Capítulo 10: Miguel

10 1 0
                                    

Los chicos estaban aterrados.

Claramente ellos querían conocer y enfrentar a Miguel, pero en ningún momento se les pasó por la cabeza que se lo encontrarían por primera vez de aquella forma. Se sentían indefensos frente a aquel poderoso tipo, pero aún así esperaban algún otro indicio por parte de él para tomar el siguiente paso.

Aquel adinerado tipo era tal y como ellos vieron en las fotos previamente. Claramente era un poco más alto y delgado de lo que especulaban, pero esta vez no vestía una chaqueta de cuero, estaba vestido formalmente. Se presentó con un traje de tono celeste a rayas, con una camisa de un tono relativamente similar y una corbata en tono lila.

Cassy sintió unas enormes ganas de salir corriendo de allí, pero algo dentro de ella le hizo detenerse antes de realizar algún movimiento más.

-Cherry, apágate.

Fue una orden, y un enorme aviso de advertencia para los chicos.

-Tenemos la información suficiente para hacerte caer -añadió Peter señalándole a Miguel con el dedo índice-. Te tenemos en la jodida palma de la mano, maldito mentiroso. Y estas dos chicas están de testigos.

<<¿Dónde está Anne? -se preguntó Cassy-. ¿Acaso nos lanzaste a la jaula como presa de los leones?>> Aún no tenía la menor idea de qué hacer o decir, de modo que sólo permaneció en silencio.

-Podría sacarlos de aquí sólo con presionar un botón, chicos -dijo Miguel con un tono un tanto irónico-. Es más, lo que acaban de ver es algo totalmente secreto y privado, tanto que podría hacer que cada uno de ustedes acabe en la cárcel. Pero no he pulsado ningún botón. Iré directamente al grano, ¿Qué es lo que quieren? Podría haber sido un bonito encuentro, pero ustedes han sido quienes han comenzado con el pie izquierdo.

Y Miguel por fin depositó su mirada en Cassy. Tenía una mirada intensa, fuerte y bastante difícil de leer. Cassy se encontraba algo desorientada, en ese preciso momento ya tenían un pie en la celda de la cárcel, no podían cagarla. A Jenny le fallaba el pulso, traía consigo una mezcla de emociones encima, tenía miedo y al mismo tiempo estaba pasmada con lo atractivo que era aquel hombre ante sus ojos, sentía que en cualquier momento se podía desmayar.

-Queremos que reveles la verdad, no puedes seguir llenando tus bolsillos con el chantaje que haces -anunció Cassy, casi desafiándolo con la mirada.

-Vivimos en un estado capitalista. Todo aquel que obtiene dinero, puede gastarlo en lo que se le dé la gana, permíteme recordarte que yo no obligo a nadie estar en los shows.

Y aquel tipo tenía razón. Sin embargo, ellos siguieron allí parados. Y no fue hasta que detrás de él apareciera Anne con notoria prisa, quien hizo que Miguel cambiara su rostro de un modo desafiante a uno confundido.

-Gracias a dios, ¡aquí estaban! Miguel, discúlpame la molestia, mis primos me estaban buscando.

-¿Por qué no me los presentas? -Miguel habló con una estremecedora naturalidad.

-¡Perfecto! -añadió la bailarina antes de echarles un vistazo a los ahora involucrados en un gran problema-. Creo que antes ya se habían visto, pero tengo a alguien que me encantaría que conocieran -dijo Anne mientras señalaba a Miguel, quien se acercó a Cassy para estrechar sus manos en forma de saludo, mientras sonreía de lado.

-Un placer, señorita Cassandra.

Cassy respondió sólo con asentir con la cabeza. ¿Cómo sabía su nombre si ni siquiera lo había pronunciado previamente? Todo resultaba realmente extraño: el ambiente y el cambio prácticamente radical en la que cambió su actitud Miguel.

Holograma PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora