𓄹𓈒 𓏲 ๋࣭ Runaway ── Genshin Impact

1.

╭──────────────

               ╰─➤  ᴡᴇʟᴄᴏᴍᴇ. | 逃げる. 💌

No podía escuchar absolutamente nada, mientras que mi vista era completamente nula en aquel momento. Ni siquiera sabía si sentía dolor aún con tanta sangre saliendo de mis heridas.

«¿Acaso voy a morir...? ¿Esto es lo que ve la gente a poco tiempo antes de la muerte? No tenía ni la más mínima idea.» pensaba para si misma la joven, con la poca conciencia que le quedaba. Después de haber sido derrotada por un ojo de la tormenta, e intentar escapar lo más rápido que pudo, cayó al suelo sin energías.

Varias heridas se posaban en su cuerpo, y su respiración era agitada. Además, no había comido en días. No pensaba que después de esto pudiera seguir sobreviviendo.

Unas lágrimas cayeron a su mejilla, cerro los ojos. Esperaba su lenta muerte sin hacer nada al respecto.
Ya no quería vivir huyendo de los monstruos, robando y cazando comida, y durmiendo en el frío suelo.
Ya no quería seguir con esa horrible vida que llevaba hasta ahora.

— Es hora de descansar...

Se dijo a si misma, cerrando sus ojos esperando la muerte.

— ¿Qué se supone que estás haciendo?

Escucho una voz masculina cerca de donde ella estaba. No se asustó, tampoco se sorprendió. Tal vez era algo por lo que pasaba la gente antes de morir.

— ¿Dios...?

— No soy un Dios. ¿Qué haces en el suelo?

«¿Ah?»

Débilmente abrió los ojos. Frente a ella se posaba un joven apuesto, con un traje formal, y cabello pelirrojo.

— ¿Estás seguro de que no eres un Dios? Te ves tan bien para ser un simple mortal...

A la chica ya no le importaba nada de lo que decía. Ese chico era un Dios, un Dios que la sucumbiría hasta el último momento de su vida, para así darle un descanso eterno.

— Esas heridas...

— Dios, déjame descansar ya.

Insistente en que era una ilusión antes de morir, intentaba ignorar toda palabra que aquel extraño Dios decía. Quería estar en paz, no quería hablar con nadie.

— No soy un Dios, me llamo Diluc...

A plena presentación del chico, ella se desmayo. Dejando a este totalmente confundido.

No podía dejar a una chica así en el suelo, en ese estado. Estaba claro que tenía que llevarla a un lugar seguro, en dónde pudieran atenderla.

─────────────

— Madre...

— ¡Por fin has despertado!

— Ugh...

La chica se encontraba en un lugar totalmente desconocido para ella.
Frotó su frente. Sentía una gran punzada, acompañada de un terrible dolor en esta. Su cuerpo le dolía por completo, como si todos sus huesos estuvieran quebrados.

— Al fin se ha levantado. Llama a los Caballeros de Favonius.

— ¿Ah...?

— Si, enseguida voy.

Las hermanas de la Iglesia hablaban sobre la chica, sin prestarle mucha atención.