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Capítulo catorce: Los que se pelean se aman.

Tan solo había pasado media hora de que habíamos llegado y ya había peleado al menos tres veces con Seungmin.

Ahora estábamos escogiendo en que habitación nos quedaríamos, Jisung y Felix se quedarían juntos y sobraban 2 habitaciones más, aparte de la de mi abuela, y claramente ninguno se quedaría ahí.

—Yo me quedaré aquí —dijo Seung poniendo su mochila sobre la cama.

—No, yo me quedaré aquí —me acosté en la cama tan rápido como pude. —Hay otra habitación, ve allí, aquí nos quedaremos Yeji y yo.

—No.

Agarró mi pie y lo jaló intentando tirarme de la cama, pero en vez de eso me sacó el zapato y lo observó unos segundos.

—Te apestan las patas ______.

—Cálmate, si no soy Jisung. —me quite el otro zapato y se lo lance a la cabeza.

—Oye, ¿qué te pasa? —se quejó.

—Eso debería preguntarte yo. Ahora, no me molestes, no sabes de lo que soy capaz de hacer.

—Ah ¿sí? —se acercó a mí, yo seguía acostada y él me empezó a hacer cosquillas—. ¿Qué harás ahora?

—PARA... Kim- ¡KIM Seungmin! —apenas y pude decir. —¡Pidos, me meo, se me sale la pis!

—No me importa —me siguió haciendo cosquillas y yo no paraba de reír.

—Así los quería agarrar. —entró Jisung de repente. —¿Qué hacían, cochinos?

_No estábamos haciendo nada malo_ dijimos Seungmin y yo al mismo tiempo.

—Incluso coordinan sus palabras, eso quie...

—Solo estábamos peleando —interrumpió Seungmin de inmediato.

—Oh, en ese caso, los que se pelean se aman.

Miré mal a Jisung y él solo estaba intentando no reírse. Para esos amigos, para qué quería enemigos.

—Yo... yo me voy... puedo dormir en el cuarto de mi abuela. Quédate con éste, Kim —salí corriendo de ese cuarto y me fui hasta la habitación de mi abuela.



( . . . )



Después de media hora encerrada en el cuarto se me vino a la mente la carta de la abuela.

—¡El regalo! —volteé hacia todos los lados de la habitación y cuando visualicé una caja en el tocador fui corriendo a ella.

"Para _____, mi lindo girasolcito"

Cuando abrí la caja, dentro había una linda cámara y muchos chocolates de diferentes marcas, al fondo estaba un sobre.

Me senté en un sillón pequeño que había por ahí y abrí el sobre. Era dinero y una carta, primero leí la carta obviamente.

"Supongo que si estás leyendo esto es porque ya estás disfrutando de mi hermosa casa... En fin, me enteré por ahí que la carrera en la que estás ahora, que es arquitectura, no fue una decisión tuya, sino de tu padre.

Corazoncito, si tú quieres cambiar tu especialidad, hazlo ahora, que la decisión de tu padre no arruine tus sueños. Vive tu vida.

Me dijiste que querías estudiar diseño de modas. Recuerdo que cuando eras una pulguita cortabas las cortinas de tu mamá para hacerle vestidos a tus muñecas, y eras tan buena en ello que tu madre te perdonaba esas travesuras.

Solo una tonta | 𝐤𝐢𝐦 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora