3 6

5K 359 309
                                    

Capítulo treinta y seis: Una pequeña cita.

Después de irme del baño, Seungmin dijo que saliéramos para observar las estrellas y hacer cosas cursis, o bueno, eso suponía yo.

Luego me di cuenta de que realmente solo veríamos la estrellas.

—Seamos novios. —dijo de repente.

—¿Novios? —casi me atraganto con mi propia baba.

—Ajá... Claro, si es lo que quieres.

—No. Digo si, o sea...

No sabía expresarme y mucho menos con tantos nervios en ese momento. ¿Qué debería de hacer?

—Quiero decir, tú me gustas mucho... Sí, pero jamás he estado en una relación demasiado formal, tú lo sabes.

—Si, entiendo.

—Quizá no estoy preparada aún. No te enojes, ¿sí?

—¿Por qué tendría que enojarme? Estoy demasiado feliz en este momento por estar contigo.

Se acercó demasiado a mi rostro, y yo cerré mis ojos por inercia.

—¿Qué haces?

—¿Eh? —dije haciendo una pequeña mueca y parpadeando repetidas veces.

Había creído que él me besaría y ahora había quedado como una completa tonta. Me eché a correr de la vergüenza. Fue un momento demasiado incómodo, puedo jurar que me puse color rábano y no me gustaba estar de ese color.

—Te encontré. —dijo una vez que me vio detrás de un árbol.

—Ay no.

Quería desaparecer de la faz de la tierra, la vergüenza me estaba poniendo el rostro tan rojo y caliente, que sentía que explotaría en cualquier momento.

—¿Creías que te iba a besar?

—Naaaaa, sólo cerré los ojos. No esperaba nadita.

—Ajá, haré como que te creí. ¿De acuerdo? Ahora, ¿quieres hacer algo más o...?

—Uh, ya me dio un poco de sueño. ¿Me llevas a mi casa?

Él dijo que sí. Antes de irnos fui a despedirme de mi mamá que aún seguía en el restaurante. Luego nos fuimos directo a mi apartamento y no sé cómo fue que habíamos pasado de estar bien a estar peleando... pero era una pelea de almohadas.

Estornudé.

—Oh, lo olvidaba por un momento, eres alérgica al polvo y esas cosas. Quizá deberíamos de dejar de jugar a esto.

—Ay. —hice notar mi tristeza ante eso.

—Luego vas a andar estornudando como loca y es mejor que no pase esto.

—Sí, tienes razón. —me quedé sentada en el sillón viendo a la nada. —Te quedaras, ¿cierto? Sisi, ya es tarde, te vas a quedar.

Ni siquiera le di oportunidad de oponerse porque lo arrastré hasta la habitación y le di una de las tantas pijamas que tenía Hyunjin ahí.

—¿Alguien más vive contigo?

—Uh, sí. ¿Recuerdas al heladero?

—¿Hyunjin?

—Si, sí. Él. Bueno, no vive formalmente aquí, pero se queda casi diario.

Seungmin asintió y yo le dije que me salía del cuarto para que él pudiera cambiarse. Unos minutos después ya estaba de vuelta con él, decidimos ponernos a ver una serie, aunque yo ya tenía sueño, pero todavía aguantaba otro ratito para ver aquella serie en donde salía mi rapero favorito como actor principal. Y aparte, el querer ver a Seungmin a mi lado después de tanto tiempo separados, me mantenía lo suficientemente despierta.

Solo una tonta | 𝐤𝐢𝐦 𝐬𝐞𝐮𝐧𝐠𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora