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Hermione. 

Estaba agotada al salir de su trabajo así que se apresuro a llegar a su casa improvisada que había obtenido después de su ruptura con Draco, situación que por supuesto aún no superaba después de todo no es como si casi cuatro años de relación se olvidaran tan rápido. 

Con un suspiro escapando de sus labios pudo observar al costado, a una lechuza entrar con una caja y una carta.

Exasperada por la situación no tan nueva tomo la carta entre sus manos y le aplicó un incendio mientras el regalo lo apilaba a un costado de su cama junto con los otros que había recibido desde hace tres días. 

Con el corazón taciturno y confundido Hermione se dejó caer totalmente derrotada en la cama mientras pensaba en la extraña actitud que Draco estaba teniendo. Pues aunque ahora trabajaban en el mismo lugar y tenían áreas en común como la cafetería a pesar de pertenecer a diferentes secciones del ministerio, Draco la ignoraba pero cuando llegaba a casa un regalo de su parte la esperaba tranquilamente es el pequeño escritorio de su supuesto hogar. 

Miro alrededor con cansancio pensando, cómo había llegado hasta esa situación, aunque lo que más le sorprendía de todo lo acontecido era el echo de que Draco hubiera conseguido un empleo tan rápido y más sin la influencia de los Malfoy para
apoyarlo.  Por lo que empezaba a sospechar que era una influencia de otro tipo, por no mencionar que muy probablemente Harry había tenído mucho que ver algo por lo que estaba muy enfadada ya que era su supuesto mejor amigo.

Otra lechuza llegó asustandola pero esta vez, en vez de una carta, era un vociferador o al menos eso pensaba ella porque cuando lo toco en vez de gritarle o hacer una de las peculiares y groseras cosas que hacen los vociferadores  , desde dentro del sobre se escucho una voz muy conocida que en vez de sonar furiosa sonaba suave con una música de fondo. 

–Hermione, mi Hermione.  Se que estás muy enfadada conmigo y lo comprendo, se que lo que hice no es justificable y que tienes todo el derecho de odiarme.  Pero conociéndote, sé que estarás quemando mis cartas o algo por el estilo, pero yo tengo algo muy importante que decir aunque ahora ya no importe. Yo quiero que sepas que te amo que nunca dejare de hacerlo y que por ello e renunciado a mi familia, aunque no me sorprendería que esto último lo supieras y que no representará nada para ti–. El sobre se quemó y Hermione sintió una opresión en el pecho, pero a pesar de todo el discurso ella no creía poder perdonarlo.  Después de todo le había dejado muy claro lo que ella significaba para el.

Azares Dorados [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora