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El andar de sus latidos estaban siendo proyectados en la pequeña pantalla junto a su camilla

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El andar de sus latidos estaban siendo proyectados en la pequeña pantalla junto a su camilla. La intravenosa conectada a su vena había marcado una mancha violácea alrededor del pinchazo.

Either mantenía una respiración tranquila y regulada. Algunas cortadas se hacían presentes a lo largo de su rostro, el cual se mostraba pasivo y en total calma.

Leon la observaba fijamente desde la silla junto a la camilla. Sentía mucha culpa al verla, porque el sabía lo que pasaría, sin embargo decidió no creer en Miranda y ahora estaba pagando las consecuencias. Le asustaba sentir tanto miedo por lo que pudiera pasarle, se sentía conectado a ella y lo abrumaba toda la situación.

No solo era atracción lo que ambos sentían. Era como si estuviesen unidos por un lazo invisible que los obligaba siempre a volver al otro. Desde el momento en el que se vieron aquella noche en el bar ninguno pudo sacarse de la cabeza al opuesto.

Poco a poco los párpados de la castaña comenzaron a moverse, alertando al rubio. Sus labios resecos se entreabieron ligeramente mientras dos orbes grises hacían su aparición. Observó a su alrededor algo perdida, sin moverse de su lugar. Cuando Leon de movió hacia ella y tomó su mano pareció reaccionar. Lo observó con los ojos chiquitos por su reciente despertar, mientras el agente la observa con una pequeña sonrisa en sus labios.

-e-estas aquí- su voz rasposa hizo que Leon le tendiera un vaso de agua, ayudándola a tomar de a pequeños sorbos. Mientras ella se acostumbraba al alivio de su garganta luego de ingerir algo de líquido, él le acariciaba el cabello, con cuidado de no tocar la herida en su cabeza.

-llamaré a la enfermera- avisó el masculino, presionando el botón junto a la camilla. Either soltó un suspiro embobada, viendo cada uno de sus movimientos, y por inercia llevó una mano a su estómago. Se sobresaltó al recordar que habia recibido fuertes golpes siendo que estaba embarazada.

Quiso llorar al pensar que había sufrido un aborto a causa de los tratos bruscos, y lo peor fue pensar en qué le diría a Leon. Mantuvo sus esperanzas en que su bebé aún seguía con ella y acarició la zona pélvica suavemente. Kennedy observó la acción con el ceño fruncido, pero antes de poder reprochar la enfermera ya había ingresado a la habitación, seguido del doctor que había atendido a Either.

-que alegría verla despierta, señorita Moon. Creíamos que duraría más tiempo dormida gracias al golpe que recibió en la cabeza- el doctor comenzó a inspeccionarla con la mirada mientras anotaba algunas cosas en su agenda, la enfermera se dedicaba a cambiar el suero conectado a la intravenosa.

-ella está bien?- preguntó Leon apresuradamente. El doctor le dió una mirada rápida y Either apretó su mano, sonriendo con pequeñez.

-ambos están muy bien, señor Kennedy- respondió, observando algunos resultados en su planilla. Un nudo se formó en el estómago de la muchacha al oír lo que había dicho el médico.

-ambos?- dijo confundido. El profesional levantó la mirada y se paró derecho, con una expresión de seriedad.

-Either y su bebé están a salvo de todo riesgo- soltó, lo que le cayó como agua fría al agente. El aire se mantuvo en su garganta, asfixiandolo -aun debemos realizar algunos exámenes para controlar los golpes en tu cabeza y asegurarnos que tu embarazo continúe normalmente-

Un silencio sepulcral se formó en la habitación, silencio que la enfermera y el médico no tardaron en entender su significado. La mano de Leon abandonó la de Either, con una expresión de total shock en su rostro.

-como te sientes, Either?- preguntó la enfermera, para alivianar la tensión.

-estoy muy bien- asintió intentando sonreír, aunque en realidad quería llorar ante al rechazo que estaba demostrándole el agente -entonces, mi bebé está bien

-tu bebé cuenta con un mes de vida y está en perfectas condiciones. Es un alivio que ambos se hayan salvado de tantos golpes, pero al parecer todo va bien-

Poco tiempo después ambos trabajadores dejaron la habitación, sumiendo a la pareja en una incómoda y desagradable tensión. Leon se mantenía en silencio con la mirada perdida en un punto fijo en la habitación, mientras que Either jugaba con sus dedos en un gesto de nerviosismo.

-desde cuando lo sabes?- preguntó con un tono un tanto extraño, quería oírse serio pero se notaba lo derrotado que se hallaba.

-unos días nada más- susurró ella como respuesta. Estaba tomando una actitud tímida y reservada por miedo a las posibles reacciones que pueda tener el hombre.

-pensabas decírmelo?- volvió a preguntar, esta vez mirándola. Ella se mantuvo evitando sus ojos y asintió lentamente. No mentía, planeaba contárselo, no quería pasar por aquello sola, además de que Leon tenia total derecho de saber de la existencia de aquel bebé.

El sobreviviente de Racoon City soltó una respiración pesada y movió su asiento nuevamente hasta estar junto a ella. Tenia una mezcla de emociones que no lo dejaban pensar en paz; estaba preocupado, aterrorizado, sabia que aquel bebé era suyo porque confiaba en la palabras de Either donde le decían que había sido el único hombre que la había tocado en largo tiempo, sin embargo nunca se puso a pensar en ese padre y todas las responsabilidades que eso conllevaba. Pero también se sentía feliz, feliz porque, a pesar de ser totalmente imprevisto, jamás creyó tener la oportunidad de ser padre y ahora se le estaba dando.

Y junto a ella.

Llevó su mano al mentón de la fémina y limpió la lágrima que resbalaba por una de sus mejillas. La delicadeza y suavidad con la que estaba siendo tratada sorprendió a Either, se esperaba alguna reacción más brusca o algún tipo de rechazo.

El de ojos celestes le sonrió, con sus ojos brillando de lágrimas de felicidad que amenazaban con escapar. Acarició su rostro y contempló con adoración cada una de las facciones de la castaña. Por primera vez sentía que todo estaba calmo en su vida, que todo tenia un rumbo correcto donde no parecían haber muchas complicaciones.

Acercó su rostro al de ella y rozó sus labios, deseoso de probarlos después de tanto. Sus bocas se estrellaron, dándole inicio a una danza de labios llena de cariño y dulzura. Aquel beso le habia hecho comprender a ambos que todo estaba bien y que no necesitaban a nadie más para ser felices. Solo al otro y su cariño.

❝𝗨𝗡𝗞𝗡𝗢𝗪𝗡❞  LEON S. KENNEDY ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora