar eso?, ni aunque yo fuera Afrodita Justin me tomaría en cuenta para algo más que no fuera lo carnal. Suspiré calladamente, resignada, y subí a mi cuarto despidiéndome de Courtney, ¿De Justin? Si claro, yo despidiéndome de Justin.

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Me cambié de ropa ya que aun tenía puesta la camisola que tenía de pijama, opté por no usar maquillaje, y yo sabía que no lo necesitaba. Ni siquiera me había molestado en cambiarme a pesar de que eran las seis de la tarde, tampoco me había molestado en buscar zapatos, pues me puse laz zapatillas que había usado Justin el día anterior, unas lindas Supras negras que me iban una talla grande, pero eran perfectas para mi ropa y a que molestaría a Justin.

El reloj marcó las once de la noche, y el sueño aun no me vencía, ¿Cómo hacerlo? Sí había dormido hasta las una de la tarde y ¿Cómo hacerlo? Si el chico que desgraciadamente amaba, no estaba conmigo.

-Preciosa, aun no te duermes-Dijo Justin mientras cerraba la puerta de entrada-

-No, no tengo sueño-Respondí cortante mientras miraba atenta a la televisión-

-¿Qué haces con mis zapatilla?-Me preguntó arqueando una de sus cejas-

-Ah es-Dije riendo-Me gustan, son lindas, combinaban con mi ropa y no tengo zapatillas de este color

-¿Ah si? ¿Y por eso te tienes que robar mis zapatillas?

-Perdón-Dije yo negando con la cabeza-Ya me las quito

-Si, mejor apúrate-Dijo antipático-No tengo todo el día y NO VUELVAS a tocar mis cosas

-Ahí las tienes-Se las tiré haciendo que una de ellas chocara contra su rodilla-

-¡Au! ¡Fíjate, _______!-Yo solo subí a mi cuarto-

Era cierto, cada vez que salía con Courtney, se daba cuenta de lo maravillosa, tierna, amable, inteligente, bonita, etc, que era su novia, entonces la culpa lo comía y yo lo pagaba, ¿Cómo? Me trataba de la peor manera que podía él hallar.

Habría esperado que Justin hubiera subido a mi cuarto, que me abrazara, y que a la mañana siguiente despertaría con él, pero eso nunca pasó.

A Pesar de todo, lo amaba no podía evitarlo, tampoco podía evitar las lágrimas que salían inconcientemente de mis ojos. Si hubiera alguna forma, si pudiera olvidarme de él, de todo…

Dos Semanas Despues…

Bien, primer día de clases, no iba a fallar, tenía que lucir esplendida, divina, como nunca antes, no podía arriesgarme a quedar mal, y la única razón era Justin, por muy lindo que fuera, no podía dejar que se burlara de mi por no ser igual de sensacional que él, si voy a ser una Bieber, vamos a hacerlo bien.

-¿Lista para tu nueva escuela, cariño?-Me preguntó mi madre, y como era de esperarse, comenzó a arreglar mi polera, Justin solo se limitó a reír-

-Si, mamá-Dije rodando los ojos y esquivando sus manos-No es necesario que hagas eso

-Lo siento, la costumbre-Dijo ella para luego mirar su reloj-Ahora debo irme, adiós, Cariño-Me dio un beso en la mejilla-Adiós, Justin-Hizo exactamente lo mismo con el-

-Quiero que sepas que puedes escoger el Ferrari Rojo o el negro, el azul es mío-Dijo el mientras se miraba al espejo-

-Yo aun no entiendo por qué vamos en autos separados-Dije mientras luchaba por que mi zapatilla entrara en mi pie-Es un gasto de mas

-El tener 3 Ferraris también es un gasto de mas-Dijo el mientras quitaba la vista del espejo para mirarme-Pero a nadie le importa, además mi imagen bajaría un diez por ciento si me ven llegar con una nueva

-¡Pero contaminas el ambiente aun más! y se supone que soy tu hermana-Dije rodando los ojos-

-Si, Lamentablemente-Dijo el y yo solo rodé los ojos-Yo me voy-Sin ni siquiera decir adiós, el solo tomó las llaves y salió por la puerta, a mi aun me faltaba hacer ondas en mi pelo, luego de unos 10 minutos, por fin acabé-

Luego de estar por lo menos unos 5 minutos dando vuelta por la sala intentando encontrar el escondite de las llaves del Ferrari Rojo, al fin pude ubicarlas colgadas detrás de la puerta de salida, las tomé y me dirigí al auto, para mi primer día en esta nueva secundaria.

Luego de llegar al colegio, se me hizo una tortura el encontrar estacionamiento, hasta que vi que detrás de el Ferrari azul de Justin (Por que no creo que haya otro igual) había un estacionamiento vacío.

Bajé del auto para luego caminar unos dos minutos hasta la puerta de entrada, tuve que darle mi carnet a la señorita de recepción para que me diera las llaves de mi casillero.

-¿Usted es la hermana de Justin, no?-Me preguntó ella, el como lo sabía, no tengo ni la menor idea-El mencionó su nombre, y me he encargado de que su casillero quede a su lado

-Por el amor de dios-Susurré entre dientes, el que mi casillero estuviera a su lado le ahorraba dos minutos para poder fastidiarme aun mas-Muchas gracias-Una cínica sonrisa y un adiós y ya me encontraba caminando por los pasillos-

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Mis dos bebe juntos.