Capítulo 20: La Decisión

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Miguel se aterró en cuanto vio que la chiquilla le estaba apuntando con el arma.

Ninguno de sus empleados rastreó el disco duro ni le dieron aviso de cómo ni dónde venía la muchacha, sintiéndose profundamente indefenso ante aquella situación.

-Baja el arma, jovencita, esa no es una manera de conversar.

Trató de hablarle con calma y mantenerse en postura.

-Tu manera de conversar tampoco me ha gustado para nada, hijo de perra -dijo Cassy sin soltar el arma de sus manos.

-Si te refieres a tus amiguitos, estarán bien. Pero lo que realmente importa es que he estado esperando pacientemente, que llegaras hasta aquí. Hay un trato que puedo ofrecerte, jovencita.

-No quiero ningún trato contigo. Tu hora ha llegado, Miguel. Tú y tu maldito imperio van a caer en cuanto destruya el maldito disco duro -dijo la chiquilla guardado el arma y tomando el disco duro en el que se guardaba la copia de la ilustración óptica entre sus manos-. En realidad, es bastante simple, y aquí es cuando justamente todo donde empieza -anunció la jovencita en cuanto azotó el aparato contra el suelo con suma brusquedad, provocando que éste se dañara de manera superficial.

Miguel quedó petrificado en cuanto vio el disco duro un tanto destrozado en aquel momento, sintió que le empezaba a fallar el pulso, pero no iba a dejar que la joven chiquilla le arrebatara lo que tanto trabajo le costó conseguir algún día. El adinerado tipo comenzó a tocar la pantalla táctil que estaba a sus espaldas mostrando tres imágenes en ella, eran grabaciones de cámaras de seguridad que apuntaban tres acontecimientos impactantes para Cassy:

Uno mostraba el escenario de sus padres, quienes aparentemente estaban atados contra unas sillas con los ojos vendados y siendo apuntados con armas por detrás de sus cabezas, cuyos tipos armados estaban esperando a sus espaldas que les dieran una indicación. Otra mostraba el escenario de Peter, quien estaba siendo golpeado dentro de una celda en lo que parecía ser una cárcel. Y en la última, mostraba a Jenny y su familia atrapados en la deportación de Tijuana, sin poder salir del país a ninguna parte.

-Tus acciones son más importantes en todo esto más de lo que imaginas, Cassandra Davis -anunció Miguel y al mismo tiempo sonrió dejando a la vista una expresión macabra al mismo tiempo.

En ese momento, Cassy se sintió presionada como nunca antes, estuvo al borde del colapso y perder el sentido.

-Trabaja para mí, Cassandra. Y todo tu entorno quedará libre.

Cassy se negaba trabajar para aquel tipo tan ambicioso, se negaba a ser parte de su macabro equipo y tener que ver todo lo que jamás pensó que sería capaz.

Oyó pisadas y gritos. Había llegado la prensa afuera del edificio.

Con todo, la agonía y el terror le quemaba las entrañas a Cassy y, Miguel aprovechó la situación para acercarse a recoger el disco duro. Sin embargo, la chica no cesó a ello, estaba al borde de llegar a la meta y no podía dejarse caer justamente en aquel momento, así que pateó con lo que le quedaba de fuerza de voluntad el disco duro provocando que se impactara contra la pared haciéndose añicos.

-No voy a trabajar para ti, jamás -murmuró la castaña entre dientes.

-Entonces ve despidiéndote de tu entorno, chiquilla -anunció Miguel de manera fría mientras se acaba a la pantalla donde se proyectaban las grabaciones de las cámaras de seguridad.

Cassy contó mentalmente hasta tres y usó todas sus fuerzas para irse en contra del frío tipo, a pesar de ser unos cuantos centímetros más baja, no le impidió correr y rodearle el cuello con un brazo por detrás y apuntarle en la cien con el arma con la mano que tenía desocupada.

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