(*CAPÍTULO LARGO*)
No me sentía orgullosa en lo absoluto. Falte 2 días al instituto solo por tener la cabeza echa mierda.
Me di ese tiempo de pensar. Dar vueltas una y otra vez al tema, intentar llegar a una conclusión, a un final, a una solución. Terminaba en el punto de inicio.
El Alex me hace sentir bien. Me alegra cuando ando bajoneada y aunque no lo esté, siempre encuentra algo para hacerme reír. Si vemos por lo físico, es lindo, tiene un cuerpo que con solo verlo se te sube la presión, su pelo rizado es algo tan característico y tierno de él.
¿Pero por qué no podía aceptar que él también me atraía? Por qué no podía atreverme a decirle que tal vez si me esta gustando o pueda hacerlo y que estar en esta situación me molesta, duele, y frustra?
Mis sentimientos son un caos. Mi vida está patas arriba y necesito volver a tener control sobre eso. Pero tengo miedo.
Tengo miedo de pasar por lo mismo, de decepcionar a alguien con mi decisión, de volver a cagarla, o que me caguen a mi.
-A ver weona... -hable conmigo misma- vamos a ponerle fin a este tema. Lo necesitamos.
Valentina, ¿no crees que ya es hora de que pasi página y te atrevas a querer y dejar que te quieran?-- reclamó mi consciencia.
Es cierto. No voy a estar toda la vida recriminando y recordando los tiempos malos que pasé.
Siento cosas por el Alex y necesito llamarlo.
Me levante corriendo del sillón y casi me saco la chucha. Llegué a la mesa de la cocina que era donde había dejado mi teléfono.
La adrenalina que sentía de haber corrido y por lo que quería decirle, me mantenía con una sonrisa boba en la cara y la respiración agitada.
Marqué su número y esperé mordiendo levemente la punta de mi dedo. Espere hasta el cuarto tono y nada, colgué.
¿Tú creías que iba a ser igual de fácil que la tabla del uno? Algunos si tienen dignidad.
Volví a marcar. Espere el mismo tiempo y nada.
Es obvio que no me iba a contestar, como tan weona. Pero no cualquier weona, soy la mas persistente. De verdad necesitaba hablar con urgencia con el Alex.
Insistí por última vez. Cuando estaba por colgar, el atendió, me emocione.
-¡Alex! Necesito hablar contigo.
-Valentina, ya te dije todo... no veo el por qué debemos hablar.
-Quiero disculparme por todo, explicarme o al menos intentarlo... Pero siento que por teléfono seré un desastre, ¿podemos juntarnos?
Soltó un suspiro y comencé a sospechar que me iba a mandar a la chucha.
-No, no puedo -una gota de decepción- estoy en el departamento cuidando a mi hermano hasta que se lo lleve mi mamá.
ESTÁS LEYENDO
Mala suerte culia!
Humor-No, no eres conciente... -refute interrumpiendola. -Qu-que? No puedo más, las palabras luchan por salir... -Valentina como querí que te haga entender que te amo? Te volviste alguien tan importante para mí que puedes destruirme tan solo con chasque...